La ciudad de Nueva York fue blindada por el inicio del juicio más importante por narcotráfico que arrancó este lunes contra Joaquín Guzmán Loera, alias El Chapo, calificado por el Gobierno de Estados Unidos como extremadamente peligroso. La defensa lo presentó como un campesino de una zona rural muy pobre en México.
La fiscalía lo describe como un señor de la droga que encabezó un negocio de distribución con el que amasó una ingente fortuna y que dejó un reguero de sangre de los enemigos que se interponían a su paso desde ambos lados de la ley.
La acusación le describe como el mayor criminal del siglo XXI. Ha recopilado como prueba cientos de miles de documentos, fotografías y grabaciones que se presentarán durante los cuatro meses que se espera dure el juicio, que se ha aplazado en varias ocasiones. Es un proceso, como reconoce el juez Brian Cogan, que no tiene precedentes. El magistrado afirma que no hay muchos precedentes de acusados que hayan protagonizado producciones audiovisuales de ficción antes de comenzar el juicio, como ha ocurrido en el caso de El Chapo.
Joaquín Guzmán, que escapó dos veces de prisión, fue extraditado a EEUU desde México la noche del 19 de enero de 2017, horas antes de que Donald Trump tomara posesión. El fundador del cártel de Sinaloa se encuentra desde entonces recluido en régimen de aislamiento en uno de los centros penitenciarios de mayor de seguridad.
La fiscalía teme que entre los representantes de los medios en la sala del tribunal se puedan infiltrar miembros o informadores de la organización criminal
Bajo su liderazgo, según la fiscalía, el cártel de Sinaloa dio con nuevas vías para atender la creciente demanda de droga en EEUU. Introdujo así el producto por la frontera de Texas construyendo túneles con aire acondicionado. Utilizó aviones e incluso un submarino. La fiscalía calcula que este negocio generó unos beneficios ilícitos valorados en 14.000 millones de dólares. La revista Forbes llegó a incluir a El Chapo en la lista de grandes fortunas.
El juicio arrancó con la selección del jurado que decidirá si El Chapo es culpable o inocente. Estará integrado por 12 titulares y seis suplentes. Antes se hizo una preselección entre 800 personas para la primera criba, que quedó en medio centenar. Esta fase durará un par de días. El cuestionario de la entrevista final que realizará el juez Brian Cogan no se hizo público porque contiene información que podría ayudar a identificarlos y poner en riesgo sus vidas.
El jurado estará aislado y protegido por guardias armados en todo momento durante el proceso. Las precauciones en este caso llegan hasta el extremo de que el intercambio con el magistrado solo podrá ser seguido en la sala del tribunal por cinco periodistas preseleccionados.
El juicio empezará a tomar cuerpo una semana después, el 13 de noviembre. Con la exposición de los argumentos iniciales se tendrá una primera idea de cuál será la estrategia que van a seguir la acusación y el equipo de la defensa, que lideran los abogados Eduardo Balarezo, William Purpura y Jeffrey Lichtman. Guzmán se enfrenta a cargos por 11 delitos. La fiscalía accedió a retirar seis para agilizar el proceso.
El principal es el de pertenencia a una empresa criminal como líder del cártel de Sinaloa, castigado en EE UU con pena mínima de cadena perpetua. La fiscalía buscaba demostrar que El Chapo recurrió a la violencia para llevar las operaciones del cártel y con ese propósito ordenó la ejecución de al menos 33 personas. Pero Cogan exigió que se redujera, al no juzgarse un caso de asesinato. La acusación quiere llamar al estrado a 16 cooperantes.
El Chapo se declara inocente, pese a que el gobierno norteamericano ya presentó montañas de evidencia: más de 300.000 páginas de documentos, al menos 117.000 grabaciones de audio y centenares de fotos y videos. La última evidencia fue entregada el viernes pasado: más fotos y grabaciones ligadas a una incautación de drogas, una llamada que el Chapo hizo desde la cárcel de Manhattan, un mapa e información de comunicaciones interceptadas.
Su proceso es un gran triunfo para el gobierno estadounidense, que nunca consiguió extraditar y juzgar al colombiano Escobar, el capo del Cartel de Medellín abatido en una operación policial en 1993. El de Sinaloa se fundó en 1989 y sigue siendo muy potente. Ismael El Mayo Zambada, también acusado con el Chapo, continúa prófugo y la violencia del narcotráfico no se frena en México, que tuvo un récord de casi 29.000 homicidios en 2017.
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