El Socialismo del siglo XXI ya no es vendible aunque es defendido en el Grupo de Puebla una extensión del Foro de Sao Paulo, donde se han refugiado los defensores de ese esperpento. La revolución ciudadana quedó en un eslogan relacionado con la corrupción que cobijó a sus líderes prófugos de la justicia diseñada por ellos en su Código Integral Penal y en el Consejo de la Judicatura con el que el expresidente Rafael Correa metía las manos en la justicia sin ningún rubor.
En sus llamadas sabatinas podía condenar a jueces y fiscales y Gustavo Jalkh y Galo Chiriboga eran los encargados de hacer cumplir sus órdenes, porque eran órdenes emanadas de un presidente que se creía el jefe de todas las Funciones del Estado. También lo decía sin ningún rubor en el rostro.
Ahora aparece el llamado progresismo que rima con correísmo, el látigo con el que el expresidente acorraló a los movimientos sociales, indígenas, ambientalistas, defensores de los derechos humanos, hizo perseguir a sus opositores, puso superintendencias para controlar todo lo que se moviera, porque se creía un comunista con ideas conservadoras necesitado de aviones para trasladarse sin hacer Migración, algo considerado como una afrenta, una afrenta por la que pasan millones de ciudadanos en el mundo todos los días.
Un progresismo que viene a ser nada, un cero a la izquierda, porque es el sinónimo de un liberal anticoservador, un izquierdista opuesto a las ideas radicales que defiende el izquierdismo, un socialdemócrata refugiado en cualquier partido, ya sea el de Compromiso Social fundado por una persona con sentencias por corrupción o el de un exprefecto con miedo a lanzarse a una candidatura presidencial por temor al ridículo en las urnas. El progresismo defendido en Ecuador por el correísmo es otro proyecto vacío, sin contenido ni ideas, una copia de nada. Un mensaje tirado al vacío.
¿Qué es? Centroizquierda, socialismo democrático, nacionalismo popular, latinoamericanismo, o simple autoritarismo disfrazado en un eslogan, como el lawfare. El progresismo también puede ser neoliberalismo, dictadura, grupo de Puebla, Foro de Sao Paulo, Chavismo, Kirchnerismo. Todo lo que se le pueda ocurrir a alguien. Puede ser también el show de las Kardashian o el espacio de justicia montado en esos reality shows al estilo de Laura Bozzo. ¡Qué pase el desgraciado!
Es un proyecto sin ideas que en Ecuador su mayor símbolo es el látigo, la correa del expresidente Rafael Correa. El personaje cuya única meta es recuperar el poder, porque cree que podrá apoderarse de nuevo de todas las funciones del Estado, para liberarse y liberar a Jorge Glas de todos los procesos judiciales instaurados en su contra, con abundantes evidencias.
¿Progresismo? Basta mirar lo que ocurre en Venezuela y sigue ocurriendo en Cuba.
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