Hace cientos de años, hubo un invento que revolucionó el comercio mundial: el papel moneda (o billete). Esta herramienta cambió para siempre la forma en que las personas intercambiaban sus bienes. Su origen está en China, donde lo llamaban “dinero volante”, y es tan antiguo como el siglo VII.
Hoy, es este mismo país el que está liderando lo que parece ser una nueva revolución para la economía del planeta: la moneda digital. El gobierno encabezado por Xi Jinping comenzó a implementar el yuan digital en varias ciudades del país, incluida su capital Pekin, a través del Banco Popular de China (PBOC, por sus siglas en inglés).
La nueva moneda digital que China está probando y que sitúa al país a la cabeza de la carrera mundial de las divisas virtuales. A pesar de que hay otros países en carrera para emitir este tipo de monedas, este “plan piloto” chino representa el primer intento real de distribución de una divisa digital pública de las grandes economías del mundo.
Y, ahora, pretenden expandirlo: el domingo, el vicegobernador del banco central, Li Bo, afirmó que ampliará los experimentos del yuan digital a más ciudades del país luego de que las pruebas demostraran que el mecanismo de emisión y distribución del yuan digital —también llamado e-CNY—, es compatible con el sistema financiero existente.
Los efectos de la decisión del gigante asiático pueden ser enormes para otras economías del planeta. Para empezar, para Estados Unidos, que en los últimos años ha visto constantemente amenazada su hegemonía como potencia mundial tras el rápido crecimiento de la economía china.
Según expertos, el yuan digital podría terminar de sacudir el poder americano si logra desbancar la histórica supremacía que ha tenido el dólar. Su lanzamiento también podría agitar el mercado de las criptomonedas, sobre todo si las autoridades chinas endurecen sus regulaciones.
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