“Para mí, un huerto urbano no es solo una afición; que lo es, y de las bonitas”, reflexiona la ambientóloga Marta Rosique (Valencia, 1985). “Para mí, un huerto es una forma de volver a reconectar con la naturaleza, de poner comida ecológica a buen precio en el plato. Es una manera saludable de pasar los sábados por la mañana. Pero, sobre todo, el huerto me ayuda a bajar el ritmo, a trabajar la paciencia y a volver a la simplicidad y a las cosas que importan.
Es casi una forma de terapia”. Rosique, que es autora del libro Minihuertos: una guía paso a paso para revolucionar tu balcón (Zenith) y del popular blog Plantea en verde, especializado en consejos de cultivo, comparte en este artículo los principales pasos a seguir por aquellos urbanitas que quieran lanzarse a la aventura de hacer crecer sus propias lechugas, fresas o tomates cherry. La acompaña en esta didáctica misión la ilustradora Marina Benito, encargada de poner color y forma a una práctica sostenible que, a juzgar por los cientos de miles de apariciones del hashtag #huertourbano en Instagram, cada vez suma más adeptos. Que comience la fiesta de la maceta.
Recipientes. Escoger el mejor recipiente depende de varios factores. No existe un recipiente ideal, sino que deberás escoger el que mejor se adapte a tu situación. Puedes optar por jardineras y macetas, mesas de cultivo pequeñas o jardines verticales. Lo que sí que es importante es que cuente con drenaje. Una maceta tiene que poder expulsar el exceso de agua (ya sea porque nos hemos pasado regando o porque ha llovido mucho). Por eso, necesita siempre agujeros de drenaje en la base.
Sustrato. Una vez escogido el recipiente, deberemos rellenarlo de sustrato. Es importante escoger uno que retenga bien el agua y sea rico en nutrientes, ya que vamos a cultivar en recipientes más bien pequeños. También hay que prestar atención a que sea ligero y poroso (las raíces necesitan el aire que hay en los poros de la tierra). La combinación de fibra de coco y humus de lombriz crea una mezcla única y muy buena para el huerto en balcones, muy fácil de encontrar en cualquier vivero.
Semillas y plantas. Las semillas tienen muchísimas ventajas frente a las plantas compradas: dan plantas más adaptadas a su entorno definitivo y es más económico. Pero, si estás empezando, es mejor apostar por una combinación. Compra plantas de aquellas que son más lentas en crecimiento (las aromáticas perennes como el romero o el tomillo) o los cultivos de fruto (el tomate) y deja las semillas para las plantas que germinan fácil y rápido, como la rúcula o la albahaca. De esta forma, disfrutarás desde el principio de algo de vegetación, lo que siempre anima mucho. Y, a la vez, podrás ir familiarizándote con las siembras.
Sistema de riego. En la mayoría de casos, los grandes retos de los huertos en balcones y terrazas son el exceso de sol y el viento. Estos dos factores juntos hacen que mantener el sustrato húmedo sea clave para que el huerto tenga vida a lo largo de todo el año, ya que el limitado volumen de los recipientes, la incidencia del sol y el viento hacen que el agua se evapore con mayor rapidez. En estos casos, resulta muy conveniente instalar un sistema de riego automático que mantenga hidratado el sustrato. Existen depósitos y programadores diseñados especialmente para balcones, pequeños y sin necesidad de enchufar a la corriente, que se instalan fácilmente y te permitirán despreocuparte del riego.
Otras herramientas botánicas. No resultan imprescindibles, es más, te recomiendo que los compres conforme vayas viendo que los necesitas. Es posible que te vengan bien unas tijeras para podar tus tomateras, o una pala para realizar trasplantes, incluso unos guantes para pasar una tarde entre macetas.
Piensa en tu balcón o terraza como en una habitación: no solo tienes el suelo como superficie con la que poder trabajar, ¡también tienes las paredes y el techo! El espacio con el que cuentas es tridimensional y, por tanto, tu huerto urbano también puede serlo. Busca la luz instalando jardines verticales en la pared y cestas colgantes en el techo. Aprovecha hasta el último centímetro utilizando barandillas y repisas de ventana. También puedes aprovechar el suelo al máximo utilizando dos niveles de plantación. Y, de paso, puedes colocar a la sombra de los cultivos más altos aquellos que no requieren tanta luz.
Fresas. Las fresas se adaptarán genial a balcones con luz por la mañana o con algo de sombra. Si a tu balcón le da sol todo el día, puedes colocarla a la sombra de cultivos más altos. Requieren un recipiente de como mínimo 2 litros de volumen de sustrato. Jardineras en barandillas o jardines verticales son un buen recipiente para ellas. Consejo: no intentes germinarlas, resulta un proceso muy complicado. Opta por comprar la planta directamente.
Tomate cherry. Si tienes muy muy poco espacio, una variedad determinada tipo cherry te dará tomates para añadir a la ensalada, incluso en una maceta en la repisa de una ventana o en una cesta colgante. Usa una maceta de unos 16 litros de volumen de sustrato y guíala con cañas hacia arriba para que no se desparrame por todo el balcón. Colócala en un rincón con sol directo para que sea productiva.
Hoja verde. Son productivas, se pueden ir consumiendo conforme se necesitan y ocupan muy poco espacio. Además, cultivar tus propias hojas de ensalada te permite tenerlas siempre frescas y a mano. Solo es necesario cortar cada vez las hojas que vas a utilizar en el momento. El resto seguirá creciendo sin problemas. Puedes cultivar espinacas, rúcula, lechuga y acelgas baby en jardineras, macetas o jardines verticales. Solo necesitan unos 2 litros de sustrato por planta. Son más felices en balcones que cuentan con sol directo por las mañanas, pero se adaptan bien a balcones más sombreados (crecerán más despacio). En los soleados, puedes colocar la lechuga a la sombra de plantas más altas los meses de verano.
Aromáticas. Con 3 ó 4 plantas aromáticas ya tienes suficiente para condimentar tus platos favoritos. Opta por aromáticas de secano (romero, salvia y tomillo) para balcones muy soleados y por albahaca, cilantro y perejil para los que cuenten con algo de sombra. El cebollino se adapta a diferentes condiciones de luz. Un error habitual es cultivarlas en recipientes muy pequeños. Dales unas macetas de unos 2 litros como mínimo, preferiblemente 4, para que puedan crecer y ser productivas.
Cultivos de primavera y verano. Estos cultivos se suelen sembrar desde finales de invierno hasta finales de primavera y se trasplantan en exterior, cuando el riesgo de heladas ya ha pasado. Se cosechan durante la primavera y verano y, dependiendo del clima, hasta bien entrado el otoño. La lista de variedades incluye: tomate, albahaca, lechuga, cilantro, cebollino, menta.
Cultivos para los meses de otoño e invierno. Muchas de estas variedades se pueden cultivar durante todo el año, pero, en balcones calurosos, se dan con más facilidad en los meses de invierno. La lista de variedades incluye: lechuga, rúcula, espinaca, acelga, canónigos, cilantro, cebollino. También hay cultivos específicos de invierno, como el brócoli o la kale, pero, a no ser que cuentes con un balcón grande, no podrás sacarles mucho provecho ¡Puedes probar a cultivarlos como brotes!
Lo primero de todo es comprender que vas a cometer algún que otro fallo, y no pasa nada. Es lo que tiene aprender algo nuevo, lo más importante es disfrutar del proceso. También es importante empezar poco a poco… ¡Pinterest puede hacer mucho daño! Ver imágenes de balcones llenos de vegetación hasta el último milímetro da mucha envidia, y querer conseguir eso desde el minuto uno está el 90% de las veces condenado al fracaso. Hace que no podamos abarcar ni acostumbrarnos a los diferentes ritmos y necesidades de cada planta. Cuando ya le has cogido el ritmo, empieza a ser más fácil ir añadiendo cultivos y variedades nuevas, de hecho, te lo va a pedir el cuerpo. Es más fácil conseguir ese balcón soñado poco a poco. Por último, busca la información que necesitas. No esperes a que sea la tomatera la que ‘te cuente’ que necesitaba más espacio del que le diste. Investiga un poco cuáles son las necesidades de luz, nutrientes, riego y espacio de cada cultivo que vayas a plantar. Y recuerda: en Plantea en verde tienes muchos recursos para ello.
Texto original publicado en la Revista VOGUE
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