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Sostenibilidad y las oportunidades de negocios para emprendedores y MIPYME

Wilson Araque
Universidad Andina Simón Bolívar
martes, octubre 1, 2019
En definitiva, en medio de un entorno global, enfocado -sobre la base de los denominados 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS)-, hacia la búsqueda de un modo de vida en donde convivan de forma armónica el ser humano y el resto de seres vivos -plantas y animales-, es clave que las soluciones orientadas a ese fin, no signifiquen decisiones simplistas.
Tiempo de lectura: 3 minutos

En la actualidad, muchas oportunidades de negocios para emprendedores y MIPYME están relacionadas a cómo dar respuesta a los desafíos que impone la preocupación presente y futura por lograr un mundo que se desarrolle sobre la base de los principios de la sostenibilidad ambiental, social y económica.

Estas oportunidades, para su aprovechamiento, requieren de la creatividad e innovación de quienes piensan en la posibilidad de generar productos que, rompiendo esquemas de producción anterior, se conviertan en productos sustitutos o complementarios que, sobre la necesidad objeto de satisfacción, contribuyan de forma directa -además de darle permanencia financiera en el largo plazo al negocio- a la disminución del cambio climático global, la inclusión socioeconómica y/o a combatir las desventajas que están detrás de personas en situación de vulnerabilidad.

Cuando se habla de oportunidades de negocios, es clave que el emprendedor sea capaz de encontrar el link entre “necesidades insatisfechas -demanda presente en el mercado-” y el “satisfactor innovador -bien y/o servicio a producir y vender-”; ya que solo ahí, la mina de ideas emprendedoras que pueden surgir, toman relevancia práctica cuando, por ejemplo, una buena idea orientada a dar respuesta a la problemática medioambiental se volverá viable siempre y cuando sea comprada en el mercado y, además, se alinee -por ejemplo- con la necesidad de elaborar bienes y/o servicios que incorporen materiales no contaminantes y, además, sean capaces -una vez usados- de no generar o generar una mínima cantidad de desechos que causan daño al medio ambiente natural.

Dentro del momento de la innovación emprendedora -creación del satisfactor-, las universidades que tienen escuelas, áreas o facultades que responden a diversos campos de la ciencia juegan un rol importante al momento de promover proyectos inter y transdisciplinarios que permitan combinar el conocimiento y experiencia expresada en las fortalezas de acción emprendedora que tienen los estudiantes y docentes pertenecientes a los diferentes espacios científicos del quehacer universitario. Por ejemplo, como ya se señaló, el buscar una solución de material diferente al plástico, para que sea viable técnica y financieramente, requerirá de ciertas exigencias estratégicas como la conformación de grupos de emprendedores de carreras de ingeniería química y afines más los del campo de la economía, derecho, administración y otras disciplinas que se necesiten; lográndose, así, una combinación idónea para conseguir productos que desde lo técnico y la factibilidad de mercado, legal y financiera sean exitosos en un entorno en donde la creatividad y la diferenciación son factores clave para la ejecución de proyectos de emprendimiento cero kilómetros, es decir de aquellos que recién están iniciando desde la concepción de una idea.

En definitiva, en medio de un entorno global, enfocado -sobre la base de los denominados 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS)-, hacia la búsqueda de un modo de vida en donde convivan de forma armónica el ser humano y el resto de seres vivos -plantas y animales-, es clave que las soluciones orientadas a ese fin, no signifiquen decisiones simplistas de decir: “hay que dejar de producir un determinado producto porque está hecho de determinado material”; cuando la reacción idónea debería estar orientada a buscar la generación de productos sustitutos que ayuden a satisfacer una necesidad que “está latente” en la vida de las sociedades; tal es el caso de lo que sucede con la tendencia actual generalizada de los restaurantes y cafeterías a no entregar sorbetes, cuando lo lógico debería ser la oferta de otros productos -en este caso los sorbetes- con “material distinto al plástico”, ya que la necesidad está ahí, pues, la existencia de sorbetes -cuando alguien los inventó- tiene una razón de ser pegada a la satisfacción de la necesidad de evitar el contacto de ciertos líquidos que por su composición o temperatura pueden causar daños a la parte bucal del ser humano.

Finalmente, enfocando el análisis a los productos complementarios, también, se pueden identificar oportunidades de negocio para los emprendedores, por ejemplo, las fundas que se usan para transportar -de forma complementaria- los productos que se tienden a adquirir en los mercados populares y/o supermercados especializados ubicados en las áreas urbanas de las ciudades “no van a desaparecer” en cuanto a su forma y propósito de uso; en donde sí se deberán dar cambios -que ya se están dando- es en el material utilizado para su producción -distinto al plástico-, pues, los emprendedores, sobre la base de su ingenio y comprensión inteligente de las necesidades de los consumidores meta, podrían generar fundas de material novedoso, innovador y no contaminante que, primero, ayuden a evitar que se desparramen los productos que las familias compran diariamente y, segundo, faciliten su transportación -del punto de compra al hogar- a través de soluciones que quizá sean fundas del mismo tamaño del que, actualmente, es entregado por las cadenas de supermercados, pero, por supuesto, como se ha insistido, de un material distinto al plástico, resistente y con alta capacidad para ser reusado por largo tiempo.

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