La Asamblea Legislativa de El Salvador, controlada ahora por el partido del presidente Nayib Bukele, Nuevas Ideas, destituyó este sábado a los magistrados de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ).
En la primera acción tomada por el nuevo congreso a solo horas de haber tomado posesión, los parlamentarios aceptaron con 64 votos a favor, 19 en contra y un ausente, destituir tanto a los jueces titulares como a los suplementes de una de las instancias judiciales que había emitido veredictos contrarios a las políticas del presidente Nayib Bukele.
Pocas horas después, también presentaron una moción para la destitución del fiscal general, Raúl Melara, que fue también aprobada por mayoría absoluta.
La medida, según expertos consultados por BBC Mundo, permitirá a Bukele tomar control de los tres poderes del Estado, luego de que en las elecciones legislativas se hiciera con una mayoría absoluta en el parlamento unicameral de 84 escaños.
“Ya tenían dos poderes. Era lógico la búsqueda del tercer poder”, dice a BBC Mundo la analista política salvadoreña Bessy Ríos. “Es una situación inédita, nunca había pasado. Pero tienen los votos, tienen el mandato constitucional. Pueden hacerlo”, señala.
Poco después de la votación, la Corte publicó un comunicado en el que consideraba inconstitucional la medida, lo que supuso un enfrentamiento entre los poderes independientes del Estado. Bukele, por su parte, descartó el dictamen de los jueces.
La oposición salvadoreña criticó duramente la medida y la calificó de golpe de Estado. “Evidenciando totalmente su búsqueda del poder total, su primera moción en la Asamblea Legislativa destituir a la Sala de la Constitucional de la CSJ, anulando la separación de poderes y sepultando a El Salvador como República”, denunció Erick Salguero, presidente del partido opositor Arena.
El gobierno de EE.UU. estuvo entre los primeros en posicionarse sobre la medida.
“Vemos con preocupación la propuesta de algunos miembros de la Asamblea Legislativa de destituir a los cinco magistrados de la Sala de lo Constitucional de El Salvador. Un órgano judicial independiente es el cimiento de toda democracia; ninguna democracia puede sobrevivir sin eso”, escribió en Twitter Julie Chung, subsecretaria interina de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de Estados Unidos.
Los congresistas que apoyaron la destitución, por su parte, aseguraron que “los actuales magistrados de la Sala de lo Constitucional actuaron contra la Constitución, poniendo en primer lugar intereses particulares por sobre la salud y la vida de toda la población”.
Según consideraron, los jueces pusieron a la población “en peligro al no cumplir las medidas que internacionalmente han sido utilizadas”. Sobre el fiscal general consideraron que tenía “vínculos” con la opositora Alianza Republicana Nacionalista (Arena) que “pone en tela de juicio su objetividad, independencia e imparcialidad”.
Luego de la destitución del fiscal, tras un breve receso, los congresistas aprobaron de manera expedita el nombramiento de Rodolfo Antonio Delgado como nuevo fiscal de la República.
Bukele había acusado en varias ocasiones a los jueces constitucionales de quitarle facultades para atender la pandemia. En agosto del año pasado, afirmó en cadena nacional que, si fuera de verdad un dictador, hubiese fusilado a los magistrados por declarar inconstitucionales los decretos que él había emitido durante el confinamiento por el coronavirus.
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