La gran mayoría del mundo político venezolano observó, no sin asombro, la caída de uno de los hombres más poderosos de la revolución bolivariana, Tareck Zaidan El Aissami Maddah. Esposado, vestido de franela y pantalón deportivo (mono, como se le dice en Venezuela) el otrora ministro de petróleo, vicepresidente Sectorial de Economía de Venezuela y alto dirigente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), enviaba un mensaje, harto conocido en todas las revoluciones del mundo: todos, menos el líder principal, son desechables. Lo que sí causó asombro fue el comunicado del Ministerio de la Defensa.
La reacción del mundo político del régimen venezolano no se hizo esperar, por lo que varios gobernadores y alcaldes corrieron a publicar comunicados apoyando la decisión contra el hasta ayer compañero de revolución. ¿Pero por qué la fuerza castrense se pronuncia? ¿No se trata de una grosera intromisión de la Fuerza Armada en el poder civil? Ello constituye el olvido, por parte del Ministerio de la Defensa, del artículo 328: “…Está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna”.
El mensaje que envía el General en Jefe (Ej) Vladimir Padrino López va más allá de las palabras. El comunicado castrense dice que la FANB: “Respalda de manera contundente e inequívoca todas las acciones que viene ejecutando el Gobierno bolivariano y el Ministerio Público en la lucha incesante contra la corrupción, específicamente las relacionadas con las recientes detenciones de exfuncionarios públicos, que laceraron, en forma grosera y aberrante, el patrimonio nacional, mediante actos impropios”.
Agregando “y pero aun, estableciendo vínculos con empresarios inescrupulosos y organismos del imperialismo norteamericano, para instrumentalizar acciones de sabotaje financiero, que han afectado sensiblemente la estabilidad política, económica y social del país”.
Padrino López enfatiza: “Continuaremos acatando estrictamente los lineamientos y órdenes del ciudadano Nicolás Maduro Moros, presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, nuestro comandante en Jefe, en todo lo concerniente a erradicar cualquier práctica inmoral en el manejo de los recursos públicos”.
En la Fuerza Armada, reflejo de lo que ocurre en la sociedad civil, la mayor certeza que hay en este momento es que las arcas de la República han sido asaltadas por líderes de la revolución bolivariana, y que la reiteración del discurso de “las sanciones” para justificar el hambre voraz de la mayoría de los venezolanos contrasta brutalmente con la riqueza, el lujo y el derroche de quienes integran la casta de la revolución, como ha ocurrido en todas las revoluciones del mundo.
Unos caen antes que otros, pero al final esa revolución se va tragando a sus hijos porque es la materia prima que el más reduciendo grupo necesita para irse perpetuando en el poder; no les es suficiente ir destruyendo a la Oposición, unos comprometiéndolos, otros comprándolos, los hay amenazados, los hay disfrazados y, por supuesto, los que están comprometidos por instaurar un gobierno que traiga consigo la democracia, la reivindicación de los derechos laborales, la división de poderes y que el uso de las armas de la República sea única y exclusivamente para defender el territorio y la soberanía.
Mejor callar
Entre los militares las opiniones sobre lo ocurrido con El Aissami han ido en aumento, más allá del asombro y la especulación, lo que resulta inaudito es que le Ministerio de la Defensa se crea con el derecho de ocuparse en temas que no deben ser del interés prioritario de la institución, mientras que su verdadero rol luce totalmente desdibujado.
Si algo resume el sentir de muchos oficiales, tanto retirados como activos, es lo expresado por el Vicealmirante Rafael Huizi Clavier, quien ha expresado: “Me llama la atención el comunicado de la FANB sobre el mentado escándalo, cuando no son ni arte ni parte en la trama específica, fuera de que haya algunos militares involucrados”.
Hace acotación a que “después de un año de la desaparición y silencio total del ex Ministro y ex presidente de PDVSA, además figura de alto perfil del chavismo madurismo durante 25 años, el fiscal general, también de igual nombre y origen árabe, Tarek Williams Saab, anuncia que apareció finalmente Tareck El Aissami, presunto jefe de la trama de corrupción mil millonaria en dólares en la empresa PDVSA (Petróleos de Venezuela)”.
“Es decir, por fin pudimos ver al personaje con esposas, pero sin mediar explicación alguna del fiscal sobre que ocurrió con su paradero durante un año. El señor El Aissami apareció frente a las cámaras escoltado por funcionarios de la Policía Contra la Corrupción (PCC)”.
“Ha circulado un sin fin de comentarios y elucubraciones sobre la extraña aparición del señor El Aissami. No la vamos a comentar, pero no deja de ser otra jugada del régimen para sumar puntos al alicaído apoyo popular al chavismo”.
Asevera, sobre el comunicado firmado por el General Vladimir Padrino. “Expresa su firme apoyo a las acciones que viene ejecutando el gobierno de Nicolás Maduro y el Ministerio Púbico en su lucha contra la corrupción. Suma un punto a favor del candidato oficialista”.
“Después agrega, y es lo que llama la atención porque no le incumbe a la institución militar, que condena los ‘vínculos con empresarios inescrupulosos y organismos del imperio norteamericano’ que habrían establecido estos ex funcionarios para ‘instrumentalizar acciones de sabotaje financiero’ que han afectado la estabilidad del país”.
Cataloga de error por parte del Ministro de la Defensa “inmiscuirse en asuntos que corresponden a una trama de corrupción de un grupo numeroso de exfuncionarios de PDVSA que estafaron los dineros de los venezolanos por el orden de los 23 mil millones de dólares”.
Considera el Vicealmirante en situación de retiro que “en el comunicado se ve que hay doble intencionalidad: involucrar a los Estados Unidos y enmarcar el robo millonario dentro de un esquema de sabotaje y desestabilización del país, con la participación del aborrecible imperio norteamericano. Este contenido y acusación da para todo. Mejor hubiese sido callar y no meterse en asuntos que no son suyos ni de la institución militar”, finaliza diciendo.
Texto original de Infobae
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