La defensa del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, dijo este martes que su cliente no puede ser entregado a Estados Unidos debido a que «los delitos que le imputa (ese país) son de carácter político», lo que violaría el Tratado de extradición británico-estadounidense de 2003.
El abogado Edward Fitzgerald sostuvo ante el Tribunal Superior de Londres que entregarle supondría «un abuso de proceso», además de una violación de sus derechos a un juicio justo y a la libertad de expresión, entre otros.
El letrado enumeró sus objeciones en una vista ante ese tribunal, al que pide permiso para presentar un recurso completo -en un nuevo juicio- sobre varios aspectos del caso que no recurrió anteriormente y también contra la orden de extradición firmada en 2022 por la entonces ministra del Interior, Priti Patel, cuya base legal cuestiona.
La Fiscalía británica, en representación de la Justicia estadounidense, solicita por su parte que se le deniegue la autorización a recurrir y que proceda a su entrega, con el argumento de que el acusado cometió delitos al difundir en 2010 y 2011 información secreta del Gobierno estadounidense.
Los dos jueces del Tribunal Superior deberán determinar, tras las audiencias de hoy martes y mañana miércoles, si los argumentos de la defensa de Assange justifican un nuevo recurso o si en cambio puede procederse a la extradición.
Los abogados del australiano, que hoy no pudo comparecer en persona por problemas de salud, aunque sí estuvieron a las puertas del tribunal decenas de personas pidiendo que no sea extraditado, señalaron que el descubrimiento de una trama de la CIA para secuestrar o matar a su cliente cuando estaba refugiado en la embajada de Ecuador en Londres (entre 2012 y 2019) demuestra la motivación política del caso.
«Extraditar a Assange significaría entregarlo directamente a manos de las mismas personas que conspiraron para asesinarlo», esgrimió su equipo legal, que quiere que los jueces admitan esa trama como prueba.
Los abogados también acusan a EE.UU. de violar los derechos del fundador de WikiLeaks al imputarle cargos sin precedentes con penas impredecibles y subrayan que es «la primera vez en la historia de Estados Unidos que un editor ha sido procesado por obtener o publicar (en lugar de filtrar) secretos de Estado».
«Está siendo procesado por participar en la práctica periodística ordinaria de obtener y publicar información clasificada, información que es a la vez verdadera y de evidente e importante interés público», dijo Fitzgerald.
También alertan de que Washington reconoció que podría solicitar que a Assange no se le aplicaran los mismos derechos que a un ciudadano estadounidense bajo la Primera Enmienda de su Constitución -que garantiza la libertad de expresión-, al ser él de nacionalidad australiana, lo que, dicen, impediría un juicio justo.
La defensa sostiene además que el jurado en un posible proceso en EE.UU. podría estar sesgado ya que, por la ubicación de la corte, sería elegido entre personas relacionadas personal o profesionalmente con agencias del Gobierno estadounidense.
Los abogados temen además que las autoridades del país puedan agregar ‘a posteriori’ cargos a su cliente, lo que vulneraría el principio de solo permitir la extradición por los delitos especificados en la orden internacional de arresto.
Tras ser detenido inicialmente en 2010 por un caso instigado por Suecia y hoy archivado, Assange fue arrestado de nuevo en abril de 2019 a instancias de EE.UU., que le acusa de 18 delitos de espionaje e intrusión informática por las revelaciones de su portal.
Durante una protesta a las puertas de la corte londinense, el hermano de Assange, Gabriel Shipton, dijo hoy que su salud «está muy delicada», empeorada por el aislamiento al que está sometido en la cárcel de alta seguridad londinense de Belmarsh, donde está en prisión preventiva. EFE
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