La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido que la falta de actividad física es un factor de riesgo importante para aumentar el número de personas que enferman y la mortalidad prematura. De hecho, las estimaciones de 2020 indicaban que no cumplir con las recomendaciones de actividad física es responsable en todo el mundo de más de 5 millones de muertes cada año. Y mucho más en medio de la pandemia de Covid-19.
Un estudio basado en datos de más de un millón de personas indicaba que, si la práctica de actividad física fuera suficiente –equivalente a 60-75 minutos por día de actividad física de intensidad moderada–, serviría para contrarrestar el incremento del riesgo de mortalidad que supone permanecer de más de cuatro horas sentados al día.
Por ello, si pasa mucho tiempo sentado, ya sea en el trabajo o en el centro educativo, debe hacer más actividad física para contrarrestar los efectos nocivos del sedentarismo.
Las nuevas directrices recomiendan por lo menos de 150 a 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada o vigorosa por semana para todos los adultos, incluidas las personas que viven con afecciones crónicas o discapacidad, y un promedio de 60 minutos al día para los niños y adolescentes.
Las estadísticas de la OMS muestran que uno de cada cuatro adultos y cuatro de cada cinco adolescentes no realizan suficiente actividad física. Se estima que, a nivel mundial, esto cuesta $54 000 millones en atención sanitaria directa y otros $14 000 millones por la pérdida de productividad.
La actividad física regular es fundamental para prevenir y ayudar a manejar las cardiopatías, la diabetes de tipo 2 y el cáncer, así como para reducir los síntomas de la depresión y la ansiedad, disminuir el deterioro cognitivo, mejorar la circulación cerebral y con ello la memoria y potenciar la salud cerebral.
El cuerpo humano está diseñado para moverse, por ello, el ejercicio además mejora la actividad metabólica del cuerpo humano, la circulación, oxigena los tejidos y ayuda a eliminar toxinas, en especial beneficia al sistema respiratorio y cardiaco. No se necesita una actividad física extenuante, a no ser que sean deportistas de élite, un deporte suave es suficiente para mantener el cuerpo activo, de lo contrario puede haber complicaciones.
Tampoco se necesita mucho espacio para hacer ejercicio. Hacerlo al aire libre es ideal porque se puede dar un paseo a buen ritmo, que es una actividad cardiovascular excelente. Pero si el espacio es pequeño y es difícil salir a un parque, hay un sinfín de aplicaciones para teléfonos inteligentes y PC así como materiales en línea que se pueden utilizar.
Se puede descargar la aplicación Seven, que incluye sesiones de entrenamiento de siete minutos. También pueden encontrar centenares de ejercicios gratuitos de distintos entrenadores personales en YouTube. Hay muchos ejercicios cardiovasculares y de fuerza o potencia que se pueden hacer en espacios pequeños con la ayuda de los muebles.
Se alienta a las mujeres a mantener una actividad física regular durante el embarazo y después del parto. También se destacan los valiosos beneficios de la actividad física para la salud de las personas con discapacidad. Se aconseja a los adultos de edad avanzada (65 años o más) que añadan actividades destinadas a reforzar el equilibrio y la coordinación, así como el fortalecimiento de los músculos, para ayudar a prevenir las caídas y mejorar la salud. Uno de los aspectos más importantes a la hora de hacer ejercicio es que nunca hay que olvidarse de estirar.
Moverse por la casa y limpiar, ordenar o arreglar el jardín son excelentes maneras de hacer actividad física incidental. De acuerdo con la OMS, toda actividad física es beneficiosa y puede realizarse como parte del trabajo, el deporte y el ocio o el transporte (caminar, patinar y montar en bicicleta), pero también del baile, el juego y las tareas domésticas cotidianas, como la jardinería y la limpieza.
Quienes tengan lesiones, deben ejercitar las partes del cuerpo que puedan. Es importante ejercitar el resto del cuerpo, de acuerdo a la condición física de cada persona.
Adicional a los ejercicios es vital salir a un lugar de la casa, en el que pueda recibir el sol, porque así se estimula la producción de la vitamina D. La actividad física también debe estar relacionada con una buena nutrición e hidratación, es importante nutrir al cuerpo de vitaminas, proteínas, minerales, etc.
La OMS ha elaborado las Recomendaciones mundiales sobre la actividad física para la salud con el objetivo general de proporcionar a los formuladores de políticas, a nivel nacional y regional, orientación sobre la relación dosis-respuesta entre frecuencia, duración, intensidad, tipo y cantidad total de actividad física y prevención de las enfermedades no transmisibles.
Los niños y jóvenes de 5 a 17 años inviertan como mínimo 60 minutos diarios en actividades físicas de intensidad moderada a vigorosa; la actividad física por un tiempo superior a 60 minutos diarios reportará un beneficio aún mayor para la salud; la actividad física diaria debería ser, en su mayor parte, aeróbica.
Los adultos de 18 a 64 años deben dedicar como mínimo 150 minutos semanales a la práctica de actividad física aeróbica, de intensidad moderada, o bien 75 minutos de actividad física aeróbica vigorosa cada semana, o bien una combinación equivalente de actividades moderadas y vigorosas. La actividad aeróbica se practicará en sesiones de 10 minutos de duración, como mínimo.
Para los adultos de este grupo de edades, la actividad física consiste en actividades recreativas o de ocio, desplazamientos (por ejemplo, paseos caminando o en bicicleta), actividades ocupacionales (cuando la persona todavía desempeña actividad laboral), tareas domésticas, juegos, deportes o ejercicios programados en el contexto de las actividades diarias, familiares y comunitarias. (OMS)
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