En la actualidad existe una amplia variedad de modelos, marcas y tamaños. Rápidamente los drones se convierten en una de las tecnologías que avanza con un mayor carácter protagónico a escala mundial.
Sí lo pensamos bien, los dispositivos que se manejan a control remoto, han existido desde hace mucho tiempo, en juguetes y en diferentes aplicaciones en la industria. Su uso tiene riesgos, pero también muchos beneficios.
Hoy, el vehículo aéreo no tripulado puede dar repuestas a catástrofes naturales y epidemias; es útil en la conservación de la flora y fauna; en caso de inundaciones, huracanes; en poblaciones aisladas o que están afectadas por epidemias serias. El turismo lo utiliza, por ejemplo, en la fotografía o para descubrir nuevas rutas turísticas. También se emplea en la agricultura en el control de plagas o monitoreo de estado de maduración de cosechas. Existen experiencias formidables del uso de drones en el monitoreo y combate contra incendios forestales.
En el Ecuador sería maravilloso contar con esta nueva tecnología. En el caso de Guayaquil, territorio lleno de arroz, los drones serian de mucha utilidad.
Estos equipos también se emplean en la seguridad industrial, planeación, navegación marítima, construcción. En cualquier organización, esta herramienta podría verificar, controlar a partir de las imágenes del personal que visita la institución, empleando tecnologías tales como el reconocimiento de patrones o la minería de videos, contribuyendo considerablemente a una mayor seguridad.
De igual manera, espacios como el cine o la fotografía comienzan transformarse exponencialmente. En el deporte, esta herramienta tecnológica se presta para participar o darles seguimiento a los eventos deportivos e incluso en la recogida de pelotas u otros implementos lanzados. Ya se ha visto su utilidad en los Juegos Olímpicos de Invierno este año en Corea, en el Giro de Italia y de seguro que también se verá, en el mundial de futbol Rusia – 2018.
En la defensa nacional, el vehículo aéreo no tripulado juega un papel impresionante. Con esta herramienta se combate el narcotráfico, el contrabando, el crimen organizado. Además, sirve para ubicar lugares peligrosos donde hace falta un mayor monitoreo.
En el periodismo, cada cobertura puede ser maravillosa con un dron. Se ha convertido en un equipo cada vez más común y necesario. Tanto es así que existe ya una asociación de periodistas que usan drones (PSDJ, por sus siglas en inglés), un laboratorio universitario dedicado a esta forma de fotoperiodismo, y múltiples ejemplos de usos creativos de los drones para darle a los reportajes una perspectiva diferente, donde se destaca lo hecho hasta ahora por medios como la BBC y The New York Times.
Evidentemente, su uso crece a pasos agigantados, pero también a medida que esta tecnología toma fuerza, existen peligros al usarlos. Los drones pueden violar la privacidad de las personas por la posibilidad de equiparlos con todo tipo de sensores más allá de las cámaras tradicionales.
Es por ello que la ética, la tecnología y la legalidad son un triángulo que debe ir paralelo a la rápida evolución que han tenido los drones. Es decir, el vehículo no tripulado implica cuestiones éticas que es necesario conocer y defender antes de volar.
Paralelamente debe ir avanzando y actualizándose el cuerpo legal asociado a estas actividades el cual debe contemplar el castigo a aquellas personas que hacen un mal uso de los drones, del mismo modo que con los celulares o cualquier otra tecnología. Constituye un verdadero reto para todos los países generar reglamentos para que no exista la violación de privacidad.
El dron llegó para quedarse. Su utilidad es de gran ayuda para el desarrollo de la humanidad. Son los gobiernos, las instituciones, el Estado y la familia quienes deben velar por los aspectos éticos asociados a la asimilación y empleo de los mismos.
Hay muchas instituciones trabajando en cuestiones de moral y ética para que las tecnologías avancen. La tecnología debe ser la vía que conduzca a la solución de muchos problemas. No es cambiar, sino crearla en función del patrón ético de la sociedad, no convertirla en un elemento que destruya y que la haga menos humana.
El Ecuador debe estar preparado para poder dar repuesta a los avances tecnológicos. Vamos a usar los drones, pero bajo un enfoque soportado en la realidad, las especificidades culturales, étnicas, morales, etc.
La comunidad científica, académica y la periodística deben estar alertas y trabajar de conjunto con el resto de los actores sociales en la normativa legal, paralelamente a los avances tecnológicos, de lo contrario, simplemente puede producirse una violación a los derechos humanos.
Que los drones y los avances tecnológicos nos permitan visibilizar un mundo mejor para las actuales y futuras generaciones, ¡siempre defendiendo nuestro planeta, los valores éticos, acompañados del soporte legal correspondiente!
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