Miles de cubanos salieron a las calles este domingo y lunes para exigir al régimen de Miguel Díaz-Canel mejores condiciones de vida en medio de la grave crisis energética y de escasez que atraviesa la isla. En ese contexto, el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) advirtió que si las autoridades no implementan cambios políticos, económicos y sociales, las manifestaciones terminarán en una tragedia.
Asimismo, el organismo exigió a la dictadura castrista que respete el derecho a la manifestación y que libere a las personas detenidas el domingo.
“Las protestas masivas que se produjeron este 17 de marzo, en varias ciudades de Cuba, terminarán en tragedia si no se inician inmediatamente cambios políticos, económicos y sociales, que conduzcan a la solución de los crecientes problemas que enfrenta la gran mayoría del pueblo cubano, especialmente los segmentos más vulnerables”, señala la OCDH en un comunicado.
Alejandro González Raga, director ejecutivo del Observatorio, sostuvo que “el pueblo cubano ha vivido durante décadas engañado con la promesa de un futuro mejor que no ha llegado ni llegará, por la incapacidad del sistema para generarlo”.
“A ello se suma la corrupción generalizada y la indolencia ante el sufrimiento ajeno, que han desembocado en la situación caótica en que vivimos. Medio siglo de fracasos debería ser suficiente”, agregó.
La OCDH afirmó que la situación que se está viviendo en la isla “es insoportable”. ” Es imposible vivir sin agua, sin electricidad, sin alimentos, y hacer silencio al mismo tiempo por temor”.
González Raga dijo, por su parte, que el Observatorio responsabiliza al régimen de Díaz-Canel por “las situaciones que puedan originarse por sus acciones represivas contra la población”.
“Asimismo, responsabiliza a quienes apoyan al régimen de La Habana en las instituciones internacionales y gobiernos democráticos, porque contribuyen al sostenimiento de un statu quo que se extiende durante más de medio siglo y estrangula y continúa extorsionando al sufrido pueblo cubano”, añadió.
Las manifestaciones comenzaron el domingo por la tarde en Santiago de Cuba, segunda ciudad más grande del país. Pero más tarde se extendieron a otras zonas como Palma Soriano (provincia de Santiago de Cuba) y Bayamo (Granma, también en el oriente). En los pasados días trascendieron otras protestas, aunque de menor escala, en varias localidades en el este del país.
Por la noche se produjeron algunos focos de represión por parte de las fuerzas de seguridad y detenciones de manifestantes. No obstante, hasta el momento se desconoce el número de detenidos.
La disidencia cubana también denunció que el régimen cortó las comunicaciones y las señales de Internet para evitar que el mundo observara lo que estaba ocurriendo.
Cuba lleva más de tres años sumida en una grave crisis económica con escasez de productos básicos (alimentos, combustible y medicinas), altos índices de inflación, prolongados apagones diarios y una creciente dolarización, lo que ha provocado una migración sin precedentes y un fuerte descontento social.
Los apagones se han agravado en los dos últimos meses por las averías de las obsoletas centrales de factura soviética y falta de combustible, con tasas de déficit de hasta el 45% en los momentos de mayor demanda. Los cortes suman más de 10 horas al día en muchas provincias del país.
La pandemia, el endurecimiento de las sanciones estadounidenses y errores endógenos en política económica y monetaria han agravado en los últimos tres años los problemas estructurales del sistema cubano.
La dictadura responsabilizó de las protestas a Estados Unidos y a la disidencia cubana que se encuentra en el exterior.
Texto original de Infobae
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