Existen unas cuantas infusiones antiinflamatorias que pueden ayudar a aliviar problemas de hinchazón abdominal y retención de líquidos, lo que se traduce también en una pérdida de volumen. Evidentemente, son una ayuda más a sumar en la lista de buenos hábitos de la vida sana –los milagros adelgazantes en forma de infusión no existen, pero todo va sumando– y una alternativa para aliviar ese problema que atañe de manera especial –las hormonas mandan– a las mujeres. Hablamos con dos nutricionistas, Cristina Troncoso, del equipo de Marta Masi, y Nieves Cuesta, de Reto 48, para elaborar la lista de infusiones desinflamatorias y su modo de uso correcto. Porque sí, tomarlas frías o calientes también influye más de lo que pensamos en sus beneficios.
Nieves Cuesta define esta raíz como un “antiinflamatorio natural que mejora la digestión y desinflama los tejidos” y Troncoso recala en su contenido, no solo de vitaminas y minerales, sino también de enzimas proteolíticas para ayudar a hacer las digestiones. “Las infusiones de jengibre nos ayudarán a aliviar las náuseas, ya que reducen el reflujo y la acidez gástrica y, por tanto, reducen la inflamación del abdomen”, explica. Es más, la experta de Reto 48 aconseja empezar el día con una infusión de agua caliente con jengibre y limón: “No solo será desinflamatoria, sino que se dice que es beneficiosa para prevenir el cáncer”.
Ya dijimos que el té no adelgaza –por mucho que en algunas ocasiones se haya insistido en que sí–, pero tiene otras bondades entre las que están también su capacidad para combatir la inflamación abdominal, tal y como nos confirma la experta de Reto 48. Además, es antioxidante y ayuda a activar nuestro metabolismo.
Troncoso la recomienda porque “consigue reducir la producción de gases y el dolor abdominal y favorece los movimientos del intestino”.
¿Quién no recuerda a su madre pidiendo una infusión de manzanilla o menta poleo después de una comida copiosa? Es sabiduría popular confirmada por los nutricionistas ya que la manzanilla “ayuda a reducir las mucosas del estómago y, por tanto, reduce la inflamación abdominal”, explica Cuesta. Y la menta poleo es, según Troncoso, una de las infusiones más digestivas y la opción idónea para reducir la inflamación tras una comida abundante.
Nieves Cuesta nos confirma que las famosas infusiones de canela –se preparan hirviendo agua con cortezas de canela– también son una buena opción para reducir la inflamación. Además, acompañadas de un poquito de leche, estas infusiones puede ser también una buena opción para paliar las ganas de dulce que solemos tener a primera hora de la tarde.
“La cúrcuma es otro de los grandes desinflamatorios naturales que tenemos”, sentencia Nieves Cuesta. Además, se puede tomar tanto infusionada en agua como con leche vegetal caliente. Sí, la famosa leche dorada que se hizo viral –y que lleva también jengibre– puedes ser una gran idea. Pero es importante que se prepare con una leche vegetal sin azúcares añadidos y que esa leche tenga un porcentaje de alimento (por ejemplo soja, almendras, coco) superior al 5% en su composición.
No negaremos que la forma más cómoda de prepararse una infusión es tirando de bolsita preparada, pero la realidad es que no es la única alternativa. De hecho, la opción ideal, tal y como apunta la experta de Marta Masi, es infusionar ingredientes frescos ya que mantienen mejor sus propiedades y beneficios. En ese caso, hay que poner agua a hervir, añadir el ingrediente y dejarlo infusionar 15 minutos. Después se deja reposar otros 5 y se cuela. Dado que no es fácil tener ingredientes frescos antiinflamatorios en casa, la segunda opción más recomendable es, tal y como apunta Cuesta, las infusiones a granel. “Tienen más calidad que las de bolsa, puesto que en el proceso de embolsarlas se pierden algunas vitaminas y minerales. Además, en las bolsitas no se puede modular la dosis, mientras que en las a granel sí. También tendrán un sabor más o menos intenso”, explica. Eso sí, si ninguna de estas opciones te parecen viables, la experta de Reto 48 no descarta las bolsitas de infusiones ya que ”suelen conservar muchas propiedades y son una buena elección en caso de tener prisa”.
Las infusiones siempre se preparan en caliente aunque se pueden tomar en frío. No obstante, si lo que pretendemos es que la bebida tenga un mayor efecto antiinflamatorio y mejore la actividad intestinal, es necesario tomarla en caliente ya que, tal y como apunta Troncoso, “si la tomamos fría cambiamos la temperatura de digestión y nos puede provocar malestar”.
Ambas nutricionistas nos confirman que si buscamos un efecto inmediato después de una comida lo ideal es tomar la infusión después de comer y en caliente. Pero para potenciar sus efectos es recomendable tomar otra infusión a lo largo del día. Es una manera de reducir la inflamación y también de mantener hidratado nuestro organismo”.
Texto original publicado en la Revista VOGUE
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