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Proactividad en la Electricidad y Conectividad Digital -una necesidad urgente-

Wilson Araque
Universidad Andina Simón Bolívar
lunes, abril 29, 2024
Pensando y actuando proactivamente, hay que ir a una generación de energía eléctrica 360; es decir, a aquella forma de generación que considere a todas las alternativas para, cuando falta o falla la una, inmediatamente se active de forma eficaz y eficiente la otra y, así, se evite la paralización del país que, cuando se la cuantifica, resulta millonaria en términos de las pérdidas generadas a múltiples sectores
Tiempo de lectura: 3 minutos

 

Sin energía eléctrica -recurso básico- y excelente conectividad digital -recurso complementario clave al anterior-, el proceso de digitalización del Ecuador, definitivamente, serán un cuento; ya que se pueden tener las mejores aplicaciones, portales de internet y todos las soluciones digitales del mundo, pero, si no se tiene la base compuesta por la electricidad más la conectividad digital todo los esfuerzos de digitalización que se haga en el país estarán condenados al fracaso prematuro.

De ahí, el trabajo serio, decidido y proactivo -anticiparse a que los escenarios catastróficos aparezcan- en esos dos frentes resulta urgente; siendo, para ello, necesaria la decisión política del gobierno de turno que genere confianza para atraer a inversores privados serios y confiables -ya que los recursos públicos son insuficientes- que sean capaces de invertir en estas dos áreas clave que complementariamente son el soporte para el desarrollo del proceso de digitalización veloz que, a nivel global, vive el planeta Tierra.

No es posible que se tenga que seguir con la estrategia rudimentaria de que, para evitar los apagones de luz eléctrica, hay que estar rezando y poniendo velas a todos los santos para que llueva y, así, las centrales hidroeléctricas no se paralicen. Pues, pensando y actuando proactivamente, hay que ir a una generación de energía eléctrica 360; es decir, a aquella forma de generación que considere a todas las alternativas para, cuando falta o falla la una, inmediatamente se active de forma eficaz y eficiente la otra y, así, se evite la paralización del país que, cuando se la cuantifica, resulta millonaria en términos de las pérdidas generadas a múltiples sectores.

Pero, claro, para que esto ocurra hay que poner fungicidas poderosos para ahuyentar a los políticos deshonestos y a la corrupción pública y privada presente -metásticamente hablando- en todo lado que, más que interesarle el bienestar de los 18 millones de ecuatorianos, está pensando y actuando para llenarse los bolsillos con propuestas que, en su esencia, tiene poco de técnica y, más bien, están ajustadas a sus fines maléficos y perversos anidados, por años, en sectores clave del quehacer nacional como es el eléctrico que, además, con fuertes sindicatos está cobijado por importantes remuneraciones que, por lógica de la productividad sana, deberían demostrar con su trabajo un alto desempeño expresado en la consolidación de un país bien abastecido en términos de la cantidad y calidad de energía eléctrica que llega a los hogares y a todo el tejido productivo que, difícilmente, sin electricidad se adaptará a la necesidad global de mejorar su competitividad.

El otro espacio que complementa al eléctrico para la óptima digitalización del Ecuador es el de la conectividad digital, en donde -a hoy abril de 2024- están tareas pendientes que fueron pateadas hacia adelante por parte del ex Presidente Guillermo Lasso; teniendo que, como es obvio, tomarlas y enfrentarlas, el actual Presidente Daniel Noboa, con firmeza al momento de renegociar –pensando, eso sí, por sobre todas las cosas, en la inclusión de todos los ecuatorianos– los contratos de concesión con las empresas proveedoras de los servicios de telefonía móvil y de todos aquellos servicios vinculados al negocio de los datos que son generados producto de la interacción continua que hacen los usuarios y, con esos datos, una vez procesados entran a un proceso millonario de comercialización para distintos fines.

Y, claro, en el siglo XXI –el siglo de las tecnologías de información y comunicación (TIC)– esos servicios afines a la conectividad digital son fundamentales si se quiere que el Ecuador, realmente, se suba al tren veloz de una tecnología basada en los datos que, de acuerdo a Michael Dell, “son el petróleo del XXI” y que, según Peter Drucker -en los 90 del siglo anterior-, relacionando con lo que sucede ahora, van dando forma una “sociedad basada en el conocimiento”.

Entonces, como se puede apreciar, es vital trabajar en la electricidad y conectividad digital excelente sí se quiere, realmente, un nuevo Ecuador subido al veloz cambio global; caso contrario, como ahora se está viviendo, el país seguirá a oscuras y desconectado de un mundo que evoluciona, sobre la base de la digitalización, a una velocidad que es difícil calcular y, peor, parar.

¡Estamos todavía a tiempo! y, de los apagones actuales, hay que esperar que se saquen aprendizajes de los errores cometidos y, así, enrumbar al Ecuador hacia mejores días que, desde la filosofía de la esperanza, sí son posibles alcanzarlos si trabajamos de forma sinérgica, humana e inteligente adaptada a unas megatendencias que van fijando el destino de una sociedad global cambiante, compleja y diversa.

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1 Comments

  1. Anónimo abril 27, 2024

    Excelente Dr. coincido con ud, hay que encontrar las condiciones para que la economía del conocimiento sea un motor para la generación de empleo y la calidad de vida de las mayorías.
    Es importante pensar el proyecto de Ibarra, con soberanía energética Ej. en Salinas tenemos la mayor capacidad lumínica del país y un proyecto en funcionamiento.

    Saludos Dr.

    Responder

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