El presidente de la República, Daniel Noboa, ha dispuesto, mediante Decreto No. 30, al Ministerio del Trabajo y la Secretaría de Planificación, la reestructuración institucional de la Vicepresidencia de la República.
Noboa ha alegado que previamente ha asignado, «como única función de la vicepresidenta» Verónica Abad, la de «colaborar en calidad de Embajadora por la paz para evitar el escalamiento del conflicto entre Israel y Palestina» y en razón de «estar físicamente la embajada del Ecuador en Tel Aviv».
Noboa pide que dicha reestructuración se realice «al amparo de las normas de austeridad en el gasto público».
El artículo 2 del Decreto dispone al Ministerio de Trabajo que «de manera inmediata inicie las acciones administrativas y legales para su cumplimiento».
En un decreto anterior, el No. 27, Noboa asignó a Abad la misión de ser «colaboradora para la paz» entre Israel y Palestina, una misión que deberá cumplir desde la Embajada de Ecuador en Tel Aviv.
«Esta decisión representa un hito histórico, que marca un precedente sobre el significativo compromiso de Ecuador con la paz internacional y subraya nuestra determinación para promover la estabilidad en una región afectada por conflictos prolongado», aseguró en un comunicado la Secretaría de Comunicación de la Presidencia.
Para la Presidencia de Ecuador, esta designación «expresa la responsabilidad que la nación tiene con la resolución pacífica de conflictos y el apoyo a los esfuerzos internacionales por alcanzar la estabilidad en áreas afectadas por tensiones».
Esta tarea encargada por Noboa a su vicepresidenta no había sido anunciada previamente, pues ella había indicado que trabajaría con asuntos de migración y de atención a la comunidades de migrantes residentes fuera de Ecuador. También había anunciado que la encargaría de estrechar relaciones con las naciones de África.
La frialdad de la relación entre Noboa y la vicepresidenta Abad se evidenció otra vez el día de la posesión cuando ella optó por no asistir al almuerzo oficial en el palacio presidencial de Carondelet para, a cambio, comer con vendedoras de un mercado de Quito.
La distancia ha marcado las relaciones entre Noboa y Abad incluso durante la campaña electoral, cuando apenas compartieron actos juntos, ni siquiera en el día de la votación de la segunda vuelta, cuando él se quedó en su vivienda de playa en Olón, provincia de Santa Elena, y ella siguió los resultados desde Quito.
Ya una vez electos, la única vez que se les vio juntos a ambos fue en la entrega de credenciales como vencedores de los comicios, celebrada la semana pasada a cargo del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Durante ese periodo, Noboa realizó una gira por España, Italia y Estados Unidos donde almorzó con el rey de España, Felipe VI; conversó telefónicamente con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez; y se reunió con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
A su retorno a Ecuador, Abad hizo su propia gira internacional sin previo anuncio, en la que se reunió en Lima con el primer ministro de Perú, Alberto Otárola, y en Madrid con el presidente del partido de ultraderecha Vox, Santiago Abascal, mientras que luego asistió al concurso Miss Universo, en el Salvador, donde tuvo un encuentro con su presidente, Nayib Bukele.
En redes sociales también expresó su afinidad con la vicepresidenta electa de Argentina, Victoria Villarruel, tras el reciente triunfo electoral del candidato presidencial Javier Milei.
Estas reuniones de Abad se daban mientras Noboa cerraba con el correísmo y el Partido Social Cristiano (PSC) un acuerdo a tres partes para designar la mesa directiva de la Asamblea y las comisiones parlamentarias permanentes. EFE
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