Los jefes de las cuatro grandes tecnológicas mundiales, Google, Amazon, Facebook y Apple, se enfrentan este miércoles a una audiencia en el Congreso de Estados Unidos en la que se les cuestionará sobre si han acumulado demasiado poder y su posición dominante no permite la libre competencia. Es una sesión anti-monopolio.
La audiencia tiene la finalidad de comenzar formalmente la discusión sobre si estas compañías tienen, o no, demasiado poder, sobre si sus prácticas de negocio afectan el desarrollo del mercado y si deberían ser desmembradas.
Es la primera vez que estarán juntos Sundar Pichai (Google), Jeff Bezos (Amazon), Mark Zuckerberg (Facebook) y Tim Cook (Apple) y contestarán a preguntas del Comité Judicial de la Cámara de Representantes, que ha investigado durante un año el impacto que tiene en la competencia el hecho de que estos cuatro gigantes tecnológicos dominen mercados como el de anuncios online, búsquedas, comercio electrónico, redes sociales, mensajería y hardware y software móvil.
Las cuatro empresas juntas ingresan anualmente unos $800.000 millones de dólares, casi tres veces el producto interior bruto (PIB) de Colombia, y tienen una capitalización bursátil de $4,7 billones de dólares, mayor que el tamaño de la economía alemana.
Amazon, por ejemplo, domina gran parte del comercio electrónico mundial, así como el importante sector de centros de datos y la nube con Amazon Web Services.
Google es la puerta de entrada a internet y es dueño del sistema operativo más usado en móviles; Facebook es el conglomerado por el que reciben información o comparte información gran parte de los habitantes del planeta, y Apple controla alrededor de una cuarta parte del mercado de smartphones y una décima parte del de computadoras.
Este será la audiencia más importante para el sector tecnológico desde que hace dos décadas el Gobierno estadounidense intentara trocear Microsoft por su posición dominante y trae los ecos de cuando en los 90 las grandes tabacaleras se sentaron para responder sobre la adicción al tabaco y la industria quedó reformada para siempre.
Las preguntas de los congresistas podrían no solo enfocarse en libre competencia, sino también en prácticas laborales, privacidad, influencia electoral y desinformación, seguridad nacional y comercio internacional.
El presidente estadounidense, Donald Trump, lanzó su primera advertencia esta mañana, especialmente en el ámbito de las redes sociales, al ordenar a la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), el regulador de las telecomunicaciones, clarificar “si las plataformas de redes sociales pueden editorializar la expresión de los usuarios”.
El Departamento de Comercio pidió a la FCC que examine si la “curación” de contenidos se hace de “buena fe” y pidió transparencia en las prácticas de moderación. Trump ha declarado la guerra a las redes sociales, especialmente a Twitter, desde que esta última, marcó algunos de sus tuits con advertencias por divulgar información falsas sobre las elecciones, algo que viola las normas de uso de la plataforma.
Facebook ha sido más cauto a la hora de poner coto en su plataforma a contenido divulgado por Trump que podría violar sus normas de uso. La espada que Trump cuelga sobre las cabezas de las plataformas digitales como Facebook, Twitter o Youtube es la sección 230 de la Ley de Decencia de las Comunicaciones de 1996, que establece que una red social no puede ser tratado como un “editor”.
En todo caso, la audiencia, además de compleja (los cuatro CEOs se sentarán juntos), promete ser imprevisible y complicada para congresistas que en el pasado han demostrado dificultades para comprender el trasfondo técnico de algunos de los servicios que proveen las Big Tech y que tienen ante ellos a las personas mejor conectadas y que más dinero invierten en influir en Washington.
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