Los conflictos entre la fauna y los humanos son cada vez más habituales debido al avance descontrolado de las fronteras agrícola y urbana sobre los ecosistemas naturales. Uno de los conflictos más comunes son los ataques al ganado doméstico, que causan daños económicos a agricultores de todo el país. Esos ataques con frecuencia son mal atribuidos a depredadores silvestres, como pumas, jaguares y osos, que terminan siendo perseguidos y asesinados.
Sin embargo, la evidencia ha demostrado que miles de perros abandonados o que deambulan sin control son los responsables de varios de los ataques a vacas, ovejas, y otros animales domésticos en diferentes partes del país. Poder identificar a los depredadores responsables de los ataques al ganado es clave para desarrollar estrategias que permitan manejar de manera ética y responsable esta situación.
Un equipo multidisciplinario de científicos de la USFQ ha desarrollado una prueba forense que permite la detección de rastros de saliva dejados por los posibles depredadores en sus presas. Al momento la prueba puede detectar, a través de metodologías moleculares, la saliva de perros domésticos, jaguares, pumas y osos.
“Nuestro objetivo es realizar una correcta identificación de las especies agresoras que permita la gestión adecuada de los conflictos entre el ser humano y los depredadores silvestres”, dijo María de Lourdes Torres, directora del Laboratorio de Biotecnología Vegetal de la USFQ, una de las investigadoras que desarrollo esta prueba.
Actualmente tanto el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica como la Unidad de Protección del Medio Ambiente del Ecuador disponen de kits para la toma de muestras que ya han sido utilizados con éxito en casos reales de ataques al ganado doméstico. Esta nueva prueba fue desarrollada gracias a muestras de jaguares, pumas y osos obtenidas en colaboración con el Eco-Zoológico San Martín de Baños, el Bio-Parque Amaru de Cuenca y el Zoológico de Quito en Guayllabamba.
El desarrollo de técnicas moleculares ha permitido en los últimos años discriminar entre ataques de lobos y perros domésticos en Europa, o identificar restos de ADN de coyotes en heridas del ganado doméstico en Estados Unidos, permitiendo una mejor gestión de los conflictos entre el ser humano y las especies silvestres. Paradójicamente, este tipo de estudios no han sido desarrollados en Sudamérica, a pesar de albergar algunos de los carnívoros más amenazados a nivel mundial.
“La prueba que hemos desarrollado busca alertar del problema real de las poblaciones incontroladas de perros domésticos en Ecuador, modificando falsas percepciones sobre los grandes carnívoros y así conseguir reducir la persecución injustificada de estos”, señala Eduardo Díaz, investigador del Hospital de Fauna Silvestre TUERI y de la Escuela de Medicina Veterinaria de la USFQ, y uno de los investigadores de este proyecto.
Tres de los más grandes mamíferos del Ecuador, jaguares, pumas y osos andinos, son culpados sistemáticamente de atacar al ganado, sin que exista evidencia científica de la verdadera autoría de los ataques. Actualmente las tres especies están clasificadas como amenazadas de extinción según la Lista Roja de los Mamíferos del Ecuador, siendo la caza ilegal una de sus principales amenazas.
“La destrucción de los ecosistemas naturales debido a la expansión de la frontera agrícola y urbana está reduciendo aceleradamente las presas naturales de carnívoros silvestres, que pueden matar al ganado, ya sea por necesidad o de forma oportunista. Sin embargo, muchos de los ataques al ganado son responsabilidad de perros domésticos”, dijo Rebecca Zug, directora del Laboratorio de Carnívoros de la USFQ, y una de las investigadoras de este proyecto.
La presencia y falta de control de perros domésticos en entornos alterados por el ser humano está transformándose no solo en un problema para las especies silvestres sino también para los humanos, habiendo ya casos de ataques incluso a personas. Sin embargo, los perros involucrados en estos casos son a su vez víctimas de la tenencia irresponsable y el maltrato animal y es importante desarrollar planes para su manejo responsable y ético, garantizando el bienestar de la fauna doméstica y silvestre.
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