Puede sonar repetitivo que nos digan “con perseverancia todos nuestros sueños se pueden cumplir”, pero en realidad esto es posible pues la fuerza de voluntad es el principal elemento para luchar por las cosas que queremos alcanzar. A continuación te lo demostramos por medio del testimonio de Ismael Yandún Mendoza, deportista de triatlón de 33 años, quien es estudiante de noveno ciclo de la carrera de Derecho en Modalidad Abierta y a Distancia de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL).
Conoce 5 aspectos clave que nos recomienda Ismael:
Su pasión por la práctica deportiva inició a los ocho años cuando su padre lo llevó a correr por primera vez. Desde ese momento su gusto por el deporte hizo que comience a realizar distintas disciplinas, entre ellas, baloncesto, escalada de montañas, artes marciales, atletismo, surf y triatlón.
Para lograrlo, resalta que siempre ha sido disciplinado con sus horarios de entrenamiento y con los días que destina a la práctica del deporte desde los ocho años.
Ser deportista no es la única actividad a la que se ha dedicado Ismael Yandún. Paralelo a la práctica deportiva cursó estudios en Gastronomía para convertirse en chef profesional.Con dedicación logró una certificación como instructor de defensa personal en artes marciales mixtas y hace algunos años optó por estudiar a distancia la carrera de Derecho en la UTPL. Él está radicado en Manta y asegura que el tiempo jamás ha sido un limitante para cumplir con sus actividades porque se organiza a diario para desarrollar todas sus facetas. Dice que lo más importante es seguir la planificación que se hace a diario para no acumular actividades.
La habilidad que posee en los deportes se debe a la práctica constante de estos. Inició jugando baloncesto en la escuela, luego se propuso escalar varios nevados en su juventud, lanzarse de paracaídas desde un avión, practicar surf, aprender artes marciales y natación.
Afirma que, si bien estos le dejaron una gran destreza para el deporte, no llenaban por completo su expectativa, por lo que decidió probar uno nuevo. Hace cinco años observó a unos amigos norteamericanos practicando triatlón de forma profesional y se alentó a intentarlo, encontrando una pasión que ha permanecido.
El triatlón es una competición deportiva en la que los participantes se enfrentan en natación, ciclismo y carreras en distancias distintas, según las categorías. Para practicarlo se requiere una gran condición física y valentía para enfrentar todos los retos.
Ismael señala que durante los seis años que practica triatlón no ha encontrado límites. Hace natación en agua abiertas, ciclismo de larga distancia y media maratón (40 kilómetros), todo en una sola competencia que, en lugar de cansancio, le deja con el sabor a victoria.
Ha participado en tres IronMan (carrera de triatlón de larga distancia – 70.3) una de las competencias más reconocidas a nivel mundial la cual se caracteriza por ser de alto rendimiento donde pone a prueba en el competidor no solamente su capacidad física sino mental.
Gracias a su dedicación, en 2019 se presentó en IronMan 70.3 de Cartagena, Colombia, caracterizándose por una excelente participación. Dentro de sus próximas contiendas en 2020, destacaba la participación que tendría en la competencia 70.3 en Manta, Ecuador, y en Los Cabos, México; pero debido a la pandemia por COVID-19 no se conoce si este evento se realizará.
Su aspiración es ganar un cupo para el Mundial de Triatlón de media distancia, y así poder el siguiente año realizar un IronMan completo, en el que las distancias duplican su esfuerzo y concentración. Este evento consta de 4 millas de natación en agua abierta, 180 km en bicicleta y 42 km de running.
¿Cómo ha logrado fusionar el deporte, el trabajo y los estudios universitarios? “con perseverancia y creyendo que no existen límites”, menciona Israel, quien además cuenta que cuando tiene muchas actividades por realizar recuerda que el logro más importante es sobrellevar el día a día para alcanzar un meta mayor que lo perennice en la historia deportiva del país.
Su día inicia a las 05:00 con el entrenamiento. A las 08:00 comienza su jornada laboral, desempañándose como chef profesional. A las 22:00 retorna a su hogar y revisa sus actividades de estudiante de la UTPL. Pese al cansancio se da tiempo para cumplir con las tareas y luego descansa para recargar energías e iniciar un nuevo día.
Esta rutina para muchos puede sonar agotadora, pero para Ismael es una forma de demostrarle al mundo que los sueños se pueden cumplir sin descuidar lo que apasiona.
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