Todo empezó cuando Mila Kunis y Ashton Kutcher acudieron al podcast Armchair Expert, durante el cual la pareja de actores afirmó que solo duchan a sus hijos “cuando puedes ver la suciedad en ellos. Sino, no hay motivo”. A esto, el propio Kutcher añadió que él mismo no se lavaba el cuerpo completo nunca, más allá de las axilas y genitales. La polémica estaba servida. Y es que después de estas afirmaciones -que como suele ocurrir, incendiaron las redes-, fueron más los y las celebrities que salieron a la palestra para defender que tampoco se duchaban a diario, hasta el punto de que empieza a dar la impresión de que en Hollywood no es una práctica demasiado habitual.
Otra pareja de actores, la formada por Dax Shepard -copresentador del podcast donde empezó la polémica- y Kristen Bell se declaró fan de la teoría de que hasta que los niños no huelan, no hay baño. Aunque Bell sí aclaró que esta filosofía viene, al menos en parte, por la sequía que sufre California, donde vive el matrimonio, de hecho comentó que “no tenemos mucho agua, así que cuando me ducho, cojo a las niñas y las ducho conmigo, así todos utilizamos el mismo agua”. Una buena forma de ahorrar este bien preciado, pero que tal como confesaba, no conlleva una periodicidad concreta, “no sé, simplemente ocurre cuando tiene que ocurrir, supongo”, dijo en el programa The View. Poco después, el actor Jake Gyllenhaal decidió unirse a la conversación, afirmando durante la promoción del nuevo perfume de Prada del que es imagen -sí, un poco paradójico-, que “cada vez más a menudo, me parece que bañarse es menos necesario. Pero también creo que existe todo un mundo de no bañarse que es muy beneficioso para el mantenimiento de la piel, y de forma natural ya nos limpiamos nosotros mismos”. Y no es la primera vez que surge este tipo de debate, sin ir más lejos, en 2017 la diseñadora Vivienne Westwood afirmó que su truco antiaging no era otro que “no lavarme demasiado” (“solo una vez a la semana, por eso está tan radiante”, según su marido). Dicho esto, la pregunta está clara: ¿nos estamos duchando demasiado o demasiado poco?
“Lógicamente, siempre justificamos la ducha en relación con la actividad, con el entorno, pero no debemos olvidarnos de que la piel tiene glándulas de secreción (grasa y sudor), tiene pliegues que hacen oclusión y por tanto pueden, por falta de higiene, producirse problemas irritativos y/o inflamatorios, amén de olor desagradable”, explica el doctor José Sánchez del Río, Director Médico de la Clínica Sánchez del Río. Con esto, ya se desmonta en buena parte la teoría de que ducharse poco es mejor, aunque el otro extremo tampoco es beneficioso, pues tal como apunta el doctor Jaime Vilar, director médico de la clínica que lleva su nombre, “la ducha o el baño diario no son malos, siempre y cuando no sean largos, ya que el exceso de agua y la mayoría de geles de baño y jabones resecan la piel y pueden hacer que se deshidrate”. Es decir, ni tanto ni tan poco.
Entonces, ¿cuál sería la cifra ideal? Ambos especialistas coinciden en que lo más indicado es una ducha al día, aunque el doctor Vilar aclara que en algunos casos puede depender del tipo de piel, “por ejemplo, para la dermatitis atópica se recomienda poco baño y una higiene más espaciada”. Volvemos entonces a esa idea de que el exceso de agua y jabón puede irritar o incluso eliminar el manto hidrolipídico que protege la piel, pero el doctor Sánchez del Río es claro: “Esto tendría justificación hace unos años, cuando no teníamos al alcance de nuestras manos unos maravillosos productos de higiene (jabones, aceites, etc.) que están diseñados para la limpieza de nuestra piel y cuidado de la misma”.
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