El coronavirus no se ha ido y todavía no existe la vacuna y si con las que experimentan las grandes farmacéuticas dan resultado lo más probable es que llegue al país en dos años. Con el fin del estado de excepción se dictaron muchas reglas de cumplimiento obligatorio que para muchos han pasado desapercibidas, como la prohibición de fiestas y beber licor en los espacios públicos, el distanciamiento social, el uso de la mascarilla…
Guayaquil que fue una de las primeras ciudades en sentir los mortales efectos del virus y que pudo recuperarse a tiempo está viviendo una especie de segunda ola debido, en gran parte, a la falta de disciplina de la población. No se trata de un virus cualquiera. Los nuevos confinamientos en Europa, el alto pico en Rusia -país que dice tener la vacuna y no puede evitar la propagación del virus-, son solo algunos ejemplos de lo que se viene en América Latina.
Si no hay responsabilidad ciudadana muy difícil será que se logre contener el virus y la economía ecuatoriana difícilmente aguantará un nuevo confinamiento, justo cuando estaba recuperando el pulso económico en medio de la demagogia política. La irresponsabilidad de pocos, pasa la factura a todos.
Gracias a esa irresponsabilidad ahora Guayaquil tiene un incremento sostenido de muertes relacionadas con el virus, aquello se refleja en que la ocupación de camas Unidad de Cuidados Intensivos está al 95% y las de hospitalización, con el 50%, según la alcaldesa Cynthia Viteri sostuvo que hay
El pasado 3 de noviembre, en pleno feriado, Guayaquil registró ocho muertes por Covid-19 y en los últimos 28 días, han fallecido seis personas por día a causa del virus. Y mientras tanto continúan las fiestas clandestinas, no se respeta el distanciamiento social, siempre que se puede hay aglomeraciones. Ni siquiera es el comercio informal el responsable, son aquellas personas que organizan Auto Tunings en Quito, fiestas clandestinas en Manabí y en todo el país en general, como si el sistema de salud pública no tuviera límites.
Y las consecuencias están ahí. El Malecón Simón Bolívar, el Malecón del Salado y los parques permanecerán cerrados el 24, 25 y 31 de diciembre del 2020 y el 1 de enero del 2021. La capacidad de ocupación de restaurantes y restobares pasará del 75% al 50%. Los salones de eventos solo podrán tener a 60 personas hasta las 22:00.
Los artesanos de la 6 de Marzo en Guayaquil seguramente se quedarán con sus monigotes hechos y una inversión perdida; la ferias de Navidad que muchas familias esperaban para recuperar en algo su economía, seguramente quedarán en nada; la industria de los licores seguirá trabajando a pérdida; los bares tendrán que seguir esperando o cerrar definitivamente. Ni la salud, ni la economía aguanta gracias a las medidas de relajamiento de personas que ven al virus como lejano, cuando está a la vuelta de la esquina.
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