Cientos de brasileños participaron en la tradicional Marcha de la Marihuana en São Paulo, en un momento en que el Parlamento debate una polémica propuesta para endurecer la criminalización de la posesión de cualquier tipo y cantidad de droga ilícita.
Los manifestantes se concentraron en la Avenida Paulista para pedir al Congreso, dominado por fuerzas conservadoras, que abogue por la liberación de la marihuana para construir un “futuro sin guerra”.
La protesta arrancó con el encendido de bengalas y cigarros, y posteriormente recorrió el centro de la ciudad en un ambiente pacífico.
El manifiesto de los organizadores de la marcha denunció que la prohibición de las drogas es “el combustible de la guerra del Estado contra las personas de etnia negras, pobres y de la periferia”. Esto en alusión a los altos índices de violencia policial en el país.
Este año, los asistentes exigieron en concreto archivar una polémica enmienda a la Constitución impulsada por los sectores más conservadores del Parlamento que criminaliza la posesión de drogas ilícitas, incluida la marihuana. Esto independientemente de la cantidad.
El trámite del proyecto ocurre en paralelo a un juicio en la Corte Suprema sobre la posibilidad de despenalizar la posesión de un mínimo de marihuana. A fin de determinar una clara diferencia entre el narcotraficante y el mero consumidor de esa sustancia, legalizada ya en varios países del mundo.
Los líderes del Congreso han interpretado ese pleito en el Supremo como una injerencia del Poder Judicial en el Legislativo. Frente a lo cual decidieron promover este controvertido proyecto con la idea de robustecer la política antidrogas en el país.
La Comisión de Constitución y Justicia de la Cámara Baja respaldó la iniciativa y la envió para su análisis en una comisión especial, tras lo cual se remitirá al pleno de la Cámara de Diputados.
El texto ya recibió el aval del Senado. Aunque, si finalmente se aprueba por la mayoría reforzada de los diputados, se espera que los sectores progresistas intenten tumbarlo en la Corte Suprema.
En la marcha también se vieron carteles contra otro proyecto legislativo, en trámite parlamentario. Pretende penalizar el aborto a partir de las 22 semanas de embarazo con el delito de homicidio, que en Brasil está penado con entre 6 y 20 años de cárcel. EFE
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