La Manada, como se autodenominaban los acusados por violación grupal a una joven en los Sanfermines de 2016, José Ángel Prenda, Alfonso Cabezuelo, Antonio Manuel Guerrero, Jesús Escudero y Ángel Boza, fueron condenados a nueve años de cárcel por un delito de abuso sexual continuado por la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Navarra tras cinco largos meses de deliberación y con un “tribunal dividido”, según fuentes jurídicas consultadas por diario El País.
El fiscal pedía para los cinco acusados una pena de 22 años de prisión cada uno por cinco delitos continuados de agresión sexual, otro contra la intimidad por grabarla en vídeo con el móvil y un tercero por robo con intimidación, por robarle el teléfono a la chica y evitar que pudiese pedir auxilio.
Pero el fallo incluyó el voto particular de uno de los magistrados que pedía la absolución de los cinco acusados.
Los condenados han sido también inhabilitados para el sufragio pasivo durante el tiempo que dura la pena. La Audiencia les impone además cinco años de libertad vigilada a cada uno de ellos y el pago de “una indemnización conjunta y solidaria” para la víctima de 50.000 euros y 1.531 al Servicio Navarro de Salud.
La sentencia de es recurrible ante el Tribunal Superior de Justicia de esa comunidad y, previsiblemente, será el Supremo el que tenga la última palabra.
La sentencia provocó una indignación generalizada- Decenas de manifestantes, entre ellos de algunos colectivos de mujeres, que esperaban el fallo en las inmediaciones de la Audiencia de Navarra, mostraron su frustración por la decisión del Tribunal: “No es abuso, es violación”; “tendrían que haber sido condenados a 25 años por violación, que es lo único que se merecen”, decía una de las mujeres allí presentes.
La joven, que entonces tenía 18 años, realizó un relato pormenorizado de los hechos el pasado mes de diciembre en su declaración en la que manifestó la confusión, el miedo y el desamparo que sintió durante y después de la agresión. “Estaba totalmente en shock, no sabía qué hacer, quería que todo pasara rápido y cerré los ojos para no enterarme de nada y que pasara rápido”, dijo ante el tribunal.
El último día del juicio contra La Manada, conocido así por el nombre del grupo de WhatsApp que unía a los encausados, la fiscal Elena Sarasate señaló que el testimonio de la denunciante fue creíble objetivamente. La fiscal aseguró que en lo ocurrido se daban los ingredientes necesarios para considerar una agresión sexual.
Los abogados consideraron que los vídeos grabados por los acusados eran una prueba evidente de la agresión y algunas imágenes, en su opinión, eran “la expresión gráfica de la vileza” de los acusados con la joven.
El juicio a La Manada se ha convertido en un símbolo de la lucha feminista por las víctimas de violaciones, reseña El País. Las mujeres han salido a las calles con eslóganes como “nosotras somos la manada”. Y se enmarca en un contexto en el que una de las Fiestas más internacionales de España llevaba años tratando de liberarse del estigma de los abusos sexuales que se producían en esos días que arrancan cada año con un chupinazo del 7 de julio.
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