El síndrome de Guillain-Barré es un trastorno neurológico autoinmune en el que el sistema inmunitario del cuerpo ataca a una parte del sistema nervioso periférico, la mielina, que es la capa aislante que recubre los nervios. Los nervios no pueden enviar las señales de forma eficaz y los músculos pierden su capacidad de responder. Las primeras manifestaciones son la debilidad y el hormigueo en las piernas, lo que puede extenderse a los brazos y al tronco. Es padecido por 47,5 personas de cada 100 mil en promedio.
En 2016, el Maestro Óscar Washington Tabárez recibió la noticia de que padecía el síndrome de Guillain-Barre. “No convivo con ningún tipo de dolor -dijo cuando se conoció la noticia-. La neuropatía me causa problemas motrices, sobre todo en la marcha. Ahora estoy con un bastón solo, pero cuando el piso es más o menos confiable, no uso ninguno. Como es una enfermedad crónica, a veces estoy un poquito mejor y a veces hay ciertas situaciones”.
El expresidente Rafael C., en sus últimas declaraciones a un medio español, calificó al Presidente Lenín Moreno de impostor profesional, lobo disfrazado de cordero y sin convicciones, al acusarlo de ser el responsable de una supuesta persecución política por sus casos judiciales abiertos, uno hasta por el secuestro de una persona en otro país con el uso de recursos de Estado, además de los servicios de Inteligencia.
“Algunas veces las personas que han sufrido una tragedia como la que él sufrió, él era un deportista, le metieron un balazo en la espalda y quedó condenado a una silla de ruedas, guardan una amargura, una frustración con la vida -dijo el expresidente-, una frustración hacia los demás que no han sufrido esa desgracia que cuando tienen poder deforman esa amargura. (…) Nosotros creemos que va por ahí también el asunto, porque es demasiado grave ya, es patológico”.
¿Hasta dónde pueden llegar las miserias humanas? El expresidente Rafael C. ha demostrado que no hay límite alguno, solo sugerir que una discapacidad es el motor de un tren de vida amargo lo redefine, porque una discapacidad física cualquiera la supera, una mental nunca.
El Maestro Tabárez tomó el mando de la selección uruguaya en 2006, después de que Uruguay quedara eliminado en la clasificación al Mundial de Alemania. Desde entonces ha llegado una vez a las semifinales del Mundial y ha sido hasta campeón de la Copa América. Hoy está en los últimos tramos del Mundial de Rusia 2018 apoyado en un bastón, pero con la mente lúcida.
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Flojo. Parecía que iba a haber un gran cierre dónde se explique mejor el contraste que intenta hacer, pero se queda flotando la idea.