La energía es el motor que impulsa la producción y el comercio, y su escasez amenaza con sumir a estos sectores del país en una crisis económica.
Según datos de la Cámara de Industrias de Pichincha (CIP) y la Cámara de Comercio de Quito (CCQ), la industria y el comercio de Ecuador consumen conjuntamente el 42% de la energía generada en el país. Además, señalan que cada hora sin electricidad tiene un impacto económico directo, siendo el sector comercial quien dejaría de vender hasta 18 millones de dólares en ese tiempo.
Frente a esta problemática, la CIP y la CCQ han propuesto la creación de una mesa permanente de diálogo técnico, buscando planificar de manera estratégica las acciones para mitigar los efectos de la crisis energética y salvaguardar la estabilidad económica de ambos sectores.
La CIP y la CCQ presentan cinco soluciones efectivas y oportunas para hacer frente a la crisis energética y asegurar la continuidad de la producción y el comercio en Ecuador:
1 Aprobar autogeneración sin restricciones: Abogan por la aprobación de la autogeneración de energía sin restricciones, eliminando barreras normativas y permitiendo a las empresas generar más de 1 MW de energía de manera autónoma.
2 Mantenimiento de tarifas diferenciadas: Proponen mantener vigentes esquemas de tarifas diferenciadas por hora, incluyendo la tarifa nocturna cuando el consumo nacional es menor. Esto busca incentivar el consumo en momentos estratégicos para aliviar la carga sobre la red eléctrica.
3 Acceso a diésel eléctrico: Buscan la autorización para que las empresas accedan a diésel eléctrico y generen su propia energía, reduciendo así el déficit eléctrico y garantizando un suministro continuo.
4 Fortalecimiento de infraestructuras: La CIP y la CCQ insisten en la importancia de garantizar la generación eléctrica mediante el desarrollo y fortalecimiento de hidroeléctricas y termoeléctricas, asegurando su óptimo funcionamiento.
5 Reforma estructural para diversificación energética: Proponen dirigir esfuerzos hacia una reforma estructural que promueva la diversificación energética, incorporando nuevas fuentes de energía para garantizar un suministro estable y sostenible a largo plazo.
6 Compromiso y colaboración sectorial: La CIP y la CCQ subrayan la importancia de que ambos sectores trabajen de la mano para superar esta crisis. La formación de una mesa permanente de diálogo técnico pretende consolidar esfuerzos y garantizar que las decisiones tomadas reflejen las necesidades y realidades de la industria y el comercio.
Ambas cámaras de comercio, además, instan a una colaboración estrecha entre el Gobierno, la industria y el comercio para implementar de manera efectiva estas soluciones y asegurar la estabilidad energética y económica del país.
La crisis energética que enfrenta Quito ha generado impactos significativos en diversos sectores, especialmente en los empresarios locales, quienes se ven obligados a lidiar con la falta de claridad sobre la disponibilidad de electricidad.
La combinación de restricciones laborales y la ausencia de plantas eléctricas presentan desafíos únicos para aquellos cuya actividad depende de la presencia física y la continuidad del suministro eléctrico.
Diego Vivero, pequeño empresario de Quito, indica que la adaptación a la «nueva normalidad» impuesta por los cortes de luz en Quito ha resultado ser un desafío significativo para los empresarios locales.
En este escenario, indica que la rigidez del código laboral del país ha emergido como una barrera, especialmente en lo que respecta a la jornada laboral y la imposibilidad de ajustarla a los cortes de energía.
Además que la obligación de pagar horas extraordinarias en caso de cortes de luz después de ciertas horas agrega una carga adicional a los empresarios que ya enfrentan dificultades económicas.
Ante la falta de plantas eléctricas para garantizar la continuidad de los negocios, los empresarios se ven obligados a realizar ajustes como separar a los empleados más jóvenes, quienes han ingresado recientemente, y confiar en los empleados más antiguos para asumir tareas adicionales.
Con la temporada alta a la vuelta de la esquina, que abarca desde las festividades de Quito hasta la Navidad y Año Nuevo, la incertidumbre sobre la disponibilidad de energía ha llevado a la cancelación de eventos y la suspensión de la contratación de personal adicional.
Vivero enfatiza las diferencias entre actividades comerciales y empresas manufactureras. Mientras que las empresas manufactureras pueden ajustar horarios de almuerzo en respuesta a los cortes de luz, las actividades comerciales de restaurantes especialmente en zonas turísticas, se ven más afectadas al perder las horas críticas de almuerzo.
La imposibilidad de reprogramar actividades presenciales y la dependencia de servicios como plataformas de entrega y facturación electrónica, que requieren electricidad e internet, han llevado a la adopción de estrategias improvisadas, como la creación de ambientes con música y luces alternativas.
Con información de La Hora
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