La masacre en la escuela primaria de Texas dejó innumerables sueños sin cumplir, historias sin terminar de escribirse y un duelo eterno para los seres queridos de las víctimas. A un día del ataque que se saldó con la vida de al menos 19 alumnos y dos maestros, comenzaron a conocerse los nombres y las historias de los involucrados de la segunda mayor matanza en un colegio de Estados Unidos.
Xavier López, de 10 años, fue identificado como una de las víctimas en la escuela primaria Robb, según confirmó su madre, Felicha Martínez, a The Washington Post.
“Era divertido, nunca estaba serio y su sonrisa… Esa sonrisa nunca la olvidaré. Siempre alegraba a cualquiera”, dijo Martínez sobre su hijo de cuarto grado.
En la recta final de su último año de escuela primaria, Xavier contaba los días para pasar oficialmente a la Escuela Media Flores en Uvalde.
Horas antes de la masacre, Xavier recibió un cuadro de honor en la escuela. Su madre estaba allí, orgullosa, para acompañarlo en la ceremonia. Tomó una foto de él con el certificado sin saber que esa sería la última. Nunca imaginó que ese sería el último momento que compartiría con su “niño de mamá”.
Otra triste historia es la de Amerie Jo Garza, también de 10 años. Su padre, Angel Garza, publicó en Facebook la madrugada del miércoles que su hija había muerto en el tiroteo en su escuela primaria.
“Gracias a todos por las oraciones y la ayuda para tratar de encontrar a mi bebé. Ella ha sido encontrada. Mi pequeño amor está ahora volando alto con los ángeles de arriba. Por favor, no den nada por sentado ni un segundo. Abracen a su familia. Díganles que los aman. Te quiero Amerie jo. Cuida a tu hermanito por mí”, escribió el padre.
Uziyah García, de 10 años, ha sido identificado como una de las víctimas, según confirmó su familia a la CNN. Estaba en cuarto grado, dijo su tía Nikki Cross. Su tío Mitch Renfro lo describió como un “gran niño. Lleno de vida. Amaba todo lo que tuviera ruedas y los videojuegos”.
“El niño más dulce que he conocido. No lo digo sólo porque era mi nieto”, declaró su abuelo, Manny Renfro, a KSAT.
Eva Mireles, educadora durante 17 años, enseñaba a alumnos de cuarto grado en la escuela primaria Robb, según su tía, Lydia Martínez Delgado, quien confirmó que su sobrina estaba entre los asesinados. Delgado dijo que su sobrino, Rubén Ruiz, era un oficial de policía con el distrito escolar de Uvalde y estaba casado con Mireles. La hija de la pareja se graduó recientemente de la universidad, dijo Delgado.
Delgado dijo que Mireles -de 44 años- era alegre y activa, y recordó una vez que se levantó antes del amanecer con otros parientes para una caminata durante una reunión familiar. “Hizo todo lo que pudo para vivir una larga vida, y aquí se vio truncada”, dijo Delgado en una entrevista telefónica con The Washington Post a primera hora del miércoles.
Audrey García dijo que nunca olvidará la atención que Mireles prestó a su hija Gabby, ahora de 23 años, cuando estaba en tercer grado.
“Mi hija tiene síndrome de Down, y fue una de las primeras estudiantes en ese momento en ser incluida en un aula regular”, dijo García, que ahora vive en San Antonio. “La Sra. Mireles siempre fue más allá. Nunca vio que Gabby tuviera menos potencial que los demás estudiantes”.
El autor del tiroteo
El autor de la masacre del martes en una escuela primaria era un joven solitario de 18 años que sufría bullying por un impedimento del habla en su infancia, tenía una vida familiar tensa y arremetía violentamente contra compañeros y extraños recientemente y a lo largo de los años, dijeron amigos y familiares.
Las acciones
El presidente de EEUU, Joe Biden, se preguntó el martes en un discurso a la nación cuándo su país se plantará ante el “lobby” de armas, tras la muerte de 18 menores un tiroteo en un colegio de primaria en Texas.
“Como nación nos tenemos que preguntar cuándo en el nombre de Dios vamos enfrentarnos a los grupos de presión a favor de las armas, cuándo en el nombre de Dios vamos a hacer lo que en el fondo sabemos que hay que hacer”, dijo Biden en un discurso en la Casa Blanca tras la masacre en la localidad de Uvalde, en Texas.
El tiroteo es el segundo mayor en un centro escolar en una década en Estados Unidos y Biden recordó en su discurso cómo hace ahora diez años morían en la escuela de primaria de Sandy Hook en Connecticut 26 personas, incluidos 21 niños.
Tras señalar que desde entonces ha habido 900 tiroteos con armas de fuego en colegios del país, entre ellos el de la escuela secundaria de Parkland en 2018 con 17 fallecidos, Biden lamentó tener que volver a vivir un episodio así.
“Estoy cansado. Tenemos que actuar. Todos sabemos lo que hay que hacer”, recalcó el presidente visiblemente afectado, enviando de nuevo un mensaje los legisladores de su país para regular el control de armas.
Se preguntó por qué los estadounidenses tienen que seguir viviendo con estas “carnicerías” y por qué éste es el único país en el que se producen matanzas de este tipo.
E insistió en la necesidad de convertir “el dolor en acción” y tener la “valentía” de enfrentarse a los grupos de presión a favor de las armas. “Por cada padre, por cada ciudadano de este país, tenemos que dejar claro a cada cargo electo de EE.UU. que es el momento de actuar”, repitió.
Biden llamó a la nación a orar por los padres y hermanos de los muertos. “Perder a un hijo es como que te arranquen un pedazo del alma”, dijo.
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