Autores: Pablo Lucio Paredes y Bernarda Mena, Empresaria Florícola hasta el 2021 [email protected]
Laboriosamente salíamos del Covid y de repente esta invasión inaceptable e ignominiosa. Hay un clamor humano fundamental: no permitir que impunemente se invada otro país para someterlo. El desenlace es aún muy incierto, y en consecuencia los impactos, porque hay varios escenarios posibles entre el menos dañino de una negociación rápida y el más extremo de una guerra abierta en Europa.
Según Occidente (obviamente simplificando): Putin quiere rehacer la Rusia imperial para sentirse un tzar todopoderoso, o volver a la Unión Soviética para recuperar un poder que no corresponde a su pequeña dimensión económica (que su arsenal nuclear y su producción energética engrandecen). Y nunca mostró real interés en negociar, sino que tuvo siempre en mente su estrategia de ocupación.
Según Rusia: Occidente ha cometido abusos pasados. La Otan se expandió hacia el Este generando sensación de asfixia y riesgo militar a Rusia. Hay una historia compartida entre Rusia y Ucrania que otros quieren olvidar y destruir. Y existe la necesidad de desnazificar al país.
Estábamos en una trayectoria delicada, porque la inflación despegaba ya desde mediados del 2021 y había, al menos, que ajustar el flujo monetario y los intereses para frenarla. Esto mal implementado por los Bancos Centrales podía generar un impacto muy fuerte en el crecimiento mundial, pero bien manejado podía permitir un “soft landing”.
Y ahora la invasión. Tomando diversos análisis y en particular de Felipe Larrain (“Impactos de la Invasión de Rusia a Ucrania”), debemos estar conscientes de varios factores:
*Aumento de la incertidumbre y “flight to quality” (es decir los inversionistas buscan refugios seguros para su dinero, de ahí la caída de las Bolsas de Valores y activos “especulativos” como las criptomonedas)
*Fortalecimiento del dólar, el yuan, el franco suizo y el oro
*La búsqueda de refugio impacta en las tasas de interés de los instrumentos denominados en dólares (han bajado más de medio punto)
*Sube el precio de los metales preciosos
*El petróleo supera los 120 dólares y expertos anticipan que puede ser bastante más (¿$200- $250? … lo cual me sorprendería francamente), mientras el gas natural sube más de 50% en Europa (se buscan alternativas como paliativos, ejemplo liberar el petróleo de las reservas estratégicas, el iraní e incluso el venezolano)
*El alza del petróleo genera altos riesgos de recesión en EE.UU. y en general se habla de estanflación. El crecimiento mundial bajaría 1 a 2 puntos (situándose alrededor del 3%, pero en negativo en zonas importantes como Europa y quizás los EEUU) y la inflación mundial se elevaría en 3 o 4 puntos llegando hacia el 6/8% pero con picos más elevados en varios países avanzados
*Precios del trigo y de la soya también suben con fuerza. En general los precios de las materias primas registran las mayores alzas desde mediados de la década de 1970
*¿Política monetaria? En EE.UU. la probabilidad de una elevación de 0,5% de las tasas de interés en la reunión de marzo desaparece, y el Banco Central Europeo seguirá comprando deuda, privilegiando el objetivo de crecimiento frente al de inflación.
Recordemos datos esenciales. Cuánto exportamos a Rusia de banano y camarón (gráfico # 2), y en general las exportaciones a ese país (gráfico #3).
GRÁFICO #2 ECUADOR: DESTINO DE EXPORTACIONES E IMPORTACIONES 2021
GRÁFICO #3 – ECUADOR: EXPORTACIONES A RUSIA 2021
Como vemos en el gráfico #4, el petróleo es el principal rubro de exportación del país, más o menos el 30% del total.
La economía podría recibir adicionalmente por el alza del petróleo, entre $4.500 y $8.000 millones dependiendo si el precio promedio del 2022 sube 50% o 100%, en relación al promedio de 2021 que fue de $62 por barril. Razonablemente unos $6.500 millones adicionales.
Una parte de esto va al sector público (a sus diversas instituciones, sea Gobierno central, Municipios u otros), lo que no es tan fácil de establecer porque hay un enredo importante en las cuentas, aunque podemos estimarlos en alrededor de $5.500 millones adicionales.
