Leandro Norero, el narcotraficante cuyo teléfono ha sido clave en el caso Metástasis, fue asesinado en octubre de 2022, durante una masacre carcelaria en la prisión de Latacunga, a 100 kilómetros al sur de Quito. Al menos esa es la versión oficial. No obstante, hay varias voces que dudan de la veracidad de su muerte, pues el criminal ya fingió su deceso para evadir a la justicia en Perú.
Después del motín carcelario de octubre de 2022, la Fiscalía obtuvo 15 teléfonos móviles propiedad de Norero. De estos extrajeron alrededor de 15.000 hojas de conversaciones que mostraban las artimañas y vínculos de Norero y sus abogados con funcionarios judiciales y gubernamentales investigados por corrupción, políticos e incluso con un periodista. El capo obtenía beneficios para él y sus aliados a través de sobornos. En esos chats, se habla de la identidad falsa que tenía Norero, quien utilizaba el nombre de Esteban Paulino Tircio Ávila.
A inicios del 2024, el periodista y ex candidato presidencial Christian Zurita, quien asumió el reemplazo de Fernando Villavicencio exhortó a las autoridades a que se realice la exhumación del cuerpo de Norero para confirmar su deceso. Zurita aseguró que “los detalles que tenemos de su muerte son contrarios a las que hoy se saben: muere en un motín en una cárcel que era manejada absolutamente por él. Y si él tenía el control de todo, en ese momento, hasta de las autoridades, es muy poco probable que hayamos tenido información fiable y confiable (sobre su muerte)”, según recogió Expreso.
Zurita también indicó en FM Mundo que en octubre de 2022 hubo fotografías que se difundieron para confirmar el asesinato de Norero: “No es descabellado pensar que se trataba de un plan (para que Norero escapara)”. Para el ex candidato es mejor “salir de dudas” frente a estas alertas.
Cuando Norero fue asesinado, el director del servicio de cárceles era el general de policía, Pablo Ramírez, que luego pasó a ser Director Nacional Antinarcóticos. Según los chats de Norero, en julio del 2022 el narco contaba a su esposa sobre el buen trato que recibía de Ramírez en la cárcel de Latacunga. Incluso en un video, Norero dice que “no ha tenido la suerte” de conocer personalmente a Ramírez pero que le han hablado “maravillas de él”.
Un informe policial sobre el día de la masacre, revelado por Primicias, indica que uno de los hermanos de Norero reconoció el cuerpo del narco decapitado y desmembrado.
La identidad falsa
Norero fue sentenciado por narcotráfico en 2014 en Perú. En 2020 fingió su muerte y sus abogados presentaron pruebas falsas sobre su contagio y deceso por COVID-19, lo que dejó sin efecto su orden de encierro y le permitió regresar a Ecuador, donde continuó con sus actividades ilícitas. Para realizar sus negocios y comprar bienes, Norero, entonces prófugo, utilizó la identidad falsa de Esteban Paulino Tircio Ávila.
Cuando la Policía allanó la casa del narco encontró un documento de identidad y un permiso de conducir con el nombre de Tircio Ávila. Las investigaciones concluyeron que se trataba de Norero, según reveló Primicias.
El medio ecuatoriano publicó que en las conversaciones del capo con sus abogados, estos le enviaron las versiones proporcionadas por los padres de Tircio Ávila en relación al caso de lavado de activos que seguían en su contra. Según contaron los padres, su hijo nació en 1985 y fue inscrito en el Registro Civil con el nombre de Esteban Paulino Tircio Ávila. Sin embargo, más tarde decidieron cambiar su nombre a Holguer Israel. Cuando solicitaron este cambio, el funcionario del Registro Civil les aseguró que eliminaría el nombre anterior, pero no pudo hacerlo en ese momento debido a la falta de tinta blanca. Se cree que esa identidad luego se vendió a Norero, según Primicias. El funcionario que tramitó el cambio de nombre ya había fallecido para cuando se llevó a cabo la investigación.
El portal Plan V informó que “Tircio Ávila tuvo la capacidad financiera para comprar terrenos y casas en varios sectores de Guayaquil y de la provincia del Guayas”. Norero utilizó esa identidad falsa no solo para que las autoridades peruanas no supieran de su paradero sino para que en Ecuador no puedan rastrear sus inmuebles o el dinero de sus actividades ilícitas.
El día del asesinato
El 3 de octubre de 2022, la balacera en la cárcel de Latacunga comenzó a las 13:30 horas, y se extendió por cinco horas hasta que la Policía Nacional informó que alrededor de las 18:30 había recuperado el control del penal y que los heridos estaban siendo atendidos por personal sanitario del Ministerio de Salud. Ese día, la audiencia de Norero para enfrentar cargos por el delito de financiamiento para la producción o tráfico de sustancias estaba programada a las 10:30, pero no se celebró porque Norero decidió cambiar de abogado a último momento.
Según los informes de los agentes, publicados por Primicias, a las 13:39 se recibieron reportes de disparos y de que los reclusos del área de mediana seguridad se estaban trasladando al área de mínima seguridad. Luego, se escucharon disparos provenientes del sector de mujeres. Los policías afirmaron que fueron atacados con objetos contundentes, armas de fuego y dispositivos explosivos. Aproximadamente a las 14:20, los agentes solicitaron la asistencia médica debido a que varias personas resultaron heridas. A las 15:12, los primeros heridos fueron trasladados al Hospital de Latacunga, mientras que a las 18:17 se logró controlar el motín en su totalidad.
El contexto del motín en el que tuvo lugar su fallecimiento también plantea interrogantes. Aunque el informe policial menciona 16 víctimas mortales durante ese incidente, no se proporcionaron los nombres ni se hizo mención específica a Norero, según el medio ecuatoriano. De acuerdo con un informe del servicio de cárceles recogido por Primicias, el cuerpo de Norero fue encontrado en una condición alarmante: “Sin ropa, decapitado, desmembrado, con múltiples heridas punzantes y cortantes, y evidencia de quemaduras”. Uno de los hermanos de Norero lo habría identificado y se realizó una comparación genética, así como un análisis comparativo de las huellas dactilares. Sin embargo, “hay funcionarios iudiciales y policiales que no creen que eso sucedió. Jamás vieron el informe del ADN de ese cuerpo”, publicó La Hora, con base a las declaraciones de sus fuentes reservadas.
Por su parte, Ecuavisa informó que la autopsia al cuerpo de Norero se habría realizado dos días después del asesinato. No obstante, el mismo día de la masacre, el Servicio de Cárceles confirmó el asesinato del criminal “cuando no se había hecho algún informe forense o autopsia”, recoge el medio. El entonces ministro del Interior, Juan Zapata, dijo que al capo se lo identificó por sus tatuajes.
Las circunstancias que rodean el fallecimiento de Leandro Norero generan serias dudas sobre la posibilidad de su asesinato, sobre todo considerando que el capo ya fingió su muerte para evadir a la justicia y continuar con sus actividades ilícitas.
Texto original de Infobae
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