La inseguridad e incertidumbre creada por la pandemia potencia la sensación de estar en riesgo, lo que ocasiona varios problemas de estrés y ansiedad, palabras que ya forman parte de nuestro vocabulario diario. Tras casi un año de adaptación a esta nueva situación de incertidumbre, son muchas las personas que han desarrollado síntomas de estrés y ansiedad, según los expertos.
Podemos definir este fenómeno psicológico como la respuesta inconsciente que tenemos ante situaciones que consideramos peligrosas o amenazantes.
De acuerdo al Dr Hans Selye (1936) Inicialmente existe una reacción de alarma y luego de esta reacción se presenta un estado de resistencia al inicio y luego después de una exposición de forma prolongada a la amenaza de agentes físicos, químicos, biológicos o sociales, el organismo, si bien prosigue su adaptación a estas demandas de manera progresiva. Puede disminuir sus capacidades de respuesta. Durante esta fase suele producirse un equilibrio dinámico u homeostasis, entre el medio interno y externo del individuo. Los niveles de corticoesteroides se normalizan. Tiene lugar una desaparición de la sintomatología. Pero luego vendrá la fase de agotamiento en la que se produce una alteración de los tejidos y aparece la patología llamada psicosomática. Lo malo es llegar al estrés crónico, ya la mente pierde paulatinamente sus referencias y toma decisiones precipitadas e impide una correcta gestión de los aspectos de la vida intelectual, social, sentimental, y emotiva.
Cualquier problema por pequeño que sea parece una amenaza; las tensiones mentales se manifiestan a través de una perturbación de los pensamientos los sentidos están en alerta permanente y se suele dar importancia desmesurada a todo lo que nos dicen, pudiendo llegar al llamado síndrome de burnout o del quemado.
No que hay que confundir con el euestrés que es el factor positivo que nos impulsa a la realización de tareas y motiva al logro de objetivos y nos mantiene despiertos en situaciones que podemos controlar y el distrés es lo negativo que genera afecciones a la salud en las personas.
A nivel laboral englobamos el estrés dentro de los riesgos psicosociales, que comprenden los aspectos intralaborales, extralaborales o externos a la organización y las condiciones individuales o características intrínsecas al trabajador, los cuales, en una interacción dinámica, mediante percepciones y experiencias, influyen en la salud y el desempeño de las personas.
En el estudio de los riesgos psicosociales debemos considerar todos los factores que directa o indirectamente influyen en la generación de estrés en el individuo.
Es importante destacar que frente a los factores de riesgos que generan distrés, es decir un estrés negativo, es la persona la que maneja la situación, pero esto a veces se hace difícil por varias razones que son propias del individuo y que tienen que ver con sus capacidades decisorias como son los hábitos y estilos de vida; que de forma general es la interacción entre las condiciones de vida en un sentido amplio y los patrones individuales de conducta determinados por factores socioculturales y características personales” (OMS) como ejemplo podemos tocar alcohol, drogas, alimentación y también los factores individuales incluyen las capacidades cognitivas para la resolución de las dificultades propias de las tareas en el trabajo.
En los factores biológicos podremos considerar aquellas afecciones orgánicas del individuo y que debe controlar como por ejemplo una diabetes, una hipertensión como estas enfermedades crónicas y entre otras que generan situaciones de preocupación que en algunos casos el individuo no puede o se le dificulta resolver generaría un nivel de distrés.
Y finalmente los factores psicológicos son las características intrínsecas de personalidad, carácter que en algunas oportunidades al no poder resolver las situaciones de dificultad y/o perdidas por dar origen a un nivel de depresión. En la psicología nos refiere los aspectos que están en la depresión y son: Sesgo pesimista es decir interpretar la realidad de forma equivocada; la falta de estimulación, o sea unos escasos refuerzos positivos, falta de metas en el trabajo, en lo personal, etc. Los problemas de gestión atencional, es decir aquellos pensamientos de tristeza o desesperanza que por diferentes situaciones complejas los individuos se refugian; entro otros elementos a considerar, los traumas ligados al pasado, aquellas experiencias traumáticas, especialmente las que tienen que ver con hechos ocurridos durante la infancia, y finalmente las tendencia al pensamiento obsesivo, es decir esquemas de pensamiento perfeccionistas del individuo que no poder lograr se pudieran deprimir.
Entre los factores extralaborales podemos considerar aquellos que generan dificultades que para el individuo no puede resolver o se le hace complejo, como ejemplo consideraríamos las situaciones económicas, las incertidumbres políticas de un país, aspectos judiciales por resolver, etc. Otro ejemplo que se vive en la actualidad es la inseguridad creada por la pandemia potencia de una forma determinante la sensación de «estar en riesgo», causante de los problemas de estrés y ansiedad, palabras que ya forman parte de nuestro vocabulario diario. De hecho, tras casi un año de adaptación a esta nueva situación de incertidumbre, son muchas las personas que han desarrollado síntomas de estrés y ansiedad, como lo refiere la psicóloga y psicoterapeuta Gestalt, Belén Colomina.