Pero, como contraparte, debemos considerar que aumenta el costo de importación de combustibles, y como su precio interno está congelado y va a seguir congelado (salvo la gasolina súper que es de mínimo consumo y que además la gente reducirá su consumo pasando a la extra, cuando su precio supere los $5 o $6 el galón) el subsidio aumenta. Recordemos que dicho subsidio alcanzó los $4 mil millones en 2014, y el año pasado fue de más o menos $1.200 millones. Vemos en el gráfico #5 que el adicional podría ser del orden de $3.000 millones en el 2022.
… sin embargo, lo importante es que a través del Gobierno todos seamos ganadores. Y por ello debemos pensar que este es un momento excepcional (“vacas gordas” aunque no se pueda llamar así pues estamos en medio de un peligroso conflicto), que tarde o temprano terminará y el mercado volverá a niveles más razonables (pensemos que quizás hasta el 2023, bajará algún momento hacia los $60 por barril y se estabilizará hacia $70 u $80), por eso debemos ser muy cuidadoso con el manejo de esos fondos. Hay 2 usos sanos. Uno, el financiamiento de algún programa social prioritario de calidad: nutrición infantil por ejemplo. Dos, creación de un fondo para cuando vuelvan las “vacas flacas”.
GRÁFICO #4 ECUADOR: PRINCIPALES EXPORTACIONES (las que generan al menos alrededor de $1.000 millones al año)
GRÁFICO #5 SUBSIDIO A LOS COMBUSTIBLES IMPORTADOS
Ya lo vimos flores y banano pueden ser muy afectados.
Sobre las flores hablamos más adelante, pero en general en el gráfico #6 vemos cómo desde afuera se percibe el problema.
GRÁFICO #6 PREOCUPACIÓN POR LAS EXPORTACIONES DE BANANO Y FLORES
En momentos difíciles los inversionistas mueven sus fondos hacia el dólar, que sigue siendo el rey de los mercados, a pesar de los pronósticos negativos, el empuje de la China por el yuan, y el valor sicológico e histórico del oro. Y se fortalece. Ya lo veíamos antes de la invasión y ahora más. El gráfico #7 muestra la evolución frente al euro, solo en el último mes. Topamos ya un mínimo de 1.07 dólares por euro, y puede ser menos. Buena noticia: monedas como el peso colombiano (nuestros competidores) se han mantenido estables e incluso a la baja (¿será América Latina, en algo, un refugio por su lejanía física del conflicto?).
Un dólar más fuerte afecta la competitividad de precios de nuestras exportaciones lo cual es muy complicado (exportaciones menos rentables) frente a la caída del mercado ruso y los ajustes en consumo en otros países por el menor crecimiento mundial. Pero por otro lado abarata importaciones, lo cual es bueno en un mundo de alza de precios (nos impacta algo menos).
GRÁFICO #7 RELACIÓN DÓLAR/EURO (un mes)
Tuvimos varios años de inflación negativa y, a partir de mediados del 2021 empezó a recuperarse hacia zonas ligeramente positivas. Estamos a inicios del 2022 cerca del 3%, de lo cual casi la mitad corresponde al transporte, es decir está ligado al alza de los combustibles durante varios meses el año pasado, antes del congelamiento.
En 2022 veremos tres cosas.
Uno, que el efecto del alza de los combustibles ya va numéricamente desapareciendo.
Dos, que llegan ya los efectos del conflicto, en particular elevación de alimentos, materiales (construcción y más), energía (indirectamente, aunque se mantengan congelados los combustibles).
GRÁFICO #8 INFLACIÓN ANUAL ECUADOR
-A diciembre de cada año-
Tres, evaluaremos si la menor inflación en Ecuador frente a otros países es por la dolarización y otros fenómenos de mercado, o es porque había ajustes rezagados que quizás ahora se manifiesten (por ejemplo, porque las empresas estaban sobre stockeadas en importaciones).
Todo lo anterior podría llevar la inflación en el país alrededor del 5%. Suena bastante y lo es, pero en términos de tendencia aún es razonable si miramos los últimos 18 años, con un promedio de 3% (gráfico #8) y un pico del 9% en 2008. Y sobre todo es menos que en otros países. Por ejemplo, Colombia solo en Febrero tuvo inflación de 1.63%, mitad alimentos (ejemplo: aumento papa 143%, carne 35%). Ecuador mucho menos, 0,23% en Febrero, una cuarta parte en alimentos (ejemplo: pan 6%). En tendencia anual Colombia más del 8%, Ecuador menos del 3%.
