Internet tiene 4 mil millones de usuarios de los cuales 3 mil millones son activos en redes sociales, según datos estadísticos de Brandwatch. Hoy en día, al igual que los celulares, las redes sociales nos ayudan a relacionarnos con las personas. Sin embargo, estas plataformas pueden ser un arma de doble filo.
El problema llega cuando los usuarios utilizan estas herramientas para compartir todo tipo de información y pierden el sentido de la realidad, descuidan ciertos detalles y olvidan que los comentarios o conversaciones de carácter personal pueden ser vistos por otros.
El intercambio de fotos íntimas, desnudos, conversaciones subidas de tono y el juego erótico por intermedio de la Internet convierten al individuo en presa fácil de la manipulación. Una práctica que los expertos lo han denominado Sexting.
Este tema es bastante usual, aunque no es normal. Lastimosamente el Sexting va tomando fuerza en Ecuador. En la actualidad es bastante usual compartir fotos o videos íntimos con personas que llevan tan solo días de haberse conocido.
Pero, ¿por qué la gente difunde este tipo de contenido? Existen varias causas. Puede ser por vacíos emocionales donde el individuo que comparte su intimidad intenta ser aceptado por el otro. En algunos casos, el hecho de no aceptar la ruptura de una relación donde la persona ‘afectada’ piensa que un método efectivo para aferrarse a su pareja es enviar este tipo de contenidos. Los hombres, por ejemplo, buscan satisfacer mucho más su parte visual, erótica, masculina y las mujeres buscan una atención o admiración de sus cuerpos.
Sin embargo, así como existen personas que tienen una carencia emocional, también hay quienes tienen fijaciones sexuales y tratan de satisfacerlas a través de estos medios. En este caso estaríamos hablando de algo mucho más complejo, como la parafilia.
Ahora bien, más allá del daño moral, la difusión de estos contenidos puede tener consecuencias realmente graves, ya que pueden ser usados como sextorsión, es decir, el chantaje sexual por intermedio de la internet, donde el extorsionador chantajea a la víctima con la amenaza de la divulgación de contenido íntimo obtenido por diferentes formas.
Cuando una persona ve que su imagen de carácter sexual se distribuye sin control a todo el mundo, esta se siente humillada y puede enfrentar problemas de ansiedad, depresión, pérdida de autoestima, trauma, exclusión de la sociedad y a veces puede acabar en suicidio. Por lo tanto, las personas que practican Sexting corren el riesgo de que las imágenes se usen para una Sextorsión.
Estamos en una época altamente sexualizada por el nivel de contenidos que consumimos en redes sociales, televisión, cine y más. La distorsión de la realidad sexual se ve reflejada en ver al otro como un objeto de simple satisfacción y deseo. No hay una visión clara de quién es el otro y peor aún de quién soy yo.
Los encargados de enseñar una buena educación sexual a los jóvenes son sus padres, desde el hogar, desde la familia. También es importante la intervención de los padres para una adecuada orientación acerca del manejo responsable de los dispositivos y de las consecuencias de su mal uso que pueden ir desde el acoso, las burlas y llegar hasta presentarse como material pornográfico.
Ahora más que nunca, ante el Sexting y la Sextorsión, es necesario considerar medidas educativas y esfuerzos preventivos en torno a las redes sociales.
Es importante aceptarme como persona y entender que no atraigo a otros por cumplir con sus ideas o fantasías sexuales. Yo debo atraer al otro desde mi personalidad, reconociendo quien soy.
¿Ya conoces nuestro canal de YouTube? ¡Suscríbete!
Aumento del salario: Cara o cruz
Grupos étnicos y facciones religiosas buscan el poder sirio
Con el décimo y otros bonos decembrinos, primero pague las deudas
Debates
Chancay: ventajas y desafíos