Simpatizantes del presidente Donald Trump irrumpieron este miércoles en la sede del Congreso de Estados Unidos mientras se llevaba a cabo el proceso de certificación de la victoria de Joe Biden.
Luego de un mitin masivo en el que participó Trump frente a la Casa Blanca, cientos de manifestantes marcharon hacia el Capitolio para denunciar lo que consideran un fraude electoral del que no hay pruebas.
Tras enfrentarse a la policía en los accesos, algunos lograron ingresar al recinto, lo que llevó a suspender las sesiones de los legisladores y bloquear los accesos a los salones del Senado y la Cámara de Representantes.
Las dos cámaras del Congreso estadounidense estaban sesionando para certificar los votos emitidos por el Colegio Electoral el pasado 14 de diciembre, que proclamaron a Biden presidente electo.
Al menos una persona ha sido herida de bala en el asalto de los manifestantes a favor de Trump en el Congreso estadounidense, según confirmaron fuentes de los servicios de emergencia al canal local del Distrito de Columbia de Fox.
La alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, decretó el toque de queda en la capital de Estados Unidos ante el caos generado.
El vicepresidente Mike Pence, quien presidía la sesión de certificación, fue trasladado a un lugar seguro, mientras otros legisladores se resguardaron en sus oficinas.
Posteriormente exigió a través de Twitter que se ponga fin a la violencia: “La violencia y la destrucción que están ocurriendo en el Capitolio de EE.UU, Deben Parar y Deben Parar ahora. Cualquiera de los involucrados deben respetar a los agentes de la ley e inmediatamente abandonar el edificio”, tuiteó.
Pence añadió que los responsables de actos delictivos serán llevados ante la justicia.
En un principio, el presidente Trump hizo sendos llamados a la paz a través de Twitter. “Por favor, apoyen a nuestra policía del Capitolio y a las fuerzas del orden. Realmente están del lado de nuestro país. ¡Mantengan la paz!”, escribió. Minutos después insistió en su llamado al respeto de la ley, pero surgieron voces que le pidieron una condena más firme o incluso que compareciera desde la Casa Blanca.
Finalmente compartió un video en la misma red social en la que pidió a los manifestantes se marcharan a casa, no sin antes insistir en su idea de que las elecciones fueron “un robo”. “Conozco su dolor. Sé que sufren”, se le oye decir. “Pero se tienen que ir a casa ahora”.
“En este momento, nuestra democracia está bajo un asalto sin precedentes, como no habíamos visto en tiempos modernos”. Así es como el presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, calificó lo ocurrido este miércoles en Washington DC, donde decenas de seguidores de Donald Trump irrumpieron en la sede del Congreso.
“Un asalto a una ciudad de libertad, el Capitolio en sí mismo. Un asalto a los representantes de la gente, a la policía del Capitolio, a los servidores públicos (…) No es una protesta, es una insurrección”, dijo Biden en una declaración televisada.
El demócrata, cuya victoria estaba siendo certificada en el Congreso antes de la irrupción de los simpatizantes de Trump, hizo un llamado al presidente estadounidense para que apareciera en televisión nacional para pedirles que detuvieran el asalto. “¡Debe terminar ya!”, expresó.
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