El 3 de mayo se proclamó como el Día Mundial de la Libertad de Prensa (1993), por las Naciones Unidas. Fecha de júbilo por el noble oficio periodístico y por quienes han dado hasta su vida buscando la verdad, pero también de tasar su valor para la democracia como sistema político basado en el gobierno del pueblo, donde los ciudadanos toman decisiones mediante elecciones libres, y ejercen control al poder. En democracia la sociedad vive en un Estado de Derecho, con pluralismo político, transparencia, rendición de cuentas, respeto a los derechos. La democracia brinda estabilidad política, certezas, y fomenta el desarrollo económico, mejora el bienestar social, previene conflictos. Aunque imperfecta, la democracia aún es el mejor sistema para promover la libertad, con justicia y progreso.
Una relación tensa envuelve a la prensa y la democracia, allí los comunicadores resisten con el compromiso de defender la libertad de expresión y el derecho a la información, considerado un bien común por las Naciones Unidas. Esta relación pone en cuestión temas como la libertad de prensa, la concentración de los medios de comunicación, los conflictos con el poder político, la regulación de la comunicación, la desinformación y las noticias falsas (fake news).
La prensa, comprometida con el adelanto nacional, es pilar esencial de la sociedad moderna; informa verazmente a los ciudadanos, también ejerce vigilancia al poder público exigiéndole transparencia, facilita el debate e incentiva la participación ciudadana, promueve el pluralismo y la diversidad de opiniones, protege los derechos incluida la libertad de expresión, aporta para la cohesión social construyendo identidad nacional y promoviendo la interculturalidad. También combate el populismo, ultraliberalismo y mesianismo, “enemigos íntimos de la Democracia”, según Todorov.
Los medios de comunicación juegan un rol vital para fortalecer la democracia, a su vez, esta brinda un espacio propicio para la práctica periodística libre y responsable; comparten desafíos como la desinformación, las noticias falsas, los modelos de negocio tradicionales y en crisis, la concentración de la propiedad mediática, presiones políticas y censura, la fatiga informativa, polarización política y fragmentación de la audiencia, el crimen organizado, la seguridad de los periodistas, la falta de ética y de calidad en el oficio. Prensa, libertad de prensa y democracia comparten un vínculo estrecho y vital.
Texto publicado en El Telégrafo
https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/articulistas/15/la-prensa-construye-democracia
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