Los posibles impactos del fenómeno de El Niño que se prevé se sientan en los últimos meses del año en los sectores productivos, sobre todo en los que más divisas generan al país, entre ellos el camarón, preocupan a los gremios que representan a esta cadena que busca prepararse y amortiguar los potenciales efectos.
Por ejemplo, el sector ve en la aprobación del Decreto Ley Orgánica de Urgencia Económica de Gestión de Riesgos y Desastres una posibilidad de hacer frente al impacto que pueda tener El Niño en sus actividades. La normativa, que está a la espera de un dictamen de la Corte Constitucional (CC), propone un mecanismo de regularización de tierras e infraestructuras camaroneras a través de la titularización voluntaria de concesiones acuícolas.
Este decreto ley fue remitido por el presidente Guillermo Lasso el 5 de septiembre pasado con carácter de urgencia económica a la CC junto con el de Equilibrio, Organización y Transparencia de las Finanzas Públicas.
Oswin Crespo, vicepresidente de la Federación Ecuatoriana de Acuicultores (Fedac), que representa a los gremios de producción de camarón y de laboratorios de larvas de Esmeraldas, Santa Elena, Manabí, El Oro y Guayas, defendió la ley en una audiencia de amicus curiae, en la Corte, el martes 26 de septiembre.
Crespo argumentó en su intervención que de aprobarse la ley 65.000 hectáreas de concesiones camaroneras tendrán la posibilidad de mantener su producción de $ 1.800 millones al año, gracias a las facilidades financieras que podrían surgir de la aprobación de este proyecto.
Estas concesiones forman parte de un total de 100.000 hectáreas que podrían verse afectadas por el fenómeno de El Niño, indicó el dirigente al citar el documento “Estrategías ante el fenómeno de El Niño”, publicado el 5 de junio pasado por la Subsecretaría de Acuacultura.
Al respecto, el subsecretario de Acuacultura, Axel Vedani, indicó este miércoles 27 de septiembre en una entrevista radial que esta cartera de Estado también expuso sus argumentos a favor del decreto ley. “No es el mismo trato de un sector agropecuario, bananero o de otros tipo…, que sí tiene la posibilidad porque ellos pueden hipotecar su hacienda. Si viene El Niño y mañana viene una palizada y se lleva su tierra, el bananero va a poder hipotecar y ¿por qué el camaronero no, cuál es la diferencia, que es un bien público?”, mencionó Vedani.
Seguido explicó que un bien público, en el caso de las tierras camaroneras, es el que baña la marea. Añadió que en una infraestructura camaronera “la piscina no se la baña con agua, está ya delimitada dentro de un manglar, dentro de un muro camaronero, que eso conceptualmente rompe el tecnicismo legal de decir que es una zona pública porque la baña la marea del mar”.
El resto de las hectáreas, fuera de las 65.000 concesionadas a las que se refiere Crespo, también están en peligro, aseguró José Antonio Camposano, presidente ejecutivo de la Cámara Nacional de Acuacultura (CNA). Calculó que en total son alrededor de 110.000 hectáreas las que estarían en riesgo, lo que representa el 50 % del total de las hectáreas camaroneras del país.
“El 50 % de las hectáreas de camarón están en riesgo porque se encuentran en zonas inundables, estamos hablando de más de 110.000 hectáreas de camaroneras que están en riesgo inminente en momento de darse una precipitación de consideración”, advirtió con preocupación Camposano.
Recordó que entre febrero y marzo pasado hubo lluvias que no correspondían al fenómeno de El Niño, pero ya respondían a la anomalía climática, que afectaron infraestructuras de camaroneras y generaron pérdidas al sector. Solo en el cantón Pedernales, en la provincia de Manabí, se registraron pérdidas por más de $ 2 millones por la afectación de alrededor de 600 hectáreas por las fuertes lluvias.
Agregó, por ejemplo, que existen camaroneras, en Esmeraldas y El Oro, que tienen muy buena infraestructura y están bien preparadas, pero al estar en zonas inundables también están en riesgo. “No hay forma de estar mejor preparado, porque igual en el momento en que la zona se inunda se lleva todo. Hay que estar muy atentos a las variables para saber exactamente o tratar de predecir lo más precisamente posible la magnitud de las lluvias, pero siempre va a ser un pronóstico impreciso”, lamentó Camposano.
Estas afectaciones se suman a otras variables que impactan la liquidez del sector, añadió el titular de la CNA, al asegurar que la cadena de valor del camarón ecuatoriano ha perdido, hasta julio pasado, más de $ 1.200 millones de liquidez por los precios a la baja del crustáceo en los mercados internacionales, la inseguridad y la eliminación del subsidio del diésel.
Con información de El Universo
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