Este lunes retornaron a las aulas de clase más de 40 mil estudiantes de bachillerato (técnico y rural), luego de un año y medio de recibir clases virtuales en casa, por la pandemia del COVID-19. Un reencuentro que será diferente, con mascarillas, distanciamiento y más cuidados.
La vuelta a clases se dará por fases, luego el 6 de diciembre, será el turno de bachillerato y básica superior (de octavo a décimo). De esta población estudiantil —de 12 a 17 años—, el 42,5 % tenía la vacunación completa y el 77 % solo había recibido una dosis, hasta mediados de este mes.
Los últimos en retornar a las clases presenciales serán los niños de educación básica elemental (primero a séptimo), el 17 de enero, según el cronograma del Ministerio de Educación. De este grupo, el 42,3 % tenía la primera dosis.
Hace cinco meses, 1.301 planteles fueron autorizados para empezar con las clases presenciales. Unos 670.000 estudiantes se acogieron a esa modalidad; de ellos, 31 niños se infectaron con COVID-19, según el Ministerio de Educación. Esto les genera un poco más de tranquilidad a los padres.
No obstante, médicos piden a la población mantener y reforzar las medidas de bioseguridad para disminuir el riesgo de infectarse con el virus y también de llevarlo al hogar.
El presidente del Colegio de Médicos del Guayas, Wilson Tenorio, considera que un retorno estudiantil seguro dependerá de que todo el personal docente, administrativo y de servicio de los planteles cuente con la inmunización completa. Hasta mediados de noviembre, el 92,2 % de maestros (205.686) estaba inoculado con las dos dosis.
Por ello, Tenorio insiste en que la modalidad presencial debía reiniciarse el próximo año lectivo para alcanzar la inmunidad del 85 % de la población, la que, según el Ministerio de Salud, se cumplirá a fines de este año. Actualmente, el 60 % (10,6 millones de ecuatorianos) está vacunado.
Washington Alemán, médico infectólogo, recomienda tener aulas ventiladas para que haya una circulación de aire.
Ahora, la preocupación de los padres se centra en que los planteles cuenten con las condiciones sanitarias para recibir a los alumnos. Algunos colegios, en el suburbio y noroeste de Guayaquil, por ejemplo, están en mal estado, presentan filtraciones de agua, daños eléctricos y físicos (en piso y techo), lo que, según sus representantes, les impediría enviarlos a clase.
Un 8 % de las unidades académicas de Guayaquil, Durán y Samborondón tendría inconvenientes para empezar las clases físicas, según el cálculo de la anterior subsecretaria de Educación de la Zona 8, Yadira Blakman.
No será obligatorio:
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