El presidente ejecutivo del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), Luis Carranza, dimitió de su cargo para trasladar a los países que integran la organización la importancia de mantener su independencia frente a los intentos de politizar su gestión.
Así se expresó Carranza en una entrevista con la Agencia Efe en la que reconoció que la crisis desatada en el seno del organismo pudo deberse a sus políticas de reestructuración para hacerlo eficiente, a la imposición de medidas de austeridad y a un choque cultural entre políticas de gestión centradas en objetivos y las que sostienen otros intereses.
Carranza apuntó que las acusaciones de despidos improcedentes, abusos laborales, excesos e incluso violencia y acoso laboral que ha recibido su gestión nace precisamente de esas reformas y provienen de personas que “no estuvieron de acuerdo con esta visión”.
“Empezamos un proceso de reestructuración importante en 2017, eso implicó un cambio en la visión, un nuevo enfoque para abordar los retos que tenía América Latina en ese momento concreto y algunas personas no estuvieron de acuerdo con esta visión o por otro lado no sentían que podían colaborar -dijo-. Muchos dieron un paso al costado dentro de un plan de retiro, que es normal en una organización como esta y que ya se hizo en el pasado. Unos pocos casos decidieron judicializarlo”.
Según Carranza, la razón fundamental de su renuncia es el intento de politizar la institución, cuando se intentó incorporar dentro de la vicepresidencia de programación de países a una persona que no tenía las condiciones necesarias para esa alta función.
“En defensa de la institución y de su independencia y autonomía, es que tomo la decisión de dar un paso al costado. Es un mensaje claro que se envía a los países de lo importante que es en este tipo de instituciones mantener su independencia”, dijo.
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