La cantante estadounidense Taylor Swift fue elegida hoy como la Persona del Año por la revista Time, en su esperada lista anual, posicionándose por encima de los otros candidatos, como el presidente chino Xi Jinping, la muñeca Barbie o el gurú de la Inteligencia Artificial Sam Altman.
Con 33 años, Swift tiene una larga carrera detrás de casi dos décadas; su actual gira «The Eras Tour», así como la película inspirada en esa misma gira, se han convertido en dos hitos del año, musical y cinematográfico, al haber atraído a millones de espectadores.
«Los logros de Swift como artista, tanto culturalmente y comercialmente como en la crítica son tan abundantes que contarlos es casi tarea inútil», dice Time, y compara a la estrella del pop actual con Elvis Presley, Madonna o Michael Jackson en el escenario, mientras que como compositora la equipara a gigantes como Bob Dylan, Paul McCartney o Joni Mitchell.
Sin olvidar la faceta de la cantante como empresaria, con una fortuna estimada por sobre los 1.000 millones de dólares, y como celebridad, al haberse convertido en una persona que es examinada en cada paso que da, cada ropa que se pone y cada palabra que pronuncia; algo que según Time ella sabe «y sabe cómo usarlo».
Pero esas cualidades, que otros artistas han logrado antes que ella, van acompañados de gestos que no son tan usuales, como cuando el pasado agosto se supo que repartió 55 millones de dólares en primas para todos los trabajadores de su gira The Eras Tour, incluyendo -según escribieron entonces medios especializados, pues ella nunca lo publicitó- bonos de 100.000 dólares para los camioneros que trasladan todo su equipo.
Durante muchos años, Swift ha sabido nadar cautelosamente en las aguas de la política en un país cada vez más polarizado sobre numerosas cuestiones, pero no dudó en posicionarse en favor de los derechos de los LGTB o de la obligación de vacunase durante el covid, y en 2020 dio el paso más significativo, al apoyar públicamente la candidatura de Joe Biden frente a Donald Trump.
Nacida en 1989 en West Reading, Pensilvania, con solo 14 años se mudó a Nashville, la capital de la música country y firmó ya a esa edad un contrato con Sony.
Desde entonces, no se ha apeado de la fama, pero ha sido en 2023 cuando esa fama ha alcanzado cuotas pocas veces vistas en ningún artista, convirtiéndose en un fenómeno global de masas. EFE
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