La quinta generación de tecnología de comunicación inalámbrica es uno de los despliegues más esperados en Estados Unidos. Se preveía el lanzamiento de las nuevas bandas de frecuencia 5G de varias operadoras. Sin embargo, el lanzamiento ha paralizado una serie de vuelos con destino EEUU ante el riesgo de que las señales de telefonía móvil 5G pudieran interferir con la tecnología de los aviones generando una disputa entre el sector aéreo y las empresas de telecomunicaciones del país.
Las principales aerolíneas del país, con apoyo del regulador aéreo, la FAA, pidieron al Gobierno que bloquease la transmisión de señales 5G en un radio de 3,2 kilómetros alrededor de las pistas de aterrizaje de los aeropuertos. Concretamente, Airlines for America advirtió de que, si eso no ocurre, el lanzamiento tendría consecuencias “catastróficas” en las operaciones de las aerolíneas comerciales del país.
Ante esta alerta, las empresas de telecomunicaciones estadounidenses Verizon y AT&T, que tenían previsto activar sus nuevos servicios, anunciaron el retraso de su despliegue cerca de algunos aeropuertos de EEUU con el fin de evitar posibles problemas en el tráfico aéreo. En un comunicado, Verizon explicó que ha decidido de forma voluntaria “limitar” su red 5G alrededor de aeropuertos, mientras que AT&T señaló que ha aceptado retrasar temporalmente el encendido de un número limitado de torres alrededor de ciertos aeropuertos.
#FlyAI: Due to deployment of the 5G communications in USA,we will not be able to operate the following flights of 19th Jan’22:
AI101/102 DEL/JFK/DEL
AI173/174 DEL/SFO/DEL
AI127/126 DEL/ORD/DEL
AI191/144 BOM/EWR/BOMPlease standby for further updates.https://t.co/Cue4oHChwx
— Air India (@airindiain) January 18, 2022
El riesgo del 5G en EEUU vs Europa
La gran preocupación del servicio 5G en EEUU está ligado a las bandas de frecuencia de 3,7 a 3,8 gigahercios (GHz) en las que se despliega esta tecnología. La alerta gira en torno a los radioaltímetros de los aviones, que miden la distancia entre la aeronave y el suelo, así como los sistemas de datos con el fin de facilitar el aterrizaje en condiciones meteorológicas adversas o situaciones de baja visibilidad.
Tal y como explica la BBC, el 5G usa un segmento del espectro radioeléctrico cercano al que emplean los radioaltímetros, entre 4,2 y 4,4 gigahercios, lo cual podría provocar interferencias. En el caso de España, el riesgo que suponen los servicios 5G para el funcionamiento de las flotas de aviones es prácticamente inexistente debido a que en la Unión Europea las empresas de telecomunicaciones operan con bandas de frecuencia mucho más bajas que las que planean desplegar en Estados Unidos lo cual reduce la probabilidad de que existan interferencias entre ambas tecnologías.
Aunque el freno al lanzamiento de este servicio de telefonía móvil haya parecido solucionar el problema a corto plazo, una serie de aerolíneas internacionales han cancelado o retrasado sus vuelos agendados con destino a Estados Unidos debido a que el avión Boeing 777 se veía especialmente afectado por el nuevo servicio inalámbrico de alta velocidad. Tras la paralización del despliegue de 5G, la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos autorizó a varios aviones volar a aeropuertos con señales 5G, pero el Boeing 777 no estaba incluida en la lista. Este modelo de avión es empleado por una larga lista de compañías, y según Associated Press, compañías como Emirates, Japan Airlines, EVA Air y Air India han decidido paralizar ciertos vuelos o cambiar el modelo de avión usado para cubrir el itinerario de vuelos dirigidos hacia Estados Unidos, exceptuando algunos aeropuertos como el de Los Ángeles, New York y Washington.
Por su parte, la FAA ha establecido zonas de búfer de datos temporales alrededor de 50 aeropuertos, donde los proveedores de 5G limitarán sus actividades. Esta tecnología ya está implantada en Francia, pero las zonas establecidas en los EEUU son mucho más pequeñas y los transmisores estadounidenses operarán operan con bandas de frecuencia mucho más altas que en el país europeo. Las principales consecuencias de esta nueva tecnología es que los aviones no podrán usar radioaltímetros en circunstancias en las que pueda haber un riesgo de interferencia grave obstaculizando determinados aterrizajes que deben emplear esta tecnología y la inhabilitación de una serie de flotas de avión cuyas tecnología se quedará obsoleta debido a que en su funcionamiento es imprescindible el uso de radioaltímetros.
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