El pasado viernes 26 de agosto de 2022 arrancó la “Primera Expedición Científica y Cultural a las Islas Galápagos y a Ecuador”, integrada por 95 científicos, investigadores, artistas, educadores, filántropos y más integrantes de la Real Academía Europea de Doctores, entre ellos 4 premios Nobel: Erwin Neher y Richard Roberts, ganadores del Nobel de Medicina en 1991 y 1993 respectivamente, Aaron Ciechanover y Richard Schrocck, distinguidos con el premio Nobel de Química en 2004 y 2005.
https://raed.academy/events/
Tras la organización de la expedición estuvieron la Real Academia Europea de Doctores (RAED), la Fundación Quo Artis y la organización My Planet First. Cuentan con la colaboración de la Fundación Fidal y la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), donde se desarrollaron jornadas académicas en paralelo.
En las instalaciones de la USFQ, José Ramón Calvo, Director del Instituto de Relaciones Exteriores de RAED, junto con nutrido grupo de participantes de la expedición a Galápagos, presentaron a la comunidad internacional el ” Manifiesto de Galápagos” documento que recoge sus puntos de vista y propuesta frente a la problemática ambiental que afecta a las Islas.
Durante 8 días de visita a las Islas, el grupo de expedicionarios sostuvo varias reuniones de trabajo con autoridades locales así como directivos de la Fundación Charles Darwin y del Galápagos Science Center de la USFQ, encuentros que les permitieron conocer de primera mano la situaciación del Archipiélago.
Las Islas Galápagos son Patrimonio de la Humanidad y sin duda, uno de los lugares biodiversos más protegidos del mundo, gracias a una estricta política de conservación, una serie de iniciativas de investigación y a una enorme conciencia de sus habitantes, fruto de años de educación, sensibilización y acciones, encaminadas a un fin último: cuidar este tesoro ecológico y permitir que siga siendo el gran laboratorio desde el que Charles Darwin se inspiró para cambiar la historia de la biología y el concepto de evolución, con su obra “El origen de las especies”. Desde 1959, el gobierno de Ecuador ha mantenido el 97% del archipiélago estrictamente regulado y ha logrado proteger este hábitat único, de presiones antropogénicas y es imprescindible que el resto del mundo colabore en estos esfuerzos.
Los mares son, además de una vía de conexión cultural y económica a lo largo de la historia, proveedores de alimentos y elementos que pueden garantizar la vida en la tierra, y generadores de la aparición de fenómenos atmosféricos que son fuente de agua dulce y por lo tanto no pueden ser el vertedero de nuestros productos de desecho.
Uno de los principales problemas que afectan a las islas de manera especial debido a la fragilidad de su biodiversidad, es la acumulación de plásticos y micro plásticos en las aguas que las bañan y que representan un grave peligro para la supervivencia de la vida marina con las consecuencias que ello conlleva. La contaminación plástica es perpetua, persistente y omnipresente. Es un problema global creciente, particularmente para las islas aisladas. A pesar de ser una de las áreas más vírgenes y rigurosamente protegidas a nivel mundial, el archipiélago de las Galápagos no es inmune a esta amenaza que cada vez es más severa.
La invención del plástico ha sido uno de los grandes aportes tecnológicos de la humanidad y ha permitido avances significativos a nivel industrial, doméstico y social. Su uso se ha generalizado de tal manera que se ha convertido en un elemento cotidiano y sigue siendo esencial en ciertos sectores. Pero hoy en día, también es un problema importante el manejo de sus residuos, de manera especial los micro plásticos, que acaban en los océanos y en el interior de la fauna marina. Las Islas Galápagos no son ajenas a esa problemática y su fauna y flora marina y terrestre están siendo severamente afectadas, incluyendo hasta la fecha a 53 especies y dado que los humanos hemos sido la causa del problema también debemos ser los que busquemos como mitigar ese impacto.
Es obvio que no seremos capaces de resolver esta situación en el corto plazo. También es evidente que se necesita incrementar los esfuerzos dirigidos a la educación de las nuevas generaciones y que, como resultado de ello, sean cada vez más los jóvenes del mundo que se comprometan seriamente a combatir esta amenaza y participen activamente en la búsqueda de soluciones. Lograr ese objetivo, requerirá esfuerzos a todos los niveles y en todas las esferas.
Ya que fue aquí en estas Islas Encantadas, donde Darwin se inspiró, es desde donde lanzamos este manifiesto para pedir al mundo que sea capaz de dar figurativamente, un salto evolutivo y pasar del Homo sapiens, que vistos los problemas que provocamos en el planeta, cada vez lo somos menos, a convertirnos en “Homo galapaguensis” término que representaría una convivencia respetuosa y armónica entre los seres humanos y el medio natural, y necesitamos que éste sea un nuevo proceso de nuestra evolución como especie para recuperar una sociedad más sostenible, más respetuosa con el medio ambiente, más consciente de los riesgos que corremos ante el calentamiento global y la consiguiente crisis climática, ante la sobreexplotación de los mares, la pesca ilegal o la superpoblación. Es fundamental pasar del antropocentrismo al biocentrismo para actuar desde el respeto al resto de especies. Se lo debemos al planeta y a las generaciones futuras.
Por todas estas razones, nosotros, el grupo formado por ganadores del Premio Nobel, académicos, artistas y miembros de la sociedad civil, que hemos venido a las Islas Galápagos para conocer estos problemas y reflexionar sobre sus posibles soluciones, luego de analizar y detectar diversas situaciones que afectan a las islas y por lo tanto, en mayor o menor medida a nuestro hábitat,
Declaramos:
Firmado en Quito, Ecuador, el 5 de septiembre 2022
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