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Producción de datos, conocimientos y evidencias

Gilda Macías Carmignani
Universidad Casa Grande
martes, abril 5, 2022
En Ecuador, publicar solo en revistas especializadas para medir la calidad investigativa implica no considerar la contribución humanística, que ocurre en tiempos y espacios distintos, y termina migrando a museos y centros artísticos
Tiempo de lectura: 8 minutos

 

El tema sobre la producción de datos y conocimientos en un mundo globalizado, tecnológico e interconectado cobra cada vez más relevancia. Son varias las organizaciones y expertos que debaten: 1) si hay o no la necesidad de definir un sistema de acceso abierto al conocimiento, de forma que este sea más asequible a todos quienes requieren de su consulta para tomar decisiones, 2) cuál es el papel de las políticas públicas, y 3) que tan necesarias son las evidencias en este proceso.

  1. Un modelo híbrido: la experiencia de la Editorial Universidad Nacional, Costa Rica

Para Camacho y Méndez (2022), miembros de la Asociación de Editoriales Universitarias de América Latina y el Caribe, existe un enfrentamiento entre quienes defienden el modelo convencional y restringido de los modos en que se publica la información, frente a la propuesta de ciencia abierta que promueve, más bien, su difusión. El asunto tiene que ver con varios factores, tales como: calidad, rigor científico, tipo de obra, público objetivo, brechas estructurales entre países y editoriales, derechos de autor (morales y patrimoniales), entre otros.

Desde su percepción, es importante disponer de “todos los tipos de licenciamiento posibles, pues la producción editorial es diversa, y deben reconocerse las necesidades particulares de cada editorial universitaria”. Asimismo, son varios los aspectos vinculados a esta gestión: propiedad intelectual, necesidades e intereses del público y expectativas para generar recursos.

Según ambos editorialistas, desde la firma del Convenio de Berna en 1886, que protegía los derechos de autor en cuanto a uso y reproducción de las obras, no hubo mayores cambios; sin embargo, la digitalización y avances tecnológicos en la producción editorial han cambiado los modelos de licenciamiento de las obras debido al mercado digital transnacional y han “promovido el surgimiento del uso de licencias abiertas en el entorno digital de la esfera académica y científica”.

Camacho y Méndez abogan por un modelo híbrido de licenciamiento, tal como el que desarrolla la Editorial Universidad Nacional (EUNA), que utiliza diversas alternativas de producción-distribución de las obras, incluyendo el acceso abierto, para obtener la más amplia difusión de estas, por fuera del ámbito universitario (ferias nacionales e internacionales, plataformas de libros electrónicos o consignaciones con librerías), ya sean de su cuerpo docente u aportes nacionales y regionales en áreas de interés institucional, tales como educación, cultura, política, arte y ciencia.

Actualmente, la EUNA organiza la complementación de los soportes físicos y electrónicos, con la colaboración de la Unión de Editoriales Universitarias Españolas y su plataforma de libros electrónicos UNEBOOK. Participan también en el Directorio de Libros en Acceso Abierto (DOAB) y en la Red Iberoamericana de Innovación y Conocimiento Científico (RedIB).

  1. Los aportes de los expertos sobre datos y conocimientos

El 23 de febrero de 2022, la UNESCO y el IESALC realizaron su octavo webinar Producción de datos y conocimientos, previo a la Tercera Conferencia Mundial de Educación Superior a celebrarse en mayo 2022, en Barcelona. En el evento participaron varios expertos: Cesar Guadalupe, jefe del Departamento Académico de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad del Pacífico (Perú); Genaro Rodríguez, viceministro de Ciencia y Tecnología del Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (República Dominicana); Lucía Texeira, presidenta de la UNISANTA, del SEMESP y de MetaREd (Brasil); Félix De Moya, director, investigador y fundador del Grupo SCImago (España) y Dante Cid, vicepresidente de redes estratégicas globales para América Latina de Elsevier (Brasil).

Desde la perspectiva de la UNESCO, la densidad y calidad en la producción de datos y conocimientos es clave para establecer proyecciones y orientar las políticas públicas en la educación superior. Sin embargo, para contar con estos, es necesario el apoyo de las instituciones y la voluntad de los gobiernos regionales, de forma que los resultados puedan ser comparables internacionalmente, se puedan hacer conexiones, más aún amparadas por buenas teorías, y se cuente con evidencias para encontrar rutas por donde transitar.

Expongo a continuación algunas ideas y reflexiones, a propósito de las intervenciones en el webinar:

  1. Los datos que los países de la región aportan a organismos como la UNESCO son pocos o mal recopilados. La organización se encarga de compilar información sobre varias categorías: matrícula de graduados, docentes, movilidad internacional, financiamiento, investigación y desarrollo. Sin embargo, de los 43 países que conforman América Latina y el Caribe, solo cinco reportan datos sobre matrículas cada cuatro años. A nivel global, de 213 países solo lo hacen 49, lo que impacta en los análisis y conclusiones. Y si parece poco en torno a la matriculación, la situación es peor con las otras categorías.
  2. Algo que llama la atención es que cuando se trata de proveer información en términos de estadísticas oficiales para establecer políticas públicas, aun siendo mandato público, son pocas instituciones las que lo hacen. Pero a quienes sí la proveen es a los organismos que construyen rankings reputacionales, lo cual es cuestionado por los organismos oficiales.
  3. Algunos desafíos para la futura producción de datos, considerando que no se cuenta con los suficientes:
  • Cómo asegurar la relación entre desarrollo sostenible y finalidades públicas, ya que se percibe una falta de alineamiento entre ambas, más allá de si las instituciones son públicas o privadas.
  • Asumir que los problemas actuales son complejos y no pueden ser abordados solo desde una sola mirada disciplinar.
  • Propender a una mayor integración de la educación superior, ya que existe una fractura entre universidades, propiamente dichas, y otro tipo de instituciones de educación superior.
  • Promover el acceso abierto a la información y conocimientos, ya que se observan limitaciones en la estructura actual para la publicación de datos y no hay claridad, en América Latina, en cuanto a que toda la investigación que se produce con fondos públicos pertenece al dominio público.
  • Definir el tipo de datos que se necesita para abordar los problemas.
  1. En cuanto a la producción de datos, hay también varios retos. Entre estos:
  • La relación entre la educación superior y el aprendizaje a lo largo de la vida, ya que lo que antes se medía no es necesariamente lo que hoy se requiere. Un ejemplo es la tasa de matriculación que excede al bachillerato y que incluye una población diversa y heterogénea, por lo que los temas de equidad e inclusión son importantes.
  • La flexibilización y organización de programas, ya que actualmente se dispone de diversas estructuras modulares, micro certificaciones, certificación de estudios, educación abierta, movilidad internacional (con acceso virtual o presencial), entre otras, y su correspondiente temporalidad.
  • La consideración entre lo que podría llamarse académico y lo profesional, incluyendo la diversidad de saberes y tradiciones culturales.
  • La definición consensuada sobre los datos a recopilar ya que se muestran inconsistencias en su producción desde las universidades públicas y privadas.
  • La necesaria transformación digital para aumentar la competitividad, tanto institucional, como de los países y la región.
  1. Los gobiernos de América Latina y el Caribe presentan dificultades para el acopio de la información, sobre todo por la desvinculación entre la educación básica y la educación superior. En comparación a otras regiones, la producción de conocimientos es muy desigual y se concentra en ciertos países.
  2. Las agencias gubernamentales, organismos internacionales y las universidades han tratado de potenciar el acceso abierto a la información, lo que se ve dificultado, tanto por razones económicas como por otras relacionadas a la transparencia de los procesos para alcanzar resultados.
  3. Debe fomentarse el campo de analítica de datos para hacer frente a los retos de la sociedad en lo que tiene que ver con sostenibilidad, inclusión, diversidad, ciencia abierta, y cómo la producción de conocimientos contribuye a la medición del cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
  4. La relación intergubernamental entre los países para asegurar que las conclusiones de las investigaciones sean de acceso público debe considerar la definición de políticas públicas y las formas en que se podría disponer de la data (repositorios, redes de investigadores), como el caso del Espacio Europeo de Educación Superior. Actualmente se trabaja en el Espacio Iberoamericano para el Conocimiento.
  5. Los requerimientos clave en la investigación de datos incluyen que estos puedan ser: almacenados, preservados, accesibles, detectables, citables, comprensibles, revisados, reproductibles, reusables e integrados.
  1. Las políticas que incentivan la producción de conocimiento y su publicación en revistas indexadas generan debate. Si bien se han logrado avances con la diseminación de los papers y los procesos previos de revisión de pares para asegurar la calidad, lo cierto es que apuntar solo a publicaciones para acreditar el conocimiento científico es limitado, especialmente cuando se lo usa para evaluar los méritos científicos de investigadores: “es posible publicar un mal trabajo en una buena revista, o uno bueno en una no bien acreditada o rankeada”.
  1. Se debe trabajar en la generación de métricas que no están basadas necesariamente en el impacto de las revistas: “hay que ir a diferentes impactos no solo científicos, sino tecnológicos y sociales, hay que ver los aportes singulares. Hoy hay disponibilidad de datos que nos permiten avanzar en esa dirección”.
  2. La producción de datos a futuro, según los expertos, será más abierta, disponible, de acceso libre, segura, relevante, inclusiva y reproducible. Desde los gobiernos, habrá que masificar el acceso a conocimientos, tecnología y conectividad, equidad y política pública, ciencia abierta ampliada y ciudadanizar el acceso a la ciencia.

3.- Políticas públicas, ciencia y evidencias

En entrevista para el medio digital Etc. (2021), la reconocida bióloga molecular, Guadalupe Nogués, señala que una política pública efectiva debe estar influenciada por las evidencias de la ciencia -entendida como productos y procesos-, sin excluir aspectos culturales, éticos, históricos, políticos o económicos del contexto: “si no incluimos como interlocutores a los que están en la trinchera, por más que las evidencias sean sólidas, es posible que termine no funcionando en el mundo real”.

Las evidencias, apunta Nogués, no son siempre claras y completas, de modo que es necesaria la inversión de tiempo, recursos, expertos, y la firme decisión política, ya que no actuar o tardar en hacerlo es peor: “cuando actuamos y después ocurre algo, creemos –a veces correctamente, y a veces no– que hay causalidad, pero no lo hacemos cuando no actuamos y después ocurre algo. Y esto puede ser un problema en cuanto a la toma de decisiones en base a evidencias”. Por tanto, ante evidencias poco claras, lo recomendable es tener precaución y preguntarse si se están precipitando las acciones sin contar con evidencias suficientes, o lo contrario: si se las posterga, teniéndolas. Un reciente ejemplo ha sido el manejo de la pandemia.

En su libro Pensar con otros (2019), Nogués señala, en cuanto al sistema universitario, que se discute si los alumnos que estudian ciencias deberían aprender humanidades y viceversa, enfatizando que los problemas por resolver en el mundo son tan complejos que una mirada solo desde la ciencia, aunque es la que permite conocer de a poco la verdad, no será suficiente si excluye las grandes preguntas, si no deja que se plantee qué tipo de sociedades queremos, cómo podemos manejar los desafíos de la globalización o de qué manera podemos valorar a cada individuo como único mientras lo consideramos un ciudadano con derechos y obligaciones. Las humanidades aportan la mirada del arte, los valores, la ética, el conocimiento de cómo funcionan las sociedades, la filosofía. La ciencia suma una metodología robusta para sacarle respuestas al mundo.

Comentario final

En Ecuador, publicar solo en revistas especializadas para medir la calidad investigativa implica no considerar la contribución humanística, que ocurre en tiempos y espacios distintos, y termina migrando a museos y centros artísticos. Por otro lado, habría que flexibilizar las regulaciones sobre propiedad intelectual y open data, a través de diversos canales de distribución.

En cuanto a la relación ciencia-humanidades, es cada vez más claro que para responder a la complejidad del siglo XXI, necesitamos (como ya lo he enfatizado en otros textos) un ecosistema del conocimiento que implica, según GUNi (2019): 1) incorporar diferentes visiones de lo que entendemos por “humano” y el ambiente en que la vida se desarrolla, y 2) asumir que las culturas ya no viven aisladas o a una distancia de una a otra, sino que están en constante interacción, hibridación y transformación, pero no siempre en iguales términos.

Referencias

Camacho, M. y Méndez-Coto, M. (2022). Un modelo híbrido: la experiencia de la Editorial Universidad Nacional, Costa Rica. Boletín electrónico EULAC. Vol. 12, marzo. Recuperado de: https://eulac.org/2022/03/un-modelo-hibrido/

Etc. (2021). La ciencia sigue siendo mejor alternativa que confiar en la intuición. Entrevista a Guadalupe Nogués. Recuperado de: /entretantaciencia.com.ar/2021/03/04/la-ciencia-sigue-siendo-mejor-alternativa-que-confiar-en-la-intuicion/

Global University Network for Innovation (GUNi) (2019). Educación Superior en el Mundo 7. Humanidades y Educación Superior: Sinergias entre Ciencia, Tecnología y Humanidades. (Traducido al español por Gilda Macias de Higher Education in the World 7. Humanities and Higher Education: Synergies between Science, Technology and Humanities. Barcelona. Recuperado de: www.guninetwork.org

Nogués, Guadalupe (2019). Pensar con otros. Una guía de supervivencia en tiempos de posverdad. Capítulo 1.2. “De las evidencias al conocimiento”. Recuperado de: https://elgatoylacaja.com/pensarconotros/indice

Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura e Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (23 de febrero 2022). Producción de datos y conocimientos. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=xvsS5ASPa2Q

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