Aretha Franklin falleció este jueves en Detroit a los 76 años. Conocida como la reina del soul, en febrero de 2017 anunció su retirada de los escenarios para pasar más tiempo con sus nietos. Antes de la retirada, prometió lanzar un álbum de canciones nuevas hecho con Stevie Wonder. Ella comenzó a cantar en el coro de la iglesia de su padre y sacudió el panorama musical de los 60 al introducir los recursos del góspel en la música secular, con éxitos hoy legendarios como Respect o (You make me feel) A natural woman.
Su vida fue precoz y turbulenta, con su primera maternidad cuando era apenas una niña, con un matrimonio violento y un considerable historial de desavenencias y desdichas. En 2010 sufrió un cáncer de páncreas y su salud había empeorado hace unos meses. El representante de la artista confirmó el fallecimiento a causa del cáncer de páncreas. Con ella desapareció la última gran superviviente de la era dorada de la música negra estadounidense.
El esplendor del jazz y otros ritmos en ciudades como Chicago o la citada Detroit se entienden a partir de ese fenómeno económico y demográfico; el declive del mismo, también. Una incipiente clase media afroamericana que se había formado en el cinturón industrial entró en barrena. Pero cuando el motor se gripó, Aretha ya se había convertido en una artista reconocida. Su padre era Clarence LeVaughn Franklin, un pastor muy conocido e influyente, amigo de Martin Luther King, cuya voz resultaba tan musical que sus sermones acabaron editados en discos.
En el coro de la iglesia de su padre fue donde la artista comenzó a cantar, al igual que sus hermanas, y fue en su propia casa cuando entró en contacto con el movimiento de los derechos civiles. El reverendo C. L. Franklin, bebedor y acusado de maltrato en su biografía, había tenido otros hijos fuera del matrimonio y su esposa Barbara, la madre de Aretha, los abandonó.
A los 12 años, quedó embarazada de un chico de una escuela y a los 15 ya había tenido su segundo hijo con otro hombre. Ambos llevan el apellido Franklin. Se casó a los 19 con Ted White, que fue violento con ella, y se divorció ocho años después. Tuvieron un chico. Años después se casaría (y divorciaría) de nuevo y tendría un cuarto vástago. El reverendo Franklin murió en el 84 tras pasar cinco años en coma a consecuencia de un tiroteo cuando se enfrentó a unos ladrones.
Aunque había comenzado grabando en Columbia Records, los grandes éxitos llegaron en Atlantic, con Wexler. A temas tan célebres como Respect o Natural woman se sumaron rápidamente otros imborrables, como Think o Say a Little prayer. A finales de los 60, ya se había convertido en uno de los iconos de la comunidad afroamericana, con canciones que transpiraban reivindicación femenina y racial.
Ella cantó en el funeral de Martin Luther King, al que había conocido de niña en su casa, en el 68, y lo hizo también en enero de 2009 cuando Barack Obama tomó posesión y se convirtió en el primer presidente negro de la historia estadounidense. Hace pocos años, en un acto público, la reina del soul dijo que aquel había sido el momento más emocionante de su carrera.
Aretha fue ganadora de 18 premios Grammy y con 10 millones de discos vendidos. Se le atribuyen celos de diva contra otras artistas que en algún momento la superasen en ventas -como Barbra Streisand o Whitney Houston- y, de hecho, fue público su enfado cuando en la entrega de los premios Grammy de 2008, a Beyoncé no se le ocurrió otra cosa que presentar a Tina Turner como “la Reina”. Franklin se ofendió y lo consideró un golpe bajo de los guionistas para generar polémica.
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