Una prueba de coronavirus y cuarentena al llegar. Esos serán los requisitos para todo aquel que quiera viajar a Estados Unidos desde el extranjero, anunció el presidente Joe Biden tras su primer día completo en el cargo.
El gobierno de Biden se ha puesto como prioridad frenar la pandemia en el país, donde el virus se ha cobrado las vidas de 400.000 personas hasta la fecha, y firmó una serie de órdenes ejecutivas con ese fin.
“La situación empeorará antes de mejorar”, advirtió Biden, alertando de que Estados Unidos podría superar las 500.000 muertes a causa del virus el mes que viene.
Las 10 órdenes que firmó se enmarcan en su Plan de Acción Nacional contra el coronavirus, y tratan de lo siguiente:
Según su plan, se acelerará el proceso de vacunación y se aumentará el número de pruebas, y se tratará de utilizar legislación de emergencia para incrementar la producción de equipo esencial como mascarillas o cubrebocas.
Uno de las grandes promesas en el plan de Biden es llegar a los 100 millones de vacunaciones en sus primeros 100 días en el cargo.
En cuanto a los viajes, Biden señaló que será obligatorio el uso de mascarillas en aviones y trenes en el país, una medida en línea con la ya anunciada de portar cubrebocas en edificios oficiales.
Además, anunció las nuevas medidas para viajeros que lleguen desde el extranjero.
Aquellos que vengan a EE.UU. desde otros países “tendrán que hacerse un test antes de subir al avión… y cumplir con una cuarentena cuando lleguen a Estados Unidos”, dijo Biden.
El presidente, no obstante, no especificó el tiempo de esa cuarentena.
Aunque las órdenes ejecutivas no requieren de aprobación del Congreso, la mayor parte de los fondos para las medidas anunciadas por Biden se apoyan en un enorme paquete de estímulo de US$1,9 billones anunciado por el nuevo presidente la semana pasada.
Para sacarlo adelante, necesitará cooperación del Senado y la Cámara de Representantes.
El objetivo es reabrir la mayoría de las escuelas de forma segura en 100 días, y abrir centros de vacunación en estadios y centros comunitarios.
En una clara ruptura con la administración Trump, el plan de Biden enfatiza una estrategia nacional y no se basa en que cada estado decida qué es lo mejor.
Precisamente esa fue una de las grandes críticas al gobierno de Trump ante el avance de la pandemia en el país, el más afectado del mundo en términos de muertes.
Entre otros, el nuevo gobierno planea abrir una nueva oficina para coordinar la respuesta nacional y conseguir más fondos para autoridades locales y estatales.
Tras anunciar estas acciones, Biden dijo que llevaría meses vencer a la pandemia pero aseguró que Estados Unidos “la superaría” si la sociedad permanece unida.
Sus palabras se hacían eco de su discurso de tan solo un día antes, el de su investidura, cuando hizo un llamamiento a la unidad.
Preguntado al terminar el acto si su objetivo sobre las vacunas es “demasiado bajo”, teniendo en cuenta que eso significaría que 50 millones de personas son vacunadas en un país de alrededor de 330 millones, Biden consideró que es “un buen comienzo”.
“Cuando lo anuncié, todos dijeron que no era posible. Venga ya. Deme un respiro, hombre”, respondió el mandatario.
El diario The New York Times destacó que al ratio actual de producción, alrededor del doble de vacunaciones deberían estar disponibles en ese periodo de tiempo.
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