En soledad o con compañía, viajar es una de las actividades preferidas de muchas personas alrededor del mundo. Aunque cada una tiene sus razones particulares para disfrutar de sus aventuras, la ciencia ha demostrado que hay una razón fisiológica para el placer que nos da conocer lugares nuevos.
En un estudio realizado por el portal Booking.com, el entusiasmo que provoca un viaje comienza desde la planeación del mismo. Escoger un destino, planear itinerarios son la semilla que hecha a volar la imaginación sobre la aventura que está por venir. La expectativa sobre las imágenes que verás, la comida que probarás y las sensaciones que experimentarás comienzan a crecer conforme las ideas se van materializando.
Según el Instituto Coleman la dopamina, hormona que regula las emociones, se libera cuando “hay una oportunidad realista de que tengamos una experiencia placentera.”
Mientras que la planeación causa expectativa, el viaje en curso causa asombro y curiosidad. Según un artículo publicado en Pscychology Today, el cambio de entorno es ya una razón para ver el mundo diferente. De acuerdo con la autora, Amy Hale, lo que nos rodea es una parte importante de cómo vemos el mundo.
“NUESTROS ESTADOS PSICOLÓGICO, FISIOLÓGICO Y EMOCIONAL CAMBIAN SEGÚN CAMBIAN NUESTROS ALREDEDORES,” EXPLICA LA DOCTORA EN PSICOLOGÍA. “LOS LUGARES EN LA NATURALEZA NOS RELAJAN. NUESTRA CAPACIDAD DE CONCENTRARNOS ES MEJOR Y NOS INVOLUCRAMOS MÁS EMOCIONALMENTE.”
A pesar de la posibilidad de tristeza por regresar a la cotidianidad después de una aventura, un estudio publicado por la revista Springer demuestra que, en realidad, la felicidad del viaje es de larga duración y que el simple hecho de recordarlo puede brindar una sensación de felicidad y placer.
Si bien viajar es un privilegio, las formas de hacerlo éticamente no son pocas, ni se reducen a algunos lugares. Experimentar nuevas cosas es, según la ciencia, uno de los factores principales para mantenernos en un estado placentero, sin embargo una postura crítica hacia el consumo vacacional siempre es necesaria para tener un viaje responsable y respetuoso hacia los lugares y poblaciones que nos reciben.
Texto original publicado en National Geographic
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