En “Delirio Americano”, Carlos Granés pone de manifiesto una profunda reflexión y crítica sobre la evolución de las vanguardias artísticas en Latinoamérica. ¿Qué relación tienen las vanguardias con el discurso político, las promesas revolucionarias y los nacionalismos?
Para el escritor colombiano, a lo largo de la historia latinoamericana, y en muchos países, las vanguardias artísticas han sido cooptadas y diluidas por las dinámicas del poder, y en última instancia, del capitalismo.
Para dialogar acerca de su obra, Carlos Granés, llegó a la USFQ como un invitado especial del Decanato de Artes Liberales. A través de su lente analítico, Granés brindó una conferencia magistral en el Teatro Shakespeare, en donde expuso la compleja trama narrativa que une el arte vanguardista con la política, la cultura y la historia en nuestra región, revelando las contradicciones y tensiones que surgen de ellas.
Granés tiene una visión crítica hacia los políticos de Latinoamérica, quienes a menudo recurren a discursos artificiales para seducir a las masas. Este cuestionamiento hacia el discurso y las promesas políticas lo impulsa a investigar las implicaciones de las vanguardias artísticas en la región.
Su fascinación por entender estas corrientes, como él mismo lo menciona, lo lleva a explorar movimientos como el futurismo, con su exaltación de la violencia; el Atalayismo en Puerto Rico; y el muralismo en México, evidenciando cómo la poesía y el arte se convierten en vehículos para la expresión revolucionaria.
El autor identifica en José Martí al primer poeta modernista de Latinoamérica, quien establece una imagen del héroe o mártir que permea la cultura política y artística de la época. Esta figura del héroe revolucionario se convierte en un motor que atraviesa el pensamiento y la acción política latinoamericana, marcando una búsqueda constante por ideales y utopías.
El análisis histórico de Granés recoge el contexto de las revoluciones nacionalistas y militaristas de la década de 1930, las cuales sientan las bases para las revoluciones y dictaduras de mediados del siglo XX. Al hacerlo, destaca cómo el germen revolucionario de Latinoamérica tiene orígenes que se pueden rastrear hasta ideologías fascistas europeas, como el caso de Italia, lo que complica aún más la narrativa de las luchas revolucionarias en la región.
En su charla, también somete a crítica la manera en que el capitalismo ha logrado “domar” las vanguardias, transformándolas de fuerzas revolucionarias en meros productos para el consumo, lo que él denomina una instrumentalización de la producción cultural.
“Delirio Americano” es una reflexión y cuestionamiento sobre la identidad latinoamericana, tomando como punto de partida obras como “Ariel” de José Enrique Rodó, que destacan el idealismo como elemento clave de nuestra historia.
Granés sugiere que las revoluciones y movimientos artísticos del siglo XX, desde el nacionalismo hasta el populismo y las etapas revolucionarias-dictatoriales, han estado marcados por un intento de cooptar el arte y la cultura para fines políticos, a menudo perdiendo de vista la gestión de lo real y lo concreto, lo cual desvía la atención e impide abordar soluciones desde Latinoamérica y para Latinoamérica.
El ensayista colombiano, doctor en antropología social por la Universidad Complutense de Madrid, invitó al público a reflexionar sobre la naturaleza del poder, la revolución y la identidad en un continente donde el delirio de grandeza y las utopías inalcanzadas han moldeado tanto la historia como la cultura. Su obra no sólo es un análisis de las vanguardias artísticas sino también un llamado a la reflexión sobre nuestra propia posición ante la historia, el arte y la política en Latinoamérica.
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