Para que usted pueda hacer su propia estimación, en el gráfico #9, vemos cuál es el peso de cada rubro dentro de la canasta familiar. Por ejemplo si usted estima que los alimentos van a subir al menos 10% en promedio, entonces 10% multiplicado por el peso de 22% da un impacto inflacionario de 2,4%, solo por ese rubro.
GRÁFICO # 9 PESO DE CADA RUBRO EN LA CANASTA BÁSICA (%)
Normalmente fluctúa en base al precio del petróleo (en relación directa) y otros eventos económicos y políticos en el país (relación inversa o directa). Estamos algo por debajo de 800 puntos (muy por encima del resto de países de la región, salvo obviamente Venezuela y Argentina) porque la mejora del entorno económico es siempre un proceso lento, y los riesgos políticos siguen ahí (como las negativas señales de la Asamblea Nacional).
Por eso la enorme subida del precio del petróleo no ha generado ninguna variación en el riesgopaís: por un lado mejora los ingresos externos, pero por otro lado se considera que esto es más bien coyuntural (algún momento el mercado volverá a la normalidad) y hay el resto de factores del entorno mundial que pesan negativamente.
La verdad, ya antes de la guerra, los pronósticos eran muy variados entre el 2/2.5% de organismos internacionales, y el 4/4.5% de bancos y otros. Como señalamos en Koyuntura #101 (febrero 2022), el país necesita crecer por encima del 4% para resolver importantes problemas económicos, sociales e incluso políticos. Este es un golpe adicional que podría reducir en alrededor de 0,5% esas perspectivas.
Una guerra es humanamente una horrible noticia (tantas familias que vemos otra vez en éxodo). También política y sicológicamente porque supusimos se había superado la etapa de invasiones decididas por un autócrata, y que ciertamente tiene que ver con nuevos reajustes geopolíticos (ver Koyuntura #101), destinando otra vez recursos al rearme mundial. Y económicamente porque, apenas salíamos bien que mal del Covid, ahora es un nuevo impacto que merma el crecimiento, los intercambios libres e incrementa la inflación.
Menor nivel y calidad de vida en el mundo. ¡Triste situación!
El 8 de marzo se celebró el Día de la Mujer Rusa, y se lo hace con flores, en especial con rosas, y la Federación Rusa ha sido, históricamente, un importante comprador de flores ecuatorianas (junto a Estados Unidos y la Unión Europea). Este Día es una de las 4 fechas importantes en el calendario de ventas de los floricultores ecuatorianos en el primer semestre del año: comienza con San Valentín, luego Día de la Mujer Rusa, Semana Santa y Día de la Madre. Ahí se genera el mayor volumen de ventas e ingresos de todo el año.
De ahí que la invasión ordenada por Vladimir Putin a Ucrania, tendrá un fuerte impacto en las flores ecuatorianas.
Según EXPOFLORES, a Junio de 2021, Ecuador se posicionó, para Rusia, como el primer proveedor de rosas, claveles, flores de verano, astromelias y gypsophilas, habiendo incrementado sus compras de flor ecuatoriana en un 65% ($96 millones adicionales) frente al mismo período en 2020 y superando, incluso, el valor alcanzado en ese mismo período en 2019. Y según el Banco Central, a Diciembre de 2021, las flores son el segundo producto de exportación no petrolera a Rusia y Ucrania (Rusia, 5 veces más).
Como todo el mundo estaban recuperándose del golpe que supuso a la economía mundial el COVID 19, luego de San Valentín los floricultores ecuatorianos se prepararon para cumplir con los pedidos para el Día de la Mujer “Rusa”. Según notas de prensa, el 90% de la flor destinada a esa celebración llegó a su destino antes de la invasión militar. El 10% restante no logró su objetivo pues ya la navegación por el Mar Negro estaba interrumpida por el conflicto bélico. Las probabilidades de que esa flor se haya perdido son altas.
GRÁFICO #10 PRINCIPALES DESTINOS DE EXPORTACIÓN
Es muy probable que la floricultura ecuatoriana, al menos por un tiempo, deba despedirse del mercado ruso y ucraniano. Las sanciones impuestas por Occidente han resultado ser letales. La expulsión de Rusia del sistema Swift dificulta el cobro de las facturas pendientes, que según el representante de los floricultores ecuatorianos ascendería a cerca de USD40 Millones. Además, la población de ambos países, quedará en precaria situación. Los pocos recursos de los que dispongan deberán destinarlos a adquirir artículos de primera necesidad y no flores que son artículos de lujo (aunque la gente muchas veces trata de medio de las crisis de “darse ciertos lujos”…).
Se podría suponer que la flor que se deje de vender a Ucrania y Rusia podría ser vendida en otros mercados, por ejemplo, en Estados Unidos que es el mercado natural de la flor ecuatoriana (vemos en el gráfico #10, la diferencia de destinos de la flor ecuatoriana y colombiana). Sin embargo, la realidad es otra, porque las características de las rosas (principal producto) que se producen para el mercado ruso son muy distintas a las del mercado estadounidense. Rusia y Ucrania demandan rosas de variedades específicas con características propias en cuanto a tamaño de botón y largo de tallo. Esto hace que producir para Rusia y Ucrania sea más caro que producir para Norteamérica. Ciertamente en la Unión Europea, hay países que aceptan tanto la flor americana como la rusa, sin embargo, todos los mercados están muy bien abastecidos por productores, colombianos, ecuatorianos y africanos, especializados en esos mercados.
En pocas palabras, no existe un pedazo del pastel que sea fácilmente disponible para los productores de flor que han dejado de vender a Rusia y Ucrania. Cuando traten de ingresar su flor en los mercados ya abastecidos, pagarán un alto precio (sobre todo cuando el mercado deba ser abastecido en el Día de la Madre). Tendrán que ofertar su flor, cara de producir, a los precios que estén dispuestos a pagarles, y será un mercado donde nadie les haga favores, en particular los productores colombianos utilizando sus recursos generados por la fuerte devaluación del peso colombiano en los últimos 5 años (pasó de 1800 pesos por dólar a alrededor de 4.000, y la inflación en Colombia solo ha mermado una parte de esa “ventaja”) … también será interesante ver la estrategia de esos grandes productores colombianos que han adquirido muchas fincas florícolas en Ecuador los últimos 2 años.
Muchos productores deberán preguntarse si vale la pena continuar produciendo una flor que ha dejado de ser rentable. Más aún, cuando en estos momentos se suma el problema de los altos precios de los insumos, tres de los cuales son cruciales para la floricultura: fertilizantes y pesticidas, plásticos para invernaderos y cartón de empaque. También debemos tener en cuenta el problema de los costos de fletes y de la falta de medios de transporte que, con la guerra, también se están agudizando. Lamentablemente, eso pone en riesgo puestos de trabajo que la floricultura ha generado y gracias a los que el empleo rural se incrementó.
¿Cómo puede el Gobierno del Ecuador, no directamente sino creando un mejor entorno, apoyar a los floricultores afectados por la guerra para evitar quiebras y el consiguiente desempleo?
Uno, es imperativo tener Acuerdos de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá. El primero es el mercado natural de la flor ecuatoriana y el segundo un mercado de enorme capacidad adquisitiva que se encuentra en nuestro mismo hemisferio, lo cual facilita la logística. A junio de 2021, según EXPOFLORES, el Ecuador ya era el segundo proveedor de flor en Canadá con una participación del 22%, el primero es Colombia que tiene un acuerdo comercial con Canadá firmado en 2008. Las flores ecuatorianas ingresan a Canadá pagando casi el 12% de arancel frente a 0% de las flores de Colombia.
Dos, el Gobierno ecuatoriano debe apoyar líneas de crédito a tasas competitivas a nivel internacional. Tasas comparables a las que los floricultores colombianos captan.
Tres, la floricultura requiere de un Código Laboral moderno y que sea compatible con la actividad. Es una actividad intensiva en mano de obra que representa aproximadamente el 53% del costo de producción más aun después del incremento de $25 al Salario Mínimo Vital.
Cuatro, la floricultura requiere apoyo para solucionar el problema de los costos excesivos en los fletes aéreos, debido a que los aviones de carga llegan vacíos al país. Eso obliga a los floricultores a pagar fletes que cubren el viaje de ida y vuelta.Ese problema no lo tienen los floricultores colombianos.
Situación compleja, pero como siempre, contemos con la capacidad de empuje, resiliencia e innovación del sector empresarial ecuatoriano.
Texto publicado en la Revista KOYUNTURA Express
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