Bangkok (EFE).- Los Ejércitos de Filipinas y Estados Unidos simularán la toma de una isla controlada por fuerzas enemigas durante los ejercicios militares conjuntos que se inician la próxima semana en el archipiélago del Sudeste Asiático, en plenas tensiones con China.
“Es la primera vez que los ejercicios marítimos serán realizados más allá de aguas territoriales filipinas”, apuntó el coronel del Ejército de Tierra Michael Logico durante una entrevista con el canal público PTV en la que informó de la simulación de la toma de la isla, cuya ubicación no se especificó.
Los ejercicios anuales, llamados “Balikatan”, reunirán entre el 22 de abril y el 10 de mayo a unos 16.000 efectivos (más de 11.000 soldados estadounidenses y alrededor de 5.000 filipinos) y tendrán lugar en zonas frente a la isla de Taiwan, isla autogobernada que Pekín no descarta invadir, y el disputado mar de China Meridional, entre otras localizaciones.
También participarán en los ejercicios, que no se dirigen explícitamente contra China, unos 150 soldados australianos y representantes de la Marina francesa, mientras que Japón, entre otros países, enviará a observadores.
Logico subrayó que han enviado una invitación a las tropas niponas para que se unan el año que viene.
Los ejercicios militares se celebran tras la reunión trilateral organizada el pasado jueves en Washington entre el presidente estadounidense, Joe Biden; el filipino Ferdinand Marcos Jr.; y el primer ministro japonés, Fumio Kishida, donde se trataron varios aspectos de seguridad y defensa, con la vista puesta en contrarrestar a Pekín.
Las tensiones entre Manila y Pekín han ido en aumento últimamente debido a incidentes entre embarcaciones de ambas partes en zonas que se disputan del mar de China Meridional, donde Estados Unidos respalda a Filipinas -con el que tiene un tratado de defensa mutua-, en aras de mantener el derecho a la libre navegación en aguas por las que transita alrededor del 30 % del comercio marítimo mundial.
Marcos Jr., que asumió el poder en junio de 2022, ha dado un giro a la política exterior de su predecesor, Rodrigo Duterte, más próxima a Pekín, para acercarse a su aliado tradicional, Estados Unidos, a su vez preocupado por la creciente influencia de China en el Indopacífico.
Manila y Washington anunciaron el año pasado un acuerdo de defensa por el cual el país asiático permitirá que las tropas estadounidenses utilicen cuatro bases militares -algunas con facilidad de acceso a y el mar de China Meridional-, que se suman al acceso acordado en 2014 sobre otras cinco bases.
En paralelo, Filipinas y Japón avanzan sobre un acuerdo de seguridad que podría incluir igualmente un acceso a bases similar al de Manila y Washington. EFE
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