El planeta vivirá 16 días de activismo en contra de la violencia hacia la mujer. Desde hace más de dos décadas los días del 25 de noviembre al 10 de diciembre se hace un llamado a los gobiernos del mundo para frenar cualquier tipo de abuso hacia la mujer y crear herramientas de protección válidas.
Las dos semanas de activismo se dan desde 1991 donde se pretende generar herramientas para que, tanto los gobiernos como la sociedad civil y comunidades, puedan llegar a compromisos claros y específicos para evitar vulneraciones sistemáticas a los derechos de las mujeres en todas sus diversidades.
Las cifras de violencia en Ecuador
Según datos del Grupo de Trabajo para Refugiados y Migrantes (GTRM), Ecuador acoge a uno de los más altos números de personas refugiadas en Latinoamérica y es el hogar de más de 500.000 personas venezolanas. De ese número, el 30,4% corresponde a mujeres y el 20,7% a niñas, es decir, más del 51% del total de esta población son mujeres.
Además, un estudio realizado por las Naciones Unidas en 2020 detalla que, de las 295 víctimas de trata de personas en Ecuador, el 91,2% fueron mujeres y, de ellas, el 84% se dio con fines de explotación sexual.
En otro estudio del GTRM se afirma que las mujeres colombianas y venezolanas que viven en Ecuador reportaron haber sido objeto de acoso sexual (34%), manoseo contra su voluntad (21%), intento de ataque sexual (25%), sexo forzado (15%), violación por la fuerza o arma (18%) y sexo forzado por dinero (5%).
Estas reprochables cifras exponen las diferentes vulneraciones que sufren las mujeres obligadas a desplazarse forzosamente, a veces solas, a veces junto a sus hijos y familia.
Factores de riesgo más comunes
Expertos en el tema de Derechos Humanos y violencia contra la mujer señalan que existen cuatro factores que inciden en las situaciones que se dan dentro de la violencia de género:
El desplazamiento forzado es uno de los principales factores, 1 de cada 5 mujeres son víctimas de abuso sexual en la situación vulnerable que se encuentran al estar en lugar lejos de su país de origen.
La xenofobia, falta de oportunidades económicas, falta de información sobre los servicios disponibles, el consumo de alcohol por parte de sus agresores está descrito como los principales hallazgos de investigación en el informe próximo a entregar por los organismos, ACNUR y HIAS.
Un tercer factor de riesgo es la falta de documentos. Además, expertos señalan que muchas mujeres en condición de movilidad enfrentan actitudes negativas de funcionarios públicos lo que limita el acceso a salud pública, como salud sexual yreproductiva.
Finalmente, un cuarto factor de riesgo para algunas mujeres en estado de movilidad humana es el abuso de algunos empleadores que se aprovechan de la necesidad de recursos de estas mujeres y niegan los beneficios normativos ni el sueldo legal por su trabajo.
Tipos de violencia
La investigación detectó varios tipos de violencia que sufren las mujeres en condición de movilidad. Entre las principales destacan violencia sexual, el sexo como mecanismo de supervivencia, acoso sexual, trata con fines de explotación sexual, violencia psicológica y económica y la violencia institucional.
Las mujeres, tanto en movilidad humana como en las comunidades de acogida, enfrentan este tipo de violencias de su familia -mayoritariamente de sus parejas-, pero también de otros actores de la sociedad como empleadores, servidores públicos, trabajadores de los sistemas de salud, operados de justicia, entre otros.
El 42% de las mujeres encuestadas considera que el principal riesgo de violencia basada en género que enfrentan durante el tránsito por los países es la violencia sexual. Las personas LGBTQI+, especialmente quienes están en tránsito, se han convertido en un grupo más vulnerable a este tipo de violencia, considerando que se le suman aspectos como la discriminación por su nacionalidad, identidad de género y orientación sexual, que incluso las hace blanco de prácticas de odio.
Imaginario hipdersexualizado
Sexo como mecanismo de supervivencia: el imaginario que ha hipersexualizado a las mujeres colombianas y venezolanas contribuye a que, en el marco del desplazamiento de los últimos años, los hombres eroticen y consideren a las mujeres en movilidad humana como un objeto sexual.
Violencia institucional: la discriminación y xenofobia es un eje transversal a la violencia institucional. Mujeres aseguran que han sufrido diferenciación en el trato, el tiempo de espera, la calidad del servicio, la entrega de medicinas y la solicitud de documentos que no son necesarios para ofrecer atención.
En este contexto, las mujeres en movilidad humana comparten los mismos nudos críticos en la atención y protección frente a la violencia que las mujeres ecuatorianas. Y en la lucha de erradicar estos factores de violencia la Organización de Naciones Unidas (ONU) ha activado su campaña ¡ÚNETE! Activismo para poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas, con una colorimetría naranja característica.
Su objetivo es hacer que más personas se sumen a esta iniciativa y se conviertan en activistas que se solidaricen y apoyen a los movimientos y defensoras de los derechos.
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