Una delegación de Ecuador mantuvo una reunión con sus pares comerciales en Estados Unidos con miras a concretar un acuerdo que, en principio, no requiere pasar por la aprobación de las legislaturas de ambos países para su aprobación y podría concretarse en las próximas semanas.
El país lo que busca son los mismos beneficios arancelarios que lograron Colombia y Perú para sus productos cuando sellaron las negociaciones del Tratado de Libre Comercio, una mesa de la que se levantó Ecuador por caprichos de un exgobernante que prefirió impulsar un ALBA diseñado por su mayor ideólogo y financista, el fallecido Hugo Chávez, quien enrumbó a la miseria a Venezuela.
El bobo aperturismo, como denostaba el expesidente Correa a los acuerdos firmados por Colombia y Perú, solo significaron años de retraso en la diversificación de la canasta exportable de Ecuador y con mayores perspectivas de crecimiento, una competencia desigual que ha sabido afrontar el sector exportador.
El mismo supuesto bobo aperturismo al que cedió cuando se vio obligado a negociar el mismo acuerdo con la Unión Europea, porque de lo contrario la economía del país se iba a pique, más de lo que ya estaba en sus últimos años de Gobierno, su años de fanfarria y honoris causa.
Solo por las exportaciones florícolas, Ecuador dejó de pagar desde comienzos de noviembre unos $24 millones por aranceles para ingresar en el mercado de Estados Unidos. Esto, por la baja de arancel que era del 6,8% a 0% tras la revisión que cada año hace Washington a las diversas solicitudes sobre diferentes productos incluidos en los beneficios del Sistema General de Preferencias Arancelarias, un beneficio que habría logrado desde el mismo día de la firma del tratado comercial, tal cual lo tiene Colombia y Perú.
El sector exportador del país debe hacer muchos avances para competir en los mercados internaciones y para eso necesita instrumentos que pasan por decisiones políticas: simplificación de trámites aduaneros; seguridad jurídica esencial para las inversiones de ambos países; beneficios y cooperación para las micro, pequeñas y medianas empresas y lucha anticorrupción.
El objetivo es potenciar la exportaciones no petroleras, diversificar los mercados, atraer divisas y generar atractivos para la inversión extranjera directa. Para eso se necesitan instrumentos de política pública que en la práctica se traducen en más empleo, mayor consumo y una menor exposición a los discursos antitodo.
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