“En un contexto en el que ya existen enormes desigualdades, niveles elevados de trabajo informal y servicios de salud fragmentados, las poblaciones y las personas más vulnerables son una vez más las más afectadas (por el coronavirus)”, dijo el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, al difundir un informe que detalla los efectos devastadores del virus en la región.
Unos 45 millones de personas caerán de la clase media a la pobreza en Latinoamérica y el Caribe, la región más desigual del mundo, donde se registran ya más de tres millones de casos confirmados y más de 140 mil muertos, sobre todo en Brasil, México, Perú y Chile.
La ONU estima que la caída del PIB regional este año será de 9,1%, la mayor en un siglo.
La organización anticipó a raíz de la pandemia la tasa de pobreza subirá un 7% en 2020, un aumento de 45 millones de personas, con lo cual la cifra total de pobreza y extrema pobreza en la región aumentará a 230 millones (37,2% de la población).
La pobreza crece, en parte, debido a la aguda crisis económica provocada por la disparada del desempleo a raíz del frenazo de la economía por el Covid-19. El 80% de la población de la región vive en ciudades, millones de ellos hacinados, sin acceso a agua potable y servicios de salud.
La ONU cree que el desempleo aumentará de 8,1% el año pasado a 13,5%, con lo cual la región pasaría a tener este año más de 44 millones de desempleados, unos 18 millones más que en 2019. Mujeres, indígenas, negros, inmigrantes y refugiados se ven afectados de manera desproporcionada por la pandemia, según la ONU.
Para Guterres, los niveles de desigualdad son insostenibles. “Para reconstruir mejor es necesario transformar el modelo de desarrollo de América Latina y el Caribe -dijo-. Esto implica crear sistemas tributarios más justos, promover la creación de empleos decentes, fortalecer la sostenibilidad ambiental y reforzar los mecanismos de protección social”.
Las exportaciones latinoamericanas y caribeñas caerán un 20%, lo mismo que la llegada de remesas de inmigrantes que trabajan en el exterior, según la ONU. “En el caso de América Latina y el Caribe, la comunidad internacional debe proveer liquidez, asistencia financiera y medidas de alivio de la deuda”, dijo Guterres.
El informe exhorta a los gobiernos a hacer más para reducir la pobreza, la inseguridad alimentaria y la malnutrición, por ejemplo a través del otorgamiento de un ingreso básico para situaciones de emergencia y ayudas contra el hambre que equivalgan a la línea nacional de pobreza.
En la región esto implica un promedio de $140 por mes por persona. La ONU estima que el costo de estos pagos para los pobres durante seis meses representaría un 1,9% del PIB regional.
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