Ataviados con camisetas verdes y amarillas, decenas de miles de paquistaníes celebrarán este viernes, 9 de diciembre del 2022, la actuación de Brasil ante Croacia en su partido de cuartos de final del Mundial Qatar 2022, un país que siente como propios los triunfos de la pentacampeona y que alberga un barrio conocido como ‘mini Brasil’.
Más de 20 000 hinchas ya se encuentran congregados en este suburbio de la ciudad occidental de Karachi para seguir juntos la eliminatoria desde una pantalla gigante, ubicada en un pequeño parque de este barrio, que los días de partido se asemeja más a Río de Janeiro que a Islamabad.
“Si gana Brasil, estamos listos para bailar y celebrar la victoria”, aseguró a EFE Munir Ahmed, uno de los hinchas que acudieron a Lyari, verdadero nombre del barrio.
El verde y el amarillo colorean las estrechas calles de altos edificios de este lugar, donde miles de personas que ondean banderas brasileñas se suman a una multitud que no cesa de crecer.
En un país ampliamente dominado por el críquet, el fútbol ha encontrado en Lyari un espacio donde crecer lentamente, mientras observa cómo cada vez son más los jóvenes que pegan sus primeras patadas al balón en sus calles, o comienzan a aflorar algunas academias como la de Aurangzeb Shahmir, que busca parecidos entre ambos países.
“Pelé y muchos otros jugadores brasileños solían ser trabajadores y nosotros también”, destacó este aficionado como la razón principal que une a los hinchas paquistaníes con Brasil.
Según Shahmir, la situación costera de Karachi permitió que el fútbol llegará temprano a esta ciudad, por lo que en Lyari comenzaron a formarse varios equipos locales que poco a poco han ido extendiendo la afición por el fútbol.
Tregua por el Mundial
Así se puede entender que este pequeño enclave brasileño, hace no mucho visto como un área plagado de violencia, se haya convertido en un lugar donde las armas y la violencia dejan paso a la pasión por el deporte durante el mes que dura en Mundial, y donde en lugar de disparos resuenan los fuegos artificiales con cada victoria de Brasil.
El barrio cuenta actualmente con 117 clubes registrados y alrededor de 10 academias de entrenadores que brindan servicios gratuitos.
“Tenemos buenos jugadores hasta menores de 12 años, pero arriba no tenemos instalaciones ni exposición para competir con jugadores internacionales”, lamentó Shahmir.
Esas circunstancias hacen que, llegados al máximo nivel, la selección nacional de Pakistán no rinda en plenitud y ocupe el puesto 194 de 211 equipos en el ranking de la FIFA.
Por esa razón, Shahmir pide a la FIFA que se involucre en las actividades futbolísticas en Lyari, organizando eventos para explorar el potencial de los jóvenes.
Un tema sobre el que conversaron esta semana el ministro de Exteriores de Pakistán, Bilawal Bhutto Zardari, y el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, durante su visita a Catar.
“Discutí el potencial futbolístico de Lyari con el presidente de la FIFA”, anunció entonces Bhutto-Zardari en Twitter.
Y es que aunque todavía quede tiempo para que Pakistán comience a observar los primeros brotes verdes y dispute su primer Mundial, lo cierto es que el país ya ha conseguido estar presente en cada partido que se disputa en Catar, puesto que los balones con los que juegan los mejores jugadores del mundo proceden de una fábrica en la ciudad nororiental de Sialkot.
Con información de EFE
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