Muchas de las mismas “tendencias” aparecen una y otra vez porque, para decirlo de manera sencilla, a la tecnología le toma mucho tiempo madurar antes de que la mayoría de nosotros quiera comprarla.
Algunas tendencias de 2022 que las compañías tecnológicas están impulsando son cosas de las que ya habrás escuchado.
A continuación, cuatro tendencias tecnológicas que invadirán nuestras vidas este año.
Durante más de una década, los tecnólogos han soñado con una era en la que nuestras vidas virtuales desempeñan un papel tan importante como nuestra realidad física. En teoría, pasaríamos mucho tiempo interactuando con nuestros amigos y colegas en el espacio virtual y, como resultado, gastaríamos dinero ahí para tener atuendos y objetos destinados a nuestros avatares digitales.
“Estamos en un mundo en el que las personas transmiten una imagen varias veces al día para verse reflejados”, comentó Matthew Ball, inversor de capital de riesgo que ha escrito mucho sobre el metaverso.
“La siguiente fase lleva esa representación visual y le otorga una dimensión. Entras en un entorno y te expresas a través de un avatar”.
Este año habrá aún más. Apple tiene previsto presentar su versión de dispositivo de realidad virtual, que se parecerán a unas gafas para esquiar y, para el poder computacional, dependerán de un dispositivo informático independiente que se llevará en otra parte del cuerpo.
Apple no ha querido hacer comentarios.
Google también ha desarrollado productos de realidad virtual durante años y Microsoft ha ofrecido un casco de realidad virtual para empresas y organismos gubernamentales.
El metaverso aún podría resultar ser una moda, dependiendo de los productos que surjan y de quién los compre. Carolina Milanesi, analista de tecnología de consumo de la consultora Creative Strategies, dijo que le preocupaba que pudiera convertirse en un reflejo de los pocos privilegiados que pueden permitirse el lujo de darse un capricho digital.
“El mercado de la navegación está dominado por hombres blancos de clase media alta”, explicó. “¿Trasladaremos todo eso al metaverso?”.
A lo largo de los últimos años, los productos inteligentes para el hogar, como los termostatos conectados a internet, los cerrojos y las aspiradoras robóticas tuvieron un gran progreso.
Los dispositivos se volvieron económicos y funcionaban de manera confiable con asistentes digitales como Alexa de Amazon, el Asistente de Google y Siri de Apple.
Sin embargo, el hogar inteligente, en su mayor parte, ha seguido siendo caótico. Muchos productos inteligentes para el hogar no funcionaban bien con otras tecnologías. Por ejemplo, algunos cerrojos solo funcionaban con celulares Apple y no con Android; algunos termostatos eran controlados hablándole al Asistente de Google y no a Siri.
La falta de compatibilidad ha creado problemas a largo plazo. Un cerrojo compatible con Apple no es útil para el familiar o el futuro inquilino que prefiera Android.
También sería más conveniente un día si nuestros dispositivos del hogar pudieran comunicarse, como para que una lavadora le diga a la secadora que aquella carga pesada de ropa ya está lista para secarse.
Este año, los rivales más grandes de la industria tecnológica —Apple, Samsung, Google y Amazon— se están portando bien para hacer que el hogar inteligente sea más práctico.
Planean lanzar y actualizar su tecnología para el hogar con el fin de que funcione con Matter, un nuevo estándar que permite que los dispositivos inteligentes para el hogar se comuniquen, sin importar con qué asistente virtual cuentan ni la marca de celular.
Se espera que más de cien productos inteligentes para el hogar se adhieran a ese estándar.
Los dispositivos de aptitud física como Apple Watch y Fitbit, que nos ayudan a dar seguimiento a nuestros movimientos y a nuestro ritmo cardiaco, siguen volviéndose más populares.
Por eso, las compañías tecnológicas están experimentando este año con dispositivos ponibles más pequeños que reúnen más datos íntimos sobre nuestra salud.
Oura, una compañía tecnológica de salud, hace poco presentó un nuevo modelo de su Oura Ring, un anillo que está integrado con sensores que dan seguimiento a métricas como la temperatura corporal para predecir de manera precisa los ciclos menstruales.
Esta semana en CES, una feria comercial tecnológica en Las Vegas, Movano, otra empresa emergente de salud, develó un anillo similar que reúne datos sobre el ritmo cardiaco, la temperatura y otras medidas para informar al usuario sobre posibles enfermedades crónicas.
Los expertos médicos han advertido desde hace mucho sobre las posibles consecuencias de la tecnología enfocada en la salud.
Sin el contexto adecuado, los datos posiblemente podrían usarse para diagnosticar de manera errónea enfermedades y hacer que la gente se vuelva hipocondriaca.
Sin embargo, si los kits de pruebas rápidas de COVID, tan vendidos, nos dicen algo, es que más de nosotros parecemos estar listos para actuar de manera proactiva en el monitoreo de nuestra salud.
El año pasado, el presidente estadounidense, Joe Biden, anunció un objetivo ambicioso: la mitad de los vehículos vendidos en Estados Unidos serían eléctricos en vez de a gasolina para 2030.
En respuesta, las grandes compañías automotrices están anunciando con bombo y platillo sus autos eléctricos, como ocurrió en la CES esta semana.
El martes, Ford anunció planes para aumentar la producción de su camioneta “pickup” eléctrica F-150 Lightning. Esta semana, General Motors planea develar una versión de batería de su camioneta “pickup” Chevrolet Silverado.
Otros fabricantes, como Mercedes-Benz, han expuesto sus planes de vehículos eléctricos que se lanzarán en los próximos años.
Aunque hay mucho barullo publicitario en torno a los autos eléctricos, los que buscamos vehículos de batería este año quizá nos decidiremos por Tesla, comentó Milanesi.
Eso se debe a que aún nos falta ver el despliegue generalizado del poder solar y las estaciones de carga para autos eléctricos, sobre todo en zonas más rurales.
Tesla tiene un pie por delante porque ha estado instalando estaciones de carga durante años, agregó Milanesi.
“En cuanto a la infraestructura, aún deben lograrse muchas cosas”, aseguró. “Por ahora se dice mucho, pero no sé cuánta realidad hay en esas palabras”.
c.2022 The New York Times Company
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