Y entre los factores intralaborales tendríamos aquellos vinculados al ambiente de trabajo y que están relacionados con el puesto de trabajo y entre esos las dificultades propias de la tarea, la incongruencia del perfil del puesto con el perfil del trabajador, las exigencias de jefes y superiores, los tiempos estrictos de trabajo para la resolución de las tareas, etc.
Frente a estos factores es el individuo que finalmente tiene la gran decisión de solventar las dificultades ya sea de forma individual o con apoyo y colaboración de otras personas, de ahí la importancia del trabajo en equipo y la formación continua que ayuda a resolver los problemas. Siempre debemos tener presente que a un trabajador se lo contrata, para resolver problemas propios de la empresa u organización estos problemas pueden ser simples desde redactar una carta hasta manejar un programa informático. Al final del día el individuo traslada las dificultades del trabajo a su residencia y viceversa haciendo lo que se llama doble presencia.
En definitiva ¿Qué puede provocar el estrés entre las personas? La deficiente capacidad de respuesta del individuo frente a la tarea en función al tiempo de respuesta coadyuvado por factores externos al trabajo, hábitos y estilos de vida del trabajador. (A. Campo)
Los síntomas somáticos que refleja el cuerpo van desde el dolor de cabeza, las migrañas o la disminución del apetito hasta el dolor de cuello, los hombros y la espalda, la tensión muscular, el dolor de estómago o la sensación de tener un nudo en la garganta o sentir peso en el pecho. También podrían derivar en enfermedades como erupciones de la piel, infecciones o problemas intestinales entre estos una situación digestiva que últimamente se está presentando es las colitis (inflamación del colon)
Los síntomas psicológicos pueden incluir irritabilidad, ansiedad (nos vamos al pasado o al futuro a interpretar la realidad presente como negativa o amenazante), disminución de la concentración, enfadarse con facilidad, sensación de inquietud, dificultad para dormir, tristeza, culpa, preocupación, llanto o cansancio y hasta abandono del trabajo.
Para gestionar el estrés debemos establecer medidas en aspecto preventivo y curativo con los profesionales de la psicología y la medicina entre algunas de las medidas de forma general a tomar serían:
Práctica deportiva
Reuniones con amigos
Reforzar la resiliencia: La resiliencia es un concepto que surge de la inquietud por identificar aquellos factores que facilitan a las personas sobreponerse de manera exitosa a la adversidad y dificultades que se presentan en sus vidas.
Desarrollar la inteligencia emocional también es un paso importante en el aprendizaje de solución de problemas. Este tipo de inteligencia permite ponernos en el lugar de los demás, comprender sus estados emocionales a la vez que comprendemos y gestionamos los nuestros.
Establecer procedimientos para prohibir la discriminación y tratar a los trabajadores con justicia.
Desarrollar y comunicar una política y estrategia para la prevención del estrés en el lugar de trabajo.
Fomentar la comunicación informal entre los gerentes y los trabajadores, y entre los trabajadores.
1. Ajustar la carga de trabajo total, teniendo en cuenta el número y la capacidad de los trabajadores.
2. Planificar el trabajo con cuidado y acordar plazos o ritmo de trabajo realistas.
3. Asegurarse de que las tareas y responsabilidades están claramente definidas.
• Elogiar abiertamente el buen desempeño de los trabajadores y los equipos.
• Implementar un sistema mediante el cual los trabajadores conozcan los resultados de su trabajo.
• Implementar un sistema en el que los trabajadores sean capaces de expresar sus sentimientos y opiniones.
• Planificar el trabajo de tal forma que se mejore la posibilidad de un empleo estable.
• Establecer como principio el que los gerentes vayan regularmente al lugar de trabajo para hablar con los trabajadores.
Referencias:
1. ABC Bienestar. (23 de Marzo de 2021). ABC Bienestar . Obtenido de https://cutt.ly/2xnxApb
2. Oficina Internacional del Trabajo . (2013). La Prevención del estrés en el trabajo, puntos de control: Las mejoras prácticas para la prevención del estrés en el lugar de trabajo. En OIT. Ginebra: OIT.
3. OMS. (2009). 62.ª Asamblea Mundial de la Salud: Resoluciones y decisiones, y anexos: documento WHA62/2009/REC/1 . Ginebra: OMS.
4. Torres, A. (23 de Marzo de 2021). Psicología Clinica. Obtenido de https://cutt.ly/IxnnzdH
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