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La imagen del Covid-19

Lilia Kruspkaya Carpio Jiménez
Universidad Técnica Particular de Loja
miércoles, mayo 20, 2020
De los medios recibimos diferentes lecturas de lo que sucede, pero nos cuesta saber qué es verdad y qué no lo es, y a pesar de recibir grandes cantidades de información en medios, redes sociales, WhatsApp y otros
Tiempo de lectura: 3 minutos

Más de sesenta días de confinamiento en nuestros hogares, y aun parece una película de ciencia-ficción. Normalmente una película termina entre dos o tres horas después; pero en este caso, el cine con sus extraordinarias narrativas y efectos especiales, no supera en nada a la realidad de la situación que vivimos, aquí es cuando cobra sentido la frase: “la realidad supera a la ficción”.

¿Cuál es la imagen de la situación actual? ¿Cuál es la imagen de este virus?

Cómo responder estas preguntas desde un punto de vista objetivo si a través de los medios recibimos diferentes lecturas de lo que sucede, pero nos cuesta saber qué es verdad y qué no lo es, y a pesar de recibir grandes cantidades de información en medios, redes sociales, WhatsApp y otros, es difícil entender lo que sucede y cómo sucede cuando nuestra visión está tan limitada y nuestro conocimiento de lo que pasa proviene de los medios.

Muchos hemos acatado estrictamente las medidas de seguridad, los más temerosos tomando las precauciones necesarias y, en algunos casos, exageradas, para evitar que el virus llegue a los hogares; aunque ¿se puede decir que algo es exagerado cuando la vida depende de ello? En mi caso, si antes de la pandemia tenía cierta fobia con los virus y bacterias, hoy mucho más, quizás es uno de los efectos de toda la información que recibo, o tal vez es parte de esa nueva normalidad que el mundo exige de nosotros a futuro.

Otros más relajados, se toman las cosas a la ligera y, en algunos casos sin acatar ninguna medida, ¿por qué sucede eso, tiene que ver con la información que reciben?

La obligación de permanecer en casa no nos permite observar con nuestros propios ojos lo que pasa en la ciudad, ni siquiera en nuestros barrios, con nuestros familiares que se encuentran en otros lugares; y aunque, tenemos televisión, Internet, redes sociales, estas nos muestran únicamente la perspectiva propia de cada medio o la realidad propia de cada usuario.  Nuestra visión se reduce a las ventanas o balcones de nuestros hogares, las imágenes que observamos se componen de los vecinos que transitan por la vereda, en algunos casos de personas extrañas provenientes de barrios cercanos que acortando camino intentan llegar al centro de la ciudad. Otras imágenes están compuestas de vehículos que transportan alimentos, que al no poder comercializar en los mercados de la ciudad han optado por recorrer los diferentes barrios, pero también las imágenes de los días en que obligadamente debemos salir para abastecernos de alimentos llegan a abastecernos de información sobre nuestro entorno.

Algunas de estas imágenes parecen normales, sin embargo, tienen a un nuevo protagonista en ellas, un protagonista al que en teoría nadie ve, se trata del coronavirus, y digo en teoría, porque en realidad su reflejo sí está presente, en el temor reflejado en el rostro de las personas que, con el uso de alcohol, desinfectantes, mascarillas, guantes, protectores faciales, etc., tratan de evitar el contagio, en la preocupación de autoridades y ciudadanos que no saben qué será de todos mañana, en las banderas rojas que ondean fuera de hogares humildes que sin hablar nos dicen a gritos que nos necesitan.

En otros casos, la presencia del virus se evidencia en el dolor de quienes perdieron a familiares y amigos, sin un adiós y en soledad, y en el miedo de quienes viven con el virus y luchan por vencerlo.

Las imágenes de este virus son diversas, y dependen de la perspectiva de cada persona, como lo mencionaba Justo Villafañe y Norberto Mínguez:

A la hora de explicar la relación de la imagen con lo real no debe ignorarse el papel que el espectador desempeña en esta relación, sobre todo en el proceso de observación o aprehensión de dicha imagen, en el cual el mecanismo perceptivo humano se ve contaminado por otros procesos de la conducta que influyen en el resultado visual. Más allá de las influencias perceptivas, existe incluso una concepción del espacio representativo basada en una idea inductiva de la relación del observador con la imagen. Villafañe, J y Mínguez, N (2014)

En definitiva, las imágenes de nuestra realidad han cambiado, y son muy distintas para cada persona ¿Cuándo volveremos a ver las imágenes de reuniones de amigos, compañeros y de familias completas? ¿Cuándo se podrá transitar libremente y sin miedo a contagiarse? Estas preguntas aún no se pueden responder con certeza, pero esperemos que al igual que en el cine, la vacuna llegue pronto y sobrevivamos para presenciar el fin de las imágenes del COVID-19.

Bibliografía:

Villafañe, J. y Mínguez, N. (2014). Principios de teoría general de la imagen. Madrid: Pirámide

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