La actividad sísmica posterior a la erupción en la Isla Fernandina, en Galápagos, ocurrida el 12 de enero del 2020 se ha incrementado,con sismos esporádicos de magnitudes mayores a magnitud 3 y pequeños enjambres sísmicos que han ido evolucionando en el tiempo, según el último reporte del Instituto Geofísico.
El sismo más fuerte se registró el 21 de enero con una magnitud de 4,2. Adicionalmente, se ha detectado una deformación del suelo de 35 centímetros, en la zona de emisión de los flujos de lava. La estimación preliminar de los flujos de lava emitidos el 12 de enero, ubicados al oriente del volcán, indica que cubren un área de aproximadamente 3,8 kilómetros cuadrados, valor menor a estimaciones de erupciones circunferenciales previas como las ocurridas en 2017 y 2005.
En algunas de las erupciones anteriores de los volcanes en las Islas Galápagos (Fernandina 2009, Wolf 2015, Sierra Negra 2018), la ausencia de actividad superficial después de un primer pulso eruptivo puede ser seguida por una segunda fase eruptiva, por lo que no se descarta que algo similar pueda ocurrir en esta ocasión en Fernandina.
En base a los datos históricos y geológicos de las erupciones del volcán Fernandina se deben considerar varios escenarios para una posible erupción. En el caso de los volcanes de tipo escudo, como Fernandina, las erupciones se caracterizan por ser principalmente de tipo hawaiano, con flujos de lava que se pueden originar a partir de fisuras circunferenciales (paralelas a la caldera), radiales (perpendiculares a la caldera) o desde ventos dentro de la caldera.
Fernandina es una isla volcánica y su actividad puede también provocar deslizamientos en la zona de la costa o en los flancos submarinos, los cuales pueden desencadenar la formación de tsunamis, como ocurrió en el volcán Anak Krakatau en Indonesia en 2018. Este escenario es muy poco común y no hay indicios de que pueda ocurrir dentro de este proceso eruptivo, sin embargo, de generarse este fenómeno podría tener un impacto grande en las islas Galápagos.
No existen asentamientos humanos en la Isla Fernandina. Debido a la dirección predominante del viento hacia el occidente-noroccidente, de ocurrir nuevas columnas de gas y ceniza, las islas pobladas (Isabela, Santa Cruz, Floreana y San Cristóbal) no deberían ser afectadas, excepto si el viento cambia de dirección.
En caso de que los flujos de lava ingresen al mar, se recomienda permanecer alejados, puesto que se pueden producir explosiones y liberación de gases nocivos cuando la lava entra en contacto con el agua fría del mar. De igual manera, en caso de erupción no se recomienda acercarse a la zona de la erupción, por el riesgo de ser afectado por los productos eruptivos o fenómenos secundarios como incendios.
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