El líder norcoreano, Kim Jong-un pisó suelo del sur para asistir a la primera cumbre de mandatarios coreanos en once años; la primera vez en que ambos hablaron en directo a los medios y leyeron una declaración conjunta. La declaración de Panmunjom no contiene grandes detalles, pero sí está cargada de simbolismo y cumple los objetivos que debía, reseña El País
Las dos Coreas se comprometen a trabajar para la “meta de la completa desnuclearización de la Península”. Las relaciones entre las dos Coreas empiezan a normalizarse, tras rozar el abismo de una guerra nuclear el año pasado, y cooperarán para una “paz permanente”.
“No habrá más guerra en la Península de Corea, hemos empezado una era de paz”, declaró con satisfacción el presidente surcoreano, Moon Jae-in, tras haberse reunido durante todo el día con el dictador del Norte, Kim Jong-un, en el puesto fronterizo de Panmunjom. Ambos comparecieron ante las cámaras de la televisión nacional bajo las escalinatas de la Casa de la Paz, el edificio de este complejo militar que ha albergado sus encuentros durante la mañana y la tarde. “Hoy, el presidente Kim y yo hemos afirmado que conseguir una Península Coreana no nuclear es nuestro objetivo común, el Sur y el Norte colaborarán más estrechamente para lograr la completa desnuclearización”.
La imagen más curiosa de la cumbre entre los presidentes de las dos Coreas. Un encuentro marcado por la simbología https://t.co/61wJGVWUJ3 pic.twitter.com/DuwmkzE5B0
— EL MUNDO (@elmundoes) 27 de abril de 2018
A su lado, Kim Jong-un asentía enfundado en un traje tipo Mao de color negro en la que era su primera intervención en directo en televisión, ya que todas sus apariciones y discursos en Corea del Norte están grabados. “Nos hemos llevado mucho tiempo reunirnos a las dos Coreas -dijo-. Somos la misma gente y tenemos la misma sangre, que no pueden separarse. Espero que podamos vivir en paz muy pronto”.
La jornada tuvo una enorme carga emotiva de principio a fin. Desde el momento en que Kim cruzó la línea de demarcación que señala en cemento la frontera entre las dos Coreas, apretó la mano de Moon y le convenció para que saltara a su vez con él al Norte durante unos breves segundos. Hasta el final formal de la cumbre, cuando los dos líderes se abrazaron y, tomados de la mano, alzaron el puño al cielo en señal de victoria tras firmar la declaración. Todo fueron amplias sonrisas, alusiones a la cultura común, risas y ambiente distendido. Y ello, en sí, supone un gran éxito para esta cumbre.
La declaración compromete a los dos países a colaborar para el objetivo de la desnuclearización. Seúl reconoce los primeros pasos que ha dado hasta el momento Pyongyang, que hace una semana anunció que ya no efectuaría más pruebas nucleares ni de misiles intercontinentales, y desmantelaría su sitio de pruebas nucleares en Punggye-ri, en el norte de su territorio. “Ambos países reconocen que las medidas que ha adoptado Corea del Norte para la desnuclearización de la Península tienen una importancia significativa y representan un paso capital”.